Virgilo de Khan “Aly Khan”: Voz y figura del hipismo venezolano #18Nov

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Concebir las narraciones hípicas en Venezuela sin la figura de Aly Khan será totalmente imposible. Ejemplo para todos, fundó una escuela de narración hípica sin saberlo y todos los narradores hípicos para imitarlo o para hacerlo diferente tuvieron que haberlo escuchado.

Impuso un estilo único y emocionante a la hora de detallar una carrera que le dio el título de lo mejor en habla hispana y uno de los más importantes a escala internacional.

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Falleció a sus 91 años la noche del martes 15 de noviembre, informó su hija Ivanova Decán, a través de Twitter e Instagram con un doloroso mensaje: “Papá deja este mundo con una vida íntegra detrás de sus ojos donde a menudo encontré un fulgor de piedras preciosas”.

Fue abogado, locutor, narrador hípico y publicista.

Bautizado como Virgilo Cristian Decán, nació en el pueblo de Angostura, hoy Ciudad Bolívar, el 13 de julio de 1931, se mantuvo activo en la narración hípica durante al menos 60 años. 

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Su larga trayectoria y locución característica lo convirtieron en un referente de este deporte. También se le conoció como el “Príncipe” de la narración.

Siendo un mozalbete con 11 años, probó suerte como Narrador Hípico en el viejo Hipódromo de Angostura en Ciudad Bolívar.

Comenzó su trayectoria en medios audiovisuales a principios de la década de los 50 cuando describió, por mera pasión, las competencias en el recordado óvalo del Hipódromo de “El Paraíso”. 

Tenía una dicción impecable y era cultor del idioma Castellano. Obtuvo su título de Abogado en 1962, y fue la sensación el primer día que narró las cuatro carreras que recibió ese año 50, por lo que Don Fulgencio, de Radio Continente, y Eloy Pérez Alfonzo “Mr. Chips”, de Radio Caracas y Ondas Populares pujaron fuerte para que formara parte de su «Staff». Se inició como locutor junto a “Mr. Chips” en septiembre de 1951 por Radio Caracas y Ondas Populares.

Sustituyó a José Eduardo Mendoza “Miralejos” en el programa Monitor 590 por Radio Continente que le abrió las puertas, y el primero de febrero de 1952, recibió el epíteto de «Aly Khan», bautizado por “Don Fulgencio”, ya que para comenzar a narrar tenía que tener un seudónimo pegajoso.

Además, sus rasgos hindúes le daban similitud al verdadero Príncipe Aly Khan,  padre del Aga Khan, y alguna vez esposo de la famosa actriz de Hollywood Rita Hayworth. 

En 1973 se mudó a Radio Rumbos con el programa “Monitor Hípico Radio” hasta 1985; en 1986 regresó a Radio Continente para permanecer allí hasta el  2003; ese mismo año pasó a Radio Caracas Radio, al año siguiente se mudó a Radio Tiempo con el Programa “Monitor Hípico y La Nueva Generación”, para finalizar en el año 2005 al lado de José Gregorio Guillot y el programa “Milagro Hípico y Monitor Hípico”.

Fue conductor del espacio “Monitor Hípico”, transmitido por Venezolana de Televisión (VTV) dedicado a la difusión de las competencias que se realizaban en los hipódromos de Santa Rita (Zulia), Valencia (Carabobo), y La Rinconada (Distrito Capital), los cuales albergaban pruebas cada semana en una época en la que sellar cuadros del 5 y 6 era una tradición de las familias venezolanas, al igual que el comprar boletos de lotería.

La ley de Responsabilidad Social en Radio y Televisión, lo sacó del aire en el horario de carreras, así como al resto de sus compañeros en diciembre de 2004, cuando a través de una providencia administrativa se prohibieron las transmisiones hípicas en horarios acostumbrados.

Fue reconocido como la voz de las carreras de caballos en los siglos XX y XXI y 

Con su frase icónica ¡Partida!….¡Mal para…¡Entran en la recta final y tiene el triunfo asegurado!, con el grito que nunca gustó a los propietarios cuando sus corceles fracasaban: ¡Uuuuuuuuuuuuuu Último piedrita!, fueron algunas de sus frases popularizadas.

Era emocionante siempre, y no solo para los hípicos, era impecable su descripción de los jinetes castigando a los caballos con sus fuetes, tratando de descontar ventaja por fuera o por dentro. Aly Khan contaba los cuerpos de distancia y subía la entonación en un cabeza a cabeza, o iban ascendiendo. Era siempre excitante escucharlo, aunque no fuese un final de fotografía.

Era otro protagonista: desde que decía “¡Atención!” y los animales entraban en el aparato, empezaba el gran espectáculo que continuaba con la largada hasta la recta final y el desenlace.

