Ciudad de Niteroi, muestra a Río cómo purificar el agua

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Río de Janeiro continúa vertiendo al océano miles de litros de aguas residuales por segundo a pocas semanas de que se inauguren los Juegos Olímpicos, lo que la ha puesto en la mira del mundo por su incapacidad para limpiar sus vías acuáticas y sus playas que son mundialmente famosas.

Al otro lado de la Bahía de Guanabara, no obstante, su ciudad hermana de Niteroi demuestra que tener agua limpia y tratada es posible.

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En Niteroi, el 95% de las aguas residuales son tratadas y las autoridades dicen que van camino de llegar al 100% en un año, a pesar de que la incapacidad de Río para hacer su parte, lo que significa que las aguas contaminadas siguen llegando desde el otro lado de la bahía. Río no sólo ha incumplido su promesa de remediar sus problemas con estas aguas negras para los Juegos Olímpicos de verano, sino que sus autoridades dicen que el problema no se resolverá antes de 2035.

El éxito de Niteroi pone de manifiesto temas clave que contrastan con Río: la privatización del manejo de las aguas residuales, las grandes inversiones en infraestructura, la rendición de cuentas y la colaboración entre el gobierno municipal y las empresas de servicios para definir objetivos y cumplirlos.

En el documento en el que Río se postuló como sede olímpica hace siete años, prometió que haría una amplia limpieza de aguas fétidas, que incluiría la recolección y tratamiento del 80% de las aguas residuales, que, además, quedaría como legado perdurable de los Olímpicos.

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Pero simplemente no se cumplió lo prometido: un estudio encargado por The Associated Press ha revelado que remeros, regatistas y nadadores de larga distancia estarán expuestos a aguas tan contaminadas como si fueran casi directamente las aguas negras de las cloacas.

¿Por qué tuvo éxito Niteroi mientras que Río fracasó? Para empezar, Jorge Briard, presidente de la empresa estatal de alcantarillado CEDAE, dice que no sabe de dónde salieron las cifras del documento presentado por Río.

La empresa tiene la responsabilidad de cumplir las metas prometidas para los Juegos Olímpicos.

«¿Por qué no llegaron al 80% declarado?’ Esa es la pregunta recurrente», dijo Briard en entrevista con la Associated Press. «Yo siempre digo, ‘no sé de dónde viene ese 80%. Ciertamente no viene de la CEDAE. Acá, nadie ha mencionado el 80%»’.

La situación de Niteroi en 1997, cuando una empresa privada de alcantarillado ganó una licitación para administrar el sistema de alcantarillado municipal, era aún peor que la de Río en la actualidad. Un tercio de la población carecía de agua corriente y más de dos tercios de las aguas residuales no eran tratadas.

En los últimos 15 años la ciudad ha construido nuevas plantas potabilizadoras y ha enviado agua corriente a cientos de miles de viviendas, con lo cual ha detenido el flujo de sin tratar a los arroyos y ríos de la zona que desembocan en la bahía.

«El Ayuntamiento llegó al punto de que no tuvo otra alternativa que mirar al sector privado para que se pudiera resolver el problema», dijo Carlos Henrique da Cruz Lima, director de planeación de Aguas do Brasil, una compañía de saneamiento.

Fue una decisión audaz. Existían, y aún persisten, situaciones similares en todo Brasil, y las empresas estatales de servicios públicos superan a las privadas por nueve a uno.

La empresa ha invertido 500 millones de reales, o 141 millones de dólares, para ampliar la que era entonces la única planta de tratamiento de aguas cloacales y construir otras ocho, además de instalar los caños para transportar las aguas cloacales.

El plan de Niteroi es incorporar al resto de 30.000 a 35.000 que aún no la tienen a la red de agua corriente en el próximo año, dijo Lima.

En comparación, Río trata apenas la mitad de sus aguas residuales a pesar de esfuerzos que han costado miles de millones de dólares y promesas incumplidas que se remontan a más de dos décadas.

Briard rechaza los argumentos de que su compañía, CEDAE, ha fracasado. Dice que las inversiones en infraestructura ha elevado la proporción de aguas tratadas del 11% en 2007 al 51% en la actualidad.

 

«Es un gran avance», asegura.

Briard dijo que el objetivo de CEDAE es llegar al 90% de aguas tratadas, pero se negó a mencionar plazos. Restó importancia a los logros de Niteroi, señalando que Aguas do Brazil aprovechó trabajos realizados previamente por CEDAE, como la red subterránea de cañerías.

Los especialistas en alcantarillado dicen que Niteroi tiene la ventaja de ser una ciudad relativamente pequeña, de 500.000 habitantes, comparados con los 6 millones de Río.

Eso facilita la supervisión y la aplicación de las normas, así la lucha contra la corrupción en el otorgamiento de contratos, un viejo azote en el país más poblado de Latinoamérica.

En abril, investigadores policiales realizaron un operativo en varias plantas de tratamiento de CEDAE donde recogieron muestras para determinar si simplemente dejaban pasar las aguas servidas. Una vez que se conozcan los resultados, tanto la CEDAE como sus directivos podrían ser acusados de contaminación y robo.

En cuanto a Niteroi, a pesar de los avances es enorme el volumen de aguas servidas que llega desde Río. Las dos ciudades están separadas por ocho kilómetros de bahía.

«Está más limpia», dijo Renan Taboada, de 19 años, que jugaba al fútbol en la playa de Icaraí. «Pero de ninguna manera tan limpia como quisiéramos».

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