Crisis en Venezuela afecta también a fanáticos del béisbol #16Oct

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Franlet Bencomo y Elbert Albarrán han acudido siempre al juego inaugural de la temporada. Pero este año, decidieron no llevar a sus hijos. Además, le ofrecemos un desayuno abundante antes de dirigirse a sus amados Leones del Caracas. No hay que tener hambre en el parque, donde un perro caliente cuesta más del 10% del salario mínimo de 30 dólares que cada uno devenga en su empleo.

«Ahora hay que venir por haber comido, a ver tu juego e irse a la casa», explicó Bencomo, formado en la fila para comprar los boletos antes de que comenzara el encuentro del viernes, que marcó el comienzo de la campaña. «No hay posibilidad de otra cosa».

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Y en todo el país, el trabajo en marcha, la actividad de la Liga Venezolana de Béisbol Profesional, los fanáticos de la pelota.

La hiperinflación ha pulverizado los ingresos, y los precios de los boletos se han vuelto prohibitivos para muchos. Otros son evidentes en el parque por el temor a los asaltos en las calles o no saben cómo volver a la casa, dada la crisis nacional del transporte. En respuesta, se realizan más juegos diurnos.

Los ocho clubes profesionales de Venezuela pasan penurias. Por segundo año consecutivo, la petrolera estatal PDVSA debió inyectar 12 millones de dólares para cubrir el costo de las pelotas importadas hasta los últimos siete extranjeros y sus principales prospectos de las ligas menores en los Estados Unidos en la lista de todos los equipos.

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Durante el recuento de la campaña, los niños y las niñas han sido seleccionados. Los encargados de mantenimiento del terreno han enfrentado la escasez de agua en distintas ciudades.

Y los precios de las entradas siguen siendo un misterio. Muchos de los clubes se ajustan a la semana para seguir el paso a la inflación, el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, que pronto llegará a 10 millones por ciento.

En Maracaibo, la segunda ciudad más grande de Venezuela, la situación es tan adversa que las Águilas del Zulia cancelaron su juego inaugural y otros como locales este mes, luego un inspector contratado por la oficina de las Grandes Ligas en Estados Unidos determinó Que el diamante no cumple con los requisitos mínimos de seguridad. El club informó que fueron robados los cables de cobre en varias torres de alumbrado, y que el gobierno estatal, dueño del inmueble, no había reunido la suma en la forma actual de 39.000 dólares que se necesita para reparar el sistema de iluminación.

Las Águilas sí lo hacen jugando como visitantes.

La liga venezolana, que antaño era altamente competitiva, ha estado en decadencia durante años.

Hay 70 peloteros venezolanos en las grandes Ligas Grandes, y varias vueltas a su país para disputar algunos encuentros cada temporada. Pero muchos de los que vienen este año, como el lanzador Eduardo Paredes, los Dodgers de Los Ángeles, el pelotero de cuadro, Harold Castro, Detroit, son poco conocidos y difícilmente son el talento del país.

En tanto, las organizaciones de los mayores han cerrado todas sus academias en este país.

La próxima Serie del Caribe, en la que participan las monarcas de las ligas invernales de Venezuela, República Dominicana, México, Puerto Rico y Cuba, se realizarán en febrero en Barquisimeto, una de las ciudades más adecuadas para los apagones que suelen aparecer en buena parte del territorio nacional. El año pasado, este certamen se debió a Barquisimeto a Guadalajara, México, debido a las violentas protestas contra el gobierno socialista de Venezuela.

Ramón Guillermo Aveledo, expresor de la liga venezolana y prominente líder opositor, grabó un tiempo en que acudió al parque con su padre, durante el auge petrolero de la década de 1960. Tuvo la oportunidad de ver a Earl Weaver, futuro miembro del Salón de La Fama, gerente de la época de los Cardenales de Lara en Barquisimeto.

“En aquel momento, la diferencia en los salarios de las Grandes Ligas y los que Venezuela no puede pagar ni una época”, dijo Aveledo

Por un momento, Aveledo se aleja de sus habituales y duras críticas al presidente Nicolás Maduro. Aplaude la decisión del gobierno de destinar parte de sus pocos dólares disponibles en el béisbol, aunque se sepa que hay necesidades más apremiantes.

Desde los trabajadores en los estadios hasta los revendedores de boletos y los expendedores de hot dogs, hay millas de personas dependientes de las familias dependientes del béisbol para obtener su sustento. Y aveledo recalca que los estadios han sido durante años una especie de santuario deportivo, donde fanáticos de todos los estratos sociales y filiaciones políticas pueden dejar a un lado sus diferencias y las dificultades que se encuentran.

Es un tema muy unificador, la temporada de béisbol, comentó. «Hay un ambiente distinto a estos tres meses».

De hecho, el número de espectadores en los estadios subió 5% el año pasado, aun en el medio de la crisis política y económica. Pese a ello, la cifra es un tercio menor a la máxima registrada en la historia, durante la campaña 2013-14.

No sólo los fanáticos deben hacer sacrificios para seguir el pulso a la pelota.

Ozzie Guillén, excampocorto de las Grandes Ligas, dijo que no estaba en su país para dirigir a los Tiburones de la Guaira por tercera campaña consecutiva. Además de los viajes en el autobús un extremo en el país por las carreteras peligrosas, los peloteros que llegan los Estados Unidos, el riesgo de intoxicar con alimentos en los restaurantes de mala calidad, y deben ser relacionados con los frecuentes apagones.

«Pero yo no voy a venir aquí a llorar», dijo Guillén, quien disputó alguna vez el Juego de Estrellas y contó, por primera vez desde que creció en la pobreza cerca de Caracas, no tiene agua corriente en su casa, ubicada en Un distrito adinerado de la capital.

En 2005, Guillén fue el primer gerente latinoamericano en la Serie Mundial, con las Medias Blancas de Chicago. El piloto dijo que la pasión de los venezolanos por el béisbol no parece apagarse a pesar de los problemas del país.

Aunque los precios de los boletos y la cerveza aumentan vertiginosamente, Guillén insiste en que el parque de pelota sigue siendo «el bar más barato que tiene Venezuela».

“A los fanáticos: Yo sé que las cosas están difíciles”, escribieron Guillén, pronunciamos cientos de canciones sobre temas políticos y hemos metido en problemas más de una vez. «Pero yo creo que esto trae más felicidad y más alegría a los fanáticos que tristeza».

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