Ventana abierta – El reino del conformismo

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Para recordar: “…¡No, en lugar de Dios queremos un rey” 1 Samuel (10:19)
Había una vez un rey que disfrutaba de todo.Cada día deseaba más y no quería que se terminara su mandato. No era buen gobernante, pero tenía a los del palacio, soldados, ministros, ciudadanos y allegados, como hipnotizados (comprados), quienes le ofrecían lealtad incondicional.
Este reino poseía riquezas naturales de todo tipo, pero casi nadie podía disfrutarlas, porque la delincuencia y corrupción tenían parte de la culpa. Por ello, algunos habitantes y otros del extranjero promovían cambiar al rey, pero numerosos decían que se necesitaba un milagro.
Como agravante, veían a muchos del pueblo matándose por sacar un famoso carnet; no les importaba llevar horas de sol por comprar un alimento barato; les dolían las piernas esperando las carretas del trasporte, cada vez más escasas y no había combustible para cocinar, teniendo riquezas en esas energías. Y… ¿estaban conformes?
Había niños y adultos muriendo por hambre o falta de medicinas,pero mucha gente con cualquier cosa se conformaban o se adaptaron. Y el rey tampoco aceptaba la ayuda extranjera.
La presunta tranquilidad se relacionó con el surgimiento de varios grupos socioeconómicos, que de alguna forma sostenían al reino y estos eran:
1) Los que trabajaban en el castillo o jefes del reino.
2) Numerosos soldados uniformados fueron convertidos en comerciantes, industriales y gerentes; algunos de ellos se enriquecieron y los magistrados no hacían nada.
3) Hubo una fuerte emigración, pero otros iban y venían por las fronteras,vendiendo productos (hasta algunos vendían la moneda local) y aunque casi todos eran extorsionados por grupos de ambos linderos, traían dinero para mediovivir y con eso se tranquilizaban.
4) No faltaban los especuladores; los que invadían la propiedad privada; otros hurtaban, robaban casas o las carretas, y no se veían los correctivos.
5) Había comerciantes grandes y pequeños, quienes vendiendo cosas del reino,se hicieron millonarios.
6) El propio pueblo administraba negocios de ese reino y surgieron otros adinerados; pocos recibieron la famosa bolsa encomendada por el rey ¡Claro está! ¿Hicieron alguna auditoría?
7) Algunos que vivían en el extranjero,enviaban a sus familiares una moneda aceptada mundialmente, la cual se multiplicaba por miles y varios resolvieron su situación económica, pero también cayeron en el conformismo.
8) Dada la corrupción, antes citada,aparecieron los llamados“testaferros” para que nadie se diera cuenta de la gran riqueza que “amasaban”. En la práctica: El reino del conformismo se convirtió en un paraíso fiscal.
Ser conformistas es una triste posición humana, pero, ¿los “conformes” querrían salir de un reino así?No obstante quedaron los honestos comerciantes, los asalariados, que también tuvieron que conformarse con cada centavo que le llegaba del reino o de su trabajo, para comprar casi nada con dicho salario, así lo aumentaran mil veces.
Según texto inicial, el pueblo de Israel cambió a Dios por el rey Saúl. ¡Qué mala decisión! Tal vez por ello, Jesús dijo: “Buscad primero el reino de Dios y su justicia y lo demás vendrá por añadidura” (Mateo 6:33). Los conformistas son capaces de cambiar a Dios por lo material y también confía más en seres humanos, que en Dios; quienes no solucionan los problemas espirituales, ni del conformismo que hay en la tierra.

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