Adorar adorar adorar,
a mi padre San Antonio
Adorar adorar adorar,
a mi padre San Antonio
San Antonio está en el cielo
junto con los otros santos
San Antonio está en el cielo
junto con los otros santos
Esas estrofas de uno de los cantos del tamunangue se escucharon insistentemente la mañana lluviosa del miércoles, antes y durante el recorrido en hombros de sus devotos de la imagen de San Antonio por algunas calles y avenidas de El Tocuyo.
La festividad, que se había iniciado la noche anterior, se reanudó antes del amanecer con la primera misa para luego, al ritmo de típicos instrumentos como cuatros y tambores, llevar la imagen hasta la plazoleta o paseo Pablo Rodríguez, «La Ñema», donde debía permanecer hasta las nueve de la mañana.
Durante la permanencia del santo en ese lugar los tamunangueros se encargaban de animar interpretando algunos sones de los negros y bailando, sin faltar los fuegos pirotécnicos.
A pesar de que el cielo gris indicaba la posibilidad de lluvia, hombres, niños y mujeres, estas últimas vistiendo sus típicos y llamativos trajes multicolores, continuaron llegando para acompañar la imagen en la procesión.
Y lo que se temía ocurrió: la lluvia comenzó a caer, pero nadie se movía en busca de algún techo; por el contrario, la multitud siguió creciendo impulsada por la devoción al santo conocido como El Doctor de la Iglesia.
Durante el recorrido por la avenida Lisandro Alvarado, las parejas se turnaban para bailar algunos sones, en especial La Batalla, donde dos hombres demuestran sus habilidades en el manejo del garrote encabullado.
La llegada hasta la iglesia San Antonio, al lado del hospital Egidio Montesinos, se cumplió bajo un aguacero que no disminuyó nunca la cantidad de personas que fueron incorporándose a lo largo de la avenida Lisandro Alvarado, al paso de la imagen elaborada en madera por un hombre de pueblo, en el caserío Ira, cerca de Boro.
«Esta es una devoción que cada año se acrecienta entre los tocuyanos, así como en el resto del país, y debe ser así pues representa una tradición», expresó Lucía Anzola, una devota, mientras trataba de cubrirse de la lluvia bajo un paraguas.
«Los comerciantes y las autoridades debieran colaborar retirando los carros de la avenida para que la procesión se desarrolle con normalidad plena», dijo por su parte Ana Cecilia Colmenares, una tamunanguera que se vino de Caracas para estar presente en la festividad en honor al patrón.
«Cada vez asiste más gente, señal de que la devoción a San Antonio sigue creciendo, y nos hace falta para que se alejen los problemas que nos afectan», agregó.
«Esto es tradición que debemos conservar», manifestó por su parte Pablo Yépez, «El Pariente».
Explicó que el Tamunangue lo iniciaron los negros esclavos y luego se incorporaron los indígenas que vivían a orillas del río, hasta llegar a la ciudad.
«Los primeros sones fueron La Negra, El Yiyivamos y La Perrendenga», señaló.
Cerca del mediodía, aún con la lluvia, el santo llegó a la iglesia San Francisco, en la avenida Fraternidad, donde se ofició otra misa de acción de gracias, culminando la parte principal de la celebración.
Fotos: Luis Salazar