#Especial: «Las crisis económicas y sociales pueden aliviarse con apoyo mutuo»

-

- Publicidad -

El venezolano en general se encuentra acorralado ante la crítica situación económica, política y social que vive el país, que ha causado impacto en su estado emocional y lo orilla a preguntarse a diario qué puede hacer para canalizar su desmoralización y buscar soluciones ante tanta conflictividad.

En este sentido, el sociólogo y profesor universitario Nelson Fréitez explica que hay un conjunto de necesidades insatisfechas en la población, que se han agudizado: problemas de abastecimiento de alimentos, medicinas y repuestos para vehículos; inseguridad y fallas en los servicios públicos, son todos ellos elementos que conspiran en contra de la salud mental, la convivencia y la armonía del ciudadano, dentro de los hogares y en espacios públicos.

- Publicidad -

En cuanto a la delincuencia, Fréitez profundiza que en 2015, el Observatorio Venezolano de Conflictividad Social registró 5160 protestas de calle, las cuales no han mermado en lo que va de 2016. “El año pasado también se registraron 138 saqueos o intentos de saqueos en establecimientos de expendio de alimentos y más de 35 linchamientos por parte de vecinos de las comunidades sobre supuestos delincuentes”.

Todo eso revela un estado de ánimo de la población sumamente alterado y afectado por esta crisis tan severa, señala el experto.

Por ende, la relación social entre los individuos se ha visto alterada. Pero, de acuerdo al analista, eso no quiere decir que el venezolano tenga una particular propensión a la agresividad, al conflicto o la violencia. El problema es que en este momento, las condiciones mínimas de existencia de la vida diaria, se han visto afectadas.

- Publicidad -

“La posibilidad de recuperar un clima de convivencia y relación social más fraterna, de mejor vinculación y trato en la población, tiene que ver con superar algunos de los problemas fundamentales como el desabastecimiento de alimentos y medicinas, los servicios básicos, todo lo que tiene que ver con la vida cotidiana”.

Protesta y represión

Una forma de drenar ese malestar, con la expectativa de que las cosas puedan mejorar, es la protesta pública de calle. Con esta medida, la situación que afecta a las personas se convierten en una acción colectiva dirigida hacia quienes tienen capacidad de respuesta frente a los problemas de la población.

Sin embargo, continúa el sociólogo, a medida que la protesta ha crecido, también lo ha hecho la represión hacia la misma.

“Al detener a alguien por cerrar una vía porque protestaba por un servicio público, le pueden dictar una medida judicial. Hay una figura en el Código Penal que criminaliza la protesta pública de calle, esto puede tener consecuencias hacia la libertad y los derechos del ciudadano”.

Así, la gente se debate entre salir a reclamar lo que por ley le corresponde, y ser reprimido.

“Es como un dicho popular: la población esta ‘reventándose como las chicharras’. Grita pero no consigue eco por parte del Estado. Esta situación es tan o más grave que la de 1989” cuando ocurrió el Caracazo, apunta Fréitez.

¿Qué hacer?

Uno de los paliativos que se han aplicado es el intercambio de información para gestión de medicamentos y comida. La gente hace esfuerzos por apoyar a otros que necesitan medicinas, pacientes y familiares se organizan, hay una voluntad de apoyarse mutuamente.

“Las crisis generan formas de reciprocidad entre las personas, eso lo vemos de manera embrionaria y primaria, pero sí existen estas formas de apoyo mutuo” ahonda: “Son mecanismos que la sociedad implementa para apoyarse en situaciones de crisis”.

Una forma de canalizar el estado de ánimo negativo es con la organización social, vecinal, de gremio y cooperativas. A juicio del profesional, hay que aprovechar las crisis para no estar solos ni aislados, para lograr una respuesta colectiva que permita reivindicar el derecho de las personas a buscar soluciones a los problemas.

“De eso nos hace falta, porque hemos dependido mucho del Estado, que presenta un déficit terrible y una incapacidad para ofrecer repuestas. La población está a la intemperie, porque es difícil auto resolver problemas”.

Plantea Fréitez que la mejor forma de enfrentar una crisis es desde la organización, la conciencia colectiva y la solidaridad. “Ese es el reto que tenemos como población, de aprender de esta crisis para salir fortalecidos y cada vez más solidarios”.

Pulsa aquí para apoyar la libertad de expresión en Venezuela. Tu donación servirá para fortalecer nuestra plataforma digital desde la redacción del Decano de la Prensa Nacional, y así permitir que sigamos adelante comprometidos con la información veraz, como ha sido nuestra bandera desde 1904.

¡Contamos contigo!

Apóyanos aquí

- Publicidad -

Más leido hoy

- Publicidad -

Debes leer

- Publicidad -
- Publicidad -