El entrenador argentino Guillermo Vecchio se había ido de Barquisimeto en 2010 con una sensación de no haber podido completar un trabajo. Guaros de Lara en ese entonces se encontraba a un paso de ir a playoffs pero, resultados adversos en el tramo de cierre, hicieron que saliese del cargo con foja de 15-16.
Siete años después, volvió en plena mitad de campaña, recibió un equipo con foja de 14-10 pero tenía el reto de llevarlo a lo más alto y así lo cumplió, al guiarlos al título de la Liga Profesional de Baloncesto (LPB) 2017, a expensas de Marinos de Anzoátegui en seis juegos (4-2).
Se convirtió en el tercer argentino en coronarse campeón de LPB tras Néstor “Ché” García (2006 y 2011) y Fernando Duró (2015) y le dio a la franquicia su primera corona de por vida en la liga. Cortó así 34 años de espera para el estado Lara tras las Panteras de 1983, algo que le resulta hasta usual.
Basta con decir que fue el encargado de romper 44 años sin presencia en Juegos Olímpicos para su país al guiarlos a Atlanta 1996 y el que guió a Panamá a ganar su cuarto Centrobasket tras 25 años sin triunfos en 2006.
¿Cómo lo logró? Al tomar el timón en reemplazo de Jorge Arrieta y de manos del interino Yonaiker Ecker, tuvo foja de 22-5 entre ronda eliminatoria y postemporada (14-1 en casa y 8-4 en la carretera), al rematar lo que quedaba de primera fase con balance de 10-2 (8-0 en casa) y jugar para 12-3 en postemporada, incluida una racha de nueve ganados.
En ese camino despachó tres veces en su propio Fórum Plaza Arena a Trotamundos de Carabobo (4-1), le pasó una escoba de 4-0 en la final de la Conferencia Occidental al entonces campeón defensor Cocodrilos de Caracas y saldó una vieja cuenta que había contra Marinos de Anzoátegui en series finales al someterlos por 4-2. Vaya una forma de “sacarse la espina”.
