Poco a poco fueron llegando. Chalecos y gorras verdes era su distintivo en un día que para ellos será inolvidable.
La alegría también era una característica fundamental. La mirada le brillaba a cada uno, y una sonrisa acompañaba un gesto de bondad y al mismo tiempo de compromiso con ellos mismos, con la comunidad, con la escuela y por supuesto con la vida.
Guardianes del ambiente es el nombre de los 58 hidalgos, niños y niñas, todos habitantes del municipio Palavecino y representantes con mucho orgullo y honor de seis escuelas pilotos donde se desarrolla esta propuesta educativa: Héctor Rojas Meza, Nicolás Patiño Sosa, Cabudare, Agua Viva, María Gervasia de Crespo y Zanjón Colorado.
Esta iniciativa que desde el viernes 30 de noviembre cobró vida, fue diseñada y planificada desde la Contraloría Municipal de Palavecino.
La contralora municipal de Palavecino, doctora Sergia Echegaray, manifestó que tienen dos años preparando el programa educativo-ambiental.
“La Contraloría tiene la atribución de desarrollar este tipo de propuestas en beneficio de la sociedad, de cada una de las comunidades que integran nuestro municipio, y sobre todo en pro de un trabajo ambientalista que se necesita, que hace falta. Todos nos debemos unir, porque el tema del ambiente nos compete a educadores, abogados y familias”.
“Lo más importante para nosotros era comenzar la educación ambiental por los niños, quienes son en definitiva esos ciudadanos del futuro, responsables con sus vidas y con el ambiente que los rodea, promotores y multiplicadores de la conservación y la prevención. Queremos motivar a seres realmente solidarios, es más que una tarea, un compromiso que tenemos y que hemos emprendido con mucho amor y entusiasmo”, dijo la doctora.
Una de las formas de sacar adelante este proyecto fue recorriendo y visitando cada una de las unidades educativas. No importaba la hora y si tenían que regresar, el equipo de la Contraloría Municipal de Palavecino quiso emprender un reto, que hoy ya es una bandera de gestión.
La idea de los guardianes ambientales es que cada uno de los 58 niños vayan internalizando y que lleven ese mensaje de reflexión a su casa, a los hogares que visitan constantemente, a la comunidad y por supuesto a sus escuelas.
“Comenzamos en seis escuelas, dos de cada parroquia de Palavecino como una prueba, pero este es un trabajo articulado con la comunidad, las unidades educativas y la Contraloría. Queremos ser un enlace, un puente”, dijo.
¿Algún requisito? Estos primeros guardianes del ambiente no fueron escogidos a dedo. Luego de realizar varias visitas el equipo de la Contraloría Municipal de Palavecino a las escuelas, lograron sembrar la responsabilidad en los docentes y en los alumnos, para que ellos de manera democrática escogieran uno o dos representantes por salón.
Pero… el guardián ambiental tiene algún requisito. Por supuesto, el primero es ser venezolano.
“Que estén cursando la segunda parte de la educación básica, (cuarto, quinto y sexto grado). Tener un mínimo de 9 años, ser un alumno responsable y creativo, dispuesto ayudar, a colaborar y a recibir alguna sugerencia. Lo más importante es que sea postulado por su docente y compañeros de aula. Debe además tener un buen rendimiento escolar y ser disciplinado”, explicó la doctora Echegaray.
También comentó la contralora, que uno de los aspectos más importantes, para ser tomado en cuenta es que tenga la autorización por escrito de sus padres y representantes, para que los consentidos del hogar puedan tender una mano amiga al ambiente en Palavecino, que tanto lo necesita.
En cuanto a las funciones que deben ejercer estos pequeños, se encuentra la de vigilar la protección del ambiente y recursos naturales que se encuentren dentro de su escuela y espacios de recreación. Deben ser garantes de que en su comunidad, empezando por su propio hogar, se respeten las normas para preservar el ecosistema.
También deben velar por el cumplimiento de los planes, programas y normas en materia ambiental. Y de manera muy respetuosa, deben proponer soluciones a las irregularidades o deficiencias que ellos puedan observar o encontrar.
Los valores éticos y cívicos deben ser su norma de vida, los pequeños deben ser ejemplo a seguir, su comportamiento debe demostrarlo así.
Y además tienen el compromiso de promover la participación de otros niños, niñas y adolescentes en las actividades de la escuela, de la comunidad, donde se aplique el control y cuidado ambiental.
Entre promesas e insignias
Los pequeños guardianes hicieron una promesa que cumplirán en todo el transcurso del período escolar.
Con la mano derecha levantada y la izquierda en el corazón, los niños y niñas juraron ser guardianes ambientales que amen, respeten, defiendan la vida y la naturaleza, así como ser responsables y dignos de toda confianza. También deben ser útiles y ayudar a los demás sin pensar en ninguna recompensa. Es un pequeño creativo, trabajador, amigo de todos y hermanos de los demás guardianes. Con este juramento sellaron un pacto indestructible.
Para que los más pequeños puedan cumplir con esta promesa que hicieron, desde la Contraloría Municipal de Palavecino se preparan talleres que serán impartidos cada quince días y además, se aprovecha para hacer una evaluación de cómo va este programa educativo-ambiental.
“Ellos tendrán mucho trabajo, pero no los dejaremos solos. Además como motivación hemos creado lo que son las insignias de los guardianes, que son recompensas que le otorgamos por las metas obtenidas”, explicó Sergia Echegaray.
“Las insignias son de aire, agua, suelo, biodiversidad y energía. A éstas se le suman insignias especiales como el de la creatividad, trabajo en equipo y solidaridad”.
Las insignias tienen dibujos elaborados por la artista Mariana Sellanes, tienen un mensaje motivador, que impulsa a los pequeños a seguir trabajando.
Con planilla en mano
Los guardianes ambientales deben tener lupa en mano, estar atentos a todo lo que ocurre a su alrededor.
“Ellos serán controladores de aspectos que a menudo vemos que ocurren en nuestra comunidad y escuelas, pero ya parecen comunes cuando no es así”, dijo la doctora.
Los aspectos a controlar son el suelo, cuando hay desechos en el piso o no existe una adecuación de recipientes de basura. El aire, los niños tendrán la tarea de verificar si hay mucha emisión de gases, ruidos y olores molestos, así como quema de basura.
“Los árboles tienen que estar pendientes si han sido talados, quemados, en qué estado se encuentran. Con el agua deben fijarse en los botes y en la potabilidad de este recurso hídrico tan importante”, expresó la contralora municipal de Palavecino.
La experiencia se multiplica con la energía, los guardianes deben estar alertas sí hay el debido ahorro y cómo prevenirlo. Con las plagas también tienen que estar alertas sobre la multiplicación de animalitos no deseados.
“Para hacerles un poco más sencilla la tarea, diseñamos listas de chequeo, a la cual se agregó limpieza y orden.
Estas planillas tienen ítems con respuestas cerradas de si y no, además de las observaciones. Así mismo, cuenta con soluciones propuestas por el guardián y en la parte de arriba va la identificación tanto del niño, como el grado, la escuela y la fecha”.
Con esta herramienta los guardianes ambientales tienen la responsabilidad de compartir con la comunidad, así como con los docentes y la Contraloría Municipal de Palavecino, todos aquellos aspectos que los aquejan y que pueden perjudicar la sociedad que habitan.
Fotos: Cortesía Prensa Alcaldía Palavecino
