Doctor Asdrúbal Aguiar: Independencia de Israel es un desafío intelectual para Occidente tras la invasión a Ucrania #16May

-

- Publicidad -

Lo que ha ocurrido con el nacimiento del Estado judío ha de ser modelador para el conjunto de Occidente, en un momento en el que a este se lo tragan la incertidumbre y le aturden los desafíos de las violencias propias y ajenas que le están anegando.

- Publicidad -

Estas palabras forman parte del discurso de orden que, con motivo del 74 aniversario de Israel,  pronunció el doctor Asdrúbal Aguiar, escritor, catedrático y jurista, en el acto organizado por el Instituto Cultural Venezolano Israelí, mediante el sistema zoom.

Comenzó su intervención agradeciendo la invitación que le formularon los distinguidos profesores Sary Levy-Carciente y Freddy Malpica, del mencionado Instituto, para celebrar la efeméride de tanta importancia para el pueblo de Israel.

Al respecto dijo que la independencia de Israel ha de trasvasar en cuanto a sus  fundamentos y para lo sucesivo. El éxito de su Estado y la modernidad científico-tecnológica alcanzada por su pueblo,  bajo un clima de libertades en democracia, están fuera de toda discusión. Son aleccionadoras.

- Publicidad -

¡La cuestión es saber sí Israel y las enseñanzas de su milenaria historia han de seguir o no siendo patrimonios universales de la Humanidad, al menos en Occidente!

Ambos se encuentran bajo cuestión a propósito del aldabonazo de esa guerra que ocurre en la puerta de entrada y de salida entre el Oriente de las luces y el Occidente de las Leyes; y que llega no como un accidente o por algo circunstancial. La agresión de Rusia, declarada por la ONU como tal, carga a cuestas otros relatos,  distintas cosmovisiones, y son aspiraciones de efectos totalizantes.

Vivimos una hora de quiebre “epocal” para la Humanidad. Es,  justamente, lo que debería darle sentido y propósito renovado al manifiesto que lee David Ben-Burión el 14 de mayo de 1948 en Eretz Israel. De este, diría Tucídides, es un alegato a la razón que sostiene.

La cuestión es que somos testigo de una guerra animada por la reivindicación de legitimidades geopolíticas que se dicen obtenidas tras la Segunda Guerra Mundial, ante un Occidente que se ha declarado huérfano de raíces y se avergüenza de su memoria.  No es el caso del pueblo judío.

Extrapolando las palabras de don Augusto Mijares, quien defiende lo afirmativo venezolano, Ben-Gurión supo entender que lejos estaba el acto de la independencia que proclamaba de una duda existencial. Optó por el somos, no por el estar. Israel, lo dice, es “un país construido más en las personas que en el territorio”.

Por otra parte, la cuestión de la guerra de agresión rusa – que para algunos pueda resultar ajenas a sus intereses o al motivo que celebramos y nos convoca – se nos presenta  como una paradoja de sentido. Recreamos la independencia del pueblo judío mientras los ucranianos hacen  otro tanto al respecto,  inmolándose su pueblo en Holocausto.

Una mala decisión – tengo presentes las reflexiones  de Haran, profesor de la Universidad Hebrea de Jerusalén (Yuval Noah Haran, “Amenaza bélica”, The Economist, 16 de febrero de 2022) – nos regresa  a la ley de la selva, a contravía de la experiencia de este tiempo, donde lo único valioso por conquistar es el conocimiento. En Israel lo sabía desde su independencia hace 74 años, y es el paradigma  o modelo a emular.

El doctor Aguiar, miembro de la Real Academia Hispanoamericana de Ciencias, Artes y Letras  de España, Cadiz, y de la Academia internacional de Derecho Comparado de La Haya, y Secretario General de la Iniciativa Democrática de España y las Américas, aprovechó la ocasión de este aniversario de la independencia de Israel para advertir lo que está pasando en Ucrania. 

Hizo una breve síntesis de cómo el imperio ruso sometió a la servidumbre y al despotismo al pueblo ucraniano. 

Después sus espacios se los reparten las potencias dominantes y al derrumbarse el comunismo, los ucranianos buscan su independencia y vivir la experiencia democrática con alternabilidad a partir de 1991.

Y luego se refirió a lo expresado el pasado 4 de febrero de este año por China y Rusia, en el sentido de volver al status quo de 1945.

Recordó que hace una década, en una ocasión similar y tan honrosas como esta, les hablaba acerca de la Paz. La caracterizaba como un derecho humano, aún más como el derecho a un orden de garantías de todos los derechos que se desprenden de la inviolabilidad de la dignidad de la persona humana.

Y fue enfático al plantear que la independencia de Israel es un desafío intelectual para Occidente tras la guerra en Ucrania.

Pulsa aquí para apoyar la libertad de expresión en Venezuela. Tu donación servirá para fortalecer nuestra plataforma digital desde la redacción del Decano de la Prensa Nacional, y así permitir que sigamos adelante comprometidos con la información veraz, como ha sido nuestra bandera desde 1904.

¡Contamos contigo!

Apóyanos aquí

- Publicidad -

Más leido hoy

- Publicidad -

Debes leer

- Publicidad -
- Publicidad -