Calma y cordura

-

- Publicidad -

Siéntate en la puerta de tu casa y veras pasar el cadáver de tu enemigo.
Este hermoso refrán árabe es en muchos casos una valiosa lección: la paciencia e inacción son un arma más eficaz que lanzarse a luchar cuando la ocasión no es propicia para el enfrentamiento.
El conformismo parece el beneficio de esta máxima: Esperar y esperar que pase algo o, al menos, la posibilidad de contraatacar en el momento adecuado.
En Venezuela vivimos este instante. Los recientes resultados electorales, con o sin fraude, nos han dejado aturdidos, mirando hacia los lados, como lejos de la esperanza, sin evocar nada nuevo para todos.
No podemos ni siquiera recordar la jocosa frase del Chapulín Colorado, ¿quién podrá defendernos?, porque mientras esperamos, el régimen sigue nutriéndose cuando los venezolanos se van del país o cuando no salen a votar.
Se han cometido muchos errores y no hay vuelta atrás. Nos corresponde asumirlos. Lo único que tenemos en común en todo el mundo es que vamos a morir, ojala y no como dijo recientemente Delcy Eloína Rodríguez Gómez, presidenta de la ilegal Asamblea Nacional Constituyente.
La ex canciller señaló que los venezolanos podrán morirse de hambre pero que es más importante “defender la patria” que comer.
Pareciera suficiente lo que ha hecho el gobierno para patearnos y someternos. Si tiene todos los poderes, debería encargarse de una vez de las penalidades del pueblo. Basta de cadenas aburridas cada media hora para su guerra psicológica, y más atención a la salud, alimentación y seguridad del pueblo. Que enfoquen y ataquen la inflación que nos está exterminando.
¿Acaso conocen lo que ocurre en Mercabar? Inescrupulosos mayoristas venden con una fraudulenta factura que cita un precio menor a la que cancela el comprador, y cuando sale del local es abordado por la guardia nacional que le decomisa el producto a cambio de una ayuda de 200 mil bolívares. Eso no es un secreto. Eso lo paga el consumidor. Lo saben aquí y allá. Es ese lugar donde cada 2 días le suben el precio a los productos sin que nadie lo impida.
Cuando el pueblo tenga más granos y comida no habrá disgustos. Cuando los propietarios de tierras estén libres para cuidar sus cultivos, las familias no sufrirán escasez. Cuando se ponga atención en todas las escuelas y se nutran las farmacias de medicamentos habrá más amor fraternal.
Cuando la gente hurga en basureros en busca de comida, la comparsa del régimen dice que no es culpa de Nicolás Maduro. Es lo mismo que apuñalar a un hombre hasta matarlo y decirle al pueblo: No lo hice yo sino el arma.
En nuestro caso, si el Presidente dejara de culpar al imperio y a la oposición de los males del país, acabando con la brutal inflación y corrupción, entonces el pueblo no tendría que morir de hambre para estar con él.
Mientras la despensa de los gobernantes esté atestada con ricas carnes, verduras y frutas, los venezolanos esperan que las migas caigan desde la mesa.
Sólo nos queda que nuestro fin no demore, porque el presente no ofrece nada bueno, menos con las gobernaciones subordinadas a la Asamblea Nacional Constituyente, como muchachos haciendo mandados porque todas sus funciones se las van a quitar, es decir los van a amputar y a quemar políticamente.
¡Basta de frustración y esperemos sentados!

Pulsa aquí para apoyar la libertad de expresión en Venezuela. Tu donación servirá para fortalecer nuestra plataforma digital desde la redacción del Decano de la Prensa Nacional, y así permitir que sigamos adelante comprometidos con la información veraz, como ha sido nuestra bandera desde 1904.

- Publicidad -

¡Contamos contigo!

Apóyanos aquí

- Publicidad -

Más leido hoy

- Publicidad -

Debes leer

- Publicidad -
- Publicidad -