El barrio José Gregorio Bastidas, en el noreste de la ciudad, está en malas condiciones. Su apariencia va en detrimento de los ciudadanos que hacen vida comunitaria. Lo primero y, más grave, la maltratada capa asfáltica…en aquellos tramos donde sí hubo pavimento en algún momento.
Hay calles que ni siquiera han sido pavimentadas. Es un caos entrar o salir de ahí, en época de lluvias, porque la superficie se vuelve fangosa. Los habitantes solicitan la atención de la Empresa Municipal de Infraestructura y Conservación del Ambiente (Emica).
María Lara, vecina de la carrera tres con calle uno, lamenta que a lo largo del tiempo, no hayan recibido ayuda de los organismos competentes, al contrario, son más abundantes las muestras de desidia. Huecos formados en diferentes puntos del vecindario, es apenas una muestra del gran abandono.
“Desde que vivo en este sector, las vías no han cambiado para bien: siguen arruinadas por la falta de mantenimiento. Hace falta que la Alcaldía de Iribarren ponga más atención en los barrios y aporte beneficios a los vecinos. Cuánta alegría traerían a José Gregorio Bastidas, si todas las calles fueran rehabilitadas”, expuso.
Colapsan las cloacas
Nelly César, otra de las habitantes, habló acerca del frecuente colapso de las cloacas. Con las lluvias recientes, los colectores se desbordan y las aguas negras están por doquier. Malos olores y alimañanas, son consencuencia de los desperfectos que presenta la red colectora.
En este sentido, exhortó a Hidrolara para que hagan una inspección en la zona y, de esta manera, eviten posibles enfermedades a causa de la insalubridad. En otras etapas de la barriada, el agua llega en poca cantidad, resultando perjudicado el oficio del hogar. Lavar, asear los pisos, regar las plantas, entre otras funciones, no pueden realizarse tan seguido debido a la falta del vital líquido.
Asimismo, señaló los matorrales formados en los alrededores de las vías, atrayendo a mosquitos y serpientes.
Lo que empeora la situación de la maleza, es la falta de recolección de basura en la comudad. El aseo urbano pasa una vez a la semana y, por desdicha, resulta insuficiente para la cantidad de desechos que acumulan las familias.
Finalmente, la vecina Nelly César, mencionó la situación del Centro de Diagnóstico Integral (CDI) que “nunca tienen nada (insumos)” cuando van los pacientes. Solicitan dotación para el recinto de salud a fin de ofrecer una atención de calidad a los vecinos que sufran algún malestar.
Inseguridad
La delincuencia también ocasiona estragos en el barrio José Gregorio Bastidas, parroquia Santa Rosa, con los robos de vehículos y atracos a mano armada, ocurridos a plena luz del día y cuando apenas se hace de noche.
Los residentes exhortan a los organismos de seguridad a realizar patrullajes.
Fotos: Edickson Durán
