Las sanciones que los Estados Unidos aplicarán a los funcionarios de mayor nivel en la administración pública, comenzando por el Presidente Nicolás Maduro, así como la salida del país de Mercosur y el poco apoyo que tiene en la comunidad internacional, están cada vez más aislando a Venezuela.
Al hacer tal observación el Dr. Emilio Figueredo, ex embajador de Venezuela en las Naciones Unidas, al ser consultado por EL IMPULSO, dijo que a partir de hoy (martes) cuando se inicie, en Lima, la reunión de cancilleres de la Organización de Estados Amerianos, catorce de los cuales ya habían confirmado su asistencia, se podría dar una nueva fase en este proceso de aislamiento que está registrando nuestro país .
En esta reunón se hará un análisis sobre violaciones a los Derechos Humanos a través de una brutal represión a ciudadanos -con trágicos saldos- que durante cuatro meses han venido manifestando en las calles, el desconocimiento de la Asamblea Nacional y la gota que ha rebasado el vaso de las arbitrariedades: la Constituyente convocada por el jefe del Ejecutivo nacional, la realización del proceso con el aval del Consejo Nacional y el Plan República y su instalación en el Palacio Federal, procediendo a la destitución de la fiscal general de la República, Luisa Ortega Díaz.
Es de resaltar que con Venezuela hemos visto una modalidad en el plano internacional: La reacción ha sido más rápida por parte de la comunidad internacional. Incluso, El Vaticano y Suiza, que tradicionalmente son muy difíciles de pronunciarse sobre determinada situación de un país, lo hicieron en torno a la solicitud de pedir la suspensión de la Constituyente.
En los Estados Unidos no solamente tomaron decisiones contra funcionarios de alto nivel, desde el Presidente Maduro hasta la presidenta del Consejo Nacional Electoral y funcionarios militares, sino que han planteado a la Comunidad Europea y a Suramérica que también lo hagan.
Esas sanciones son legales, porque se corresponden a sus respectivas legislaciones.
En el caso de los Estados Unidos está de por medio su divisa: el dólar.
Mercosur está apartando a Venezuela y a esta la apoyan Bolivia y algunos pequeños países del Caribe.
Tiene la solidaridad política de China y Rusia, dice el Dr. Figueredo, pero advierte que los chinos, aunque se identifican como comunistas, practican un capitalismo salvaje y son fundamentalmente comerciantes.
Y los rusos tienen una crisis económica muy profunda, además de dos enormes problemas: Siria y Ucrania, que debe discutir con Estados Unidos. En cada uno de aquellos países tiene bases.
Rusia y China no pueden suministrarles recursos a Venezuela por las deudas de esta con aquellas naciones.
La situación económica nacional es muy delicada. PDVSA está en declive. Si no tiene recursos para invertir en los pozos, seguirá bajando la producción, que ya está por debajo de los dos millones. Ahora bien no se sabe cuánto de esa cantidad es producida por las empresas mixtas. Entre las firmas que se encuentran en el país está la Chevron, que no podría hacer erogaciones por el temor de las represalias que han anunciado los Estados Unidos contra las empresas que hagan negocios con Venezuela.
Ante este cuadro de dificultades lo que estaría planteado serían unas negociaciones, en las cuales el árbitro sea El Vaticano. Se trataría el planteamiento de monseñor Pietro Parolin, que comienza con la celebración de elecciones para solucionar la crisis.
