#Opinión: La noche púrpura de Benedicto XVI Por: Alexis J. Guerra C.

-

- Publicidad -

Planteamientos

Cuando el 29 de septiembre del año pasado se inició el juicio contra Paolo Gabriele, mayordomo del Papa Benedicto XVI, por el robo agravado de documentos secretos, en la Oficina Judicial de la Basílica de San Pedro, las palabras del acusado retumbaron en el pequeño salón que apenas podía albergar a 50 personas: “Lo hice por orden del Espíritu Santo que quiso revelar el mal y la corrupción que había en el Vaticano”.
Desde el 29 de mayo de 2012, se hizo pública y notoria la fuga de documentos, reportes, cartas, memorandos e informes confidenciales que se filtraron a los medios de comunicación y se asoció con el nombre de Vatileaks, por analogía con el proceso protagonizado por Julián Assange. La Iglesia Católica nuevamente se vio comprometida con hechos de corrupción y de nepotismo al más alto nivel de su jerarquía, colocando al Sumo Pontífice en la circunstancia de tomar decisiones contra su entorno más intimo, dada las implicaciones e intrigas de un escándalo no sólo financiero y mediático, sino también político, derivado de la lucha entre religiosos por el poder, a la cual no escapa ninguna institución por más milenaria que sea.
Esas intrigas, ese juego de poder, esas corruptelas ya no son un secreto de Estado y mucho menos para nadie, y que no se trata de acudir al viejo argumento del desprestigio de la institución por parte de sus enemigos, ni a la socorrida excusa del sometimiento al escarnio público para socavar la fe, como suelen declarar los voceros autorizados en circunstancias similares.
Afortunadamente, para beneficio de creyente y no creyentes, hay quienes en el ejercicio de un periodismo investigativo serio, crítico y sobre todo, soportado en una ética a toda prueba, se han encargado de demostrar que alrededor de uno de los hechos noticiosos mas resaltantes de los últimos tiempos, como lo es la renuncia del Papa Benedicto XVI, desde hace rato, en el Vaticano la procesión viene por dentro.
Eric Frattini, periodista y escritor español, en un libro publicado el año pasado, cuyo título es por lo demás muy sugestivo y revelador del tipo de análisis que aborda en alusión al dilema moral que encara la Iglesia Católica y su máximo jerarca: “Los Cuervos del Vaticano”, pone al descubierto parte de esa trama de complicidades. Algo que, incluso el actual nuncio apostólico estadounidense, Carlo María Vigano ya había hecho del conocimiento de Su Santidad, en el 2011, según una de las cartas filtradas en la cual denuncia las prácticas de corrupción, prevaricación y mala gestión, por parte de los administradores de los palacios apostólicos.
Gianluigi Nuzzi, periodista italiano, autor del “best- seller”: “Vaticano S.A”, un texto acerca del manejo de las finanzas en la Santa Sede;  en mayo del año pasado, igualmente contribuyó a destapar “la olla de grillos”, al editar “Su Santidad: las carta secretas de Benedicto XVI”, basado en cartas y documentos confidenciales enviados al Sumo Pontífice y a George Ganswein, su Secretario y también del Vaticano.
Entre otros temas, se refiere el citado autor, a los distintos grupos con intereses en pugna, tales como: los Legionarios de Cristo, el Opus Deis, el Movimiento Comunión y Liberación, y la Fraternidad Pío X.
También incluye posturas incómodas al interior de la curia romana, reveladas en el Informe del delegado pontificio Velazio De Paolis, con relación a la severidad de las sanciones que se adoptaron en el juicio vaticano contra el sacerdote mexicano, fundador de los Legionarios de Cristo, Marcial Masiel, encontrado culpable de abusos sexuales a menores y de otros actos inmorales.
Tal vez, al momento de la elección de su sucesor por el cardenalato, en la meditación profunda que lo acompañe, Su Santidad, igualmente se confronte con el Espíritu Santo, recordando las palabras de su mayordomo, quien intentó ser más fiel a su Iglesia que a él mismo sin poder sobreponerse a las intrigas que le tocó vivir, al faltarle fuerzas para “expulsar a los mercaderes del templo”. Un momento estelar que en cualquier apartado de otra historia no tan santa como la de esa sede, pudiera denominarse; la noche púrpura del Papa Benedicto XVI.

- Publicidad -

Pulsa aquí para apoyar la libertad de expresión en Venezuela. Tu donación servirá para fortalecer nuestra plataforma digital desde la redacción del Decano de la Prensa Nacional, y así permitir que sigamos adelante comprometidos con la información veraz, como ha sido nuestra bandera desde 1904.

¡Contamos contigo!

Apóyanos aquí

- Publicidad -

Más leido hoy

- Publicidad -

Debes leer

- Publicidad -
- Publicidad -