#COLUMNA Soliloquios de café: ¡Preservemos la vida! (Parte VI) #28Ago

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Todo hace suponer que la ignominia no sólo se posesionó del Hato El Frio, de La Marqueseña, y en muchas otras unidades de producción agropecuaria como las de Franklin Brito, hechos presuntamente inconstitucionales, violatorios de los Derechos Humanos, que han ocasionado daños directos y colaterales a un gran número de familias venezolanas que han dedicado generaciones completas en lograr unidades de producción eficientes y que algunas de ellas sirvieron para que muchos agro técnicos y médicos veterinarios hiciesen sus pasantías y hasta para que un sinnúmero de científicos realizaran estudios en aquellos predios demostrativos de éxitos sin precedentes en la producción de alimentos.

También vienen ocurriendo hechos que tienen plenas características de ecocidios implacables que afectan a “TODOS” los seres vivos en las regiones donde se cometen y, como dicen algunos… aguas abajo.

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Aquí, en el estado Lara, vienen depredándose la Sierra de Portuguesa y las 71.940 hectáreas que conforman el área protectora del Rio Tocuyo, sector “Dos Cerritos”, según decreto 1.226 de la Presidencia de la República, del noviembre 2 de 1990.

La devastación ocurre ante la presunta inacción de las autoridades a quienes compete la preservación de zonas declaradas como protección especial, y que deberían  garantizar el cumplimiento de tres artículos de la Constitución Nacional, de las leyes, reglamentos y decretos protectores del ambiente, por ejemplo, en las cercanías de los caseríos El Peñón, El Pajonal y el caserío Curumato, aledaños al caserío La Cruz del Padre; donde nacen las quebradas Agua Negra y Quebrada Honda, afluentes de la quebrada de Guarico, en su zona protectora; el Cerro Curumato, aledaño al Cerro Mundo Nuevo donde se encuentran las nacientes de Los Ríos Morador, Portuguesa y… Yacambú…

Según los técnicos en la materia:

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“La zona de mayor índice pluviométrico del estado Lara”.

Todo en una etapa del país, donde algunas autoridades anuncian que la recuperación económica está basada en la producción agropecuaria…

Supongo que no es comprensible la noticia que anuncia que el Estado venezolano, en un presunto acto plagado de opacidad, ha cedido un millón (1.000.000) de hectáreas a un Estado extranjero, bajo el supuesto que serán dedicadas a la producción de los alimentos que necesita la humanidad. Y, algunos juristas han calificado esto como un acto violatorio a la Constitución Nacional y sujeto a materia expresa en el Código Penal Venezolano.

No basta con tener la hegemonía en los medios de comunicación social, hacer un alarde publicitario o regar millones de semillas (acto por demás loable), si no se da cumplimiento a lo expreso en el Estamento legal venezolano vigente, referente a la preservación del ambiente. Mientras se siembra un árbol se destruyen miles de hectáreas de vegetación milenaria.

Es obligatorio darle un alto a la depredación del ambiente y debería darse un castigo ejemplar a los depredadores, necesario es, sentar un precedente y comenzar a educar a los pobladores de las zonas afectadas.

En vísperas del comienzo de la cosecha de café 2022-2023, sugiero que se haga un control perenne, especialmente en estas zonas, ya los caficultores denuncian la escasez del combustible necesario para poner en marcha las maquinarias y equipos imprescindibles para la post cosecha; para el despulpado, el secado y el trillado de los granos, a sabiendas que en la cosecha pasada la devastación fue incalculable, al extremo que, ante la escasez de gas doméstico, desde la población de Villanueva denunciaban que ya no tenían leña ni para cocinar, porque los caficultores la habían utilizado para secar los granos de café, teniendo como resultado, un producto que, por su baja calidad, ellos mismos decían que no era apto para el consumo humano.

Es un llamado a reflexión a quienes han aceptado la autoridad (a veces ejercida con abuso) suficiente para parar este ecocidio que afecta casi a las márgenes de la represa “Dos Cerritos”, a fin de que cumplan con la responsabilidad que conlleva esa autoridad…

Se trata de la preservación de la vida, de la producción de agua dulce y de oxígeno, en el país que es el séptimo reservorio del vital líquido en el mundo, en una época donde se presagia que las próximas guerras serán por su posesión…

Amigo lector, también suya es la reflexión y, más allá, la decisión de exigir su Derecho a la vida… 

Maximiliano Pérez Apósto

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