Su forma de contarle a la audiencia, con el mismo ímpetu y velocidad de los   purasangres, todo lo que iba sucediendo era una cátedra. Cada fuetazo, cuando un jinete rodaba, cuando con certeza aseguraba, aun faltando 250 metros “les garantizo que no puede perder”, o cuando dejaba de nombrar a los que corrían en el fondo, sentenciando: “Los demás francamente no cuentan”.

Dueño de cada sílaba, de cada letra, dominaba las palabras precisas como los buenos jinetes a sus bestias. Convertía aquellos animales en héroes, o heroínas y a los jockeys en personajes casi mitológicos, capaces de conducir a un país entero a la gloria, como Gustavo Ávila a Cañonero y Victoreado, Juan Vicente Tovar a Gelinotte o Ángel Francisco Parra sobre Macanao, dijo un escrito la colega periodista Mará Montes.

Virgilio Decán en su trayectoria recibió 18 veces consecutivas el “Meridiano de Oro” o conocido popularmente como «Oscar venezolano», premio concedido por el Bloque De Armas en reconocimiento a la excelencia de los profesionales en el mundo del espectáculo, incluyendo periodistas, locutores, actores, grupos de teatro y canales de televisión.

Además, consiguió por 25 años consecutivos el premio “Guaicaipuro de Oro”. 

En el año 2019 fue distinguido por la Pontificia Universidad Católica “Santa Rosa” con el Doctorado Honoris Causa en Periodismo y Narración Hípica, llevando su nombre la segunda cohorte de locutores, siendo nombrado su padrino de promoción. Ese día asistió acompañado por su esposa Ingrid Du Patrocinio y su hija Ivanova Decán Gambus.

En el año 2003, el Presidente de La Junta Liquidadora del Instituto Nacional de Hipódromos, el Licenciado Miguel Ángel Paz bautizó a la popular Bola Continental con el nombre de Virgilio Decán “Aly Khan”, lugar donde por más de 40 años Virgilio narró por siempre las carreras. 

Fuera de nuestras fronteras también fue objeto de reconocimientos en países como Puerto Rico, Perú, México, Panamá y Argentina.

Una de sus carreras más emocionantes narradas a nivel internacional fue el triunfo de Victoreado con el gran Gustavo Ávila, “El Monstruo”, el 26 de junio de 1966 en la primera edición del Clásico del Caribe.

Pero más indescriptible y para el resto de la historia fue aquel “Preakness Stakes”, segundo peldaño de la Triple Corono Norteamericana ganado por Cañonero, también con Gustavo Avila, donde a 200 metros para la raya soltó su grito de guerra ¡”Cañonero para todo el mundo”!. 

En el 2014 Virgilio Decán entró al Salón de la Fama del Clásico del Caribe por su trayectoria como narrador de este magno evento. Ese mismo año, el 18 de diciembre fue invitado al Hipódromo La Rinconada por la junta directiva de Asoprorin, donde se encontró con viejos amigos en la que fue su casa por más de 50 años.

De las cosas buenas que hay que destacar en su vida, aparte de la gran fama al frente de los micrófonos y cámaras de Televisión, fue que se le cumplió otro de sus sueños: volar, tener su propia avioneta.

Desde ese entonces, salía de Caracas a compartir con sus amigos en Ciudad Bolívar, piloteando él mismo la aeronave. Iba a narrar los jueves a Valencia, y los viernes a Porlamar para almorzar con su hija en la Isla de Margarita, y luego devolverse a Valencia y narrar las carreras en la noche.

Tuvo 3 hijos Ivanova, Igor (+) y Wladimir. Igor falleció a los 34 años de edad, situación ésta, dicho por él mismo, le fue difícil superar. 

El hombre del turf nacional, figura relevante a través del tiempo, se convirtió en símbolo de una especialidad que envuelve la pasión y la emoción en cada relato de las carreras de caballos.

Narró miles de pruebas durante una vida al frente del micrófono, la herramienta que lo impulsó a la fama y popularidad. 

Fue maestro de maestros, pionero de la Radiodifusión en Venezuela, uno de los íconos de nuestra idiosincrasia, cuyo talento y personalidad traspasaron las fronteras hípicas donde seguirá siendo referencia obligada en todos los sectores de nuestra vida contemporánea.

Sin duda, con Aly Khan se cierra una etapa de la locución deportiva de Venezuela recordando las tardes dominicales su poderosa voz cada vez que se disputan eventos en el mítico Hipódromo de La Rinconada.

Su legado será sinónimo de cultura y rectitud en Venezuela y todo el Continente: El Mejor de América, El Príncipe Aly Khan.

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