#Barquisimeto, ¿la ciudad más cara? (Infografía)

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Las esperadas cifras del Banco Central de Venezuela (BCV), publicada el pasado 15 de enero y que comprenden entre enero y septiembre de 2015,  revelaron  datos que eran de esperar y otros, quizás alarmantes, dependiendo de la óptica con que se miren. El más significativo para los larenses: Barquisimeto es la ciudad más costosa del país.

Con un encarecimiento en los costos del 124,9%, la capital musical de Venezuela se llevó la batuta entre las urbes con mayor impacto inflacionario, incluso por encima de Caracas y Maracaibo, los mayores centros poblados del país. Durante el primer  trimestre la variación en el Índice Nacional del Precios al Consumidor (INPC)  fue del 22,6%, en el segundo  del 30,8% y en el tercero del 40,3%.

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Las preguntas que surgen alrededor de este indicador son múltiples: ¿Por qué Barquisimeto, por qué esto podría ocurrir en una ciudad y no otras, acaso por ser un estado productor no debiera ocurrir todo lo contrario?. Las interrogantes saltan a la mente y tanto especialistas como representantes de sectores productivos cuestionan tal planteamiento.

El incremento considerable de los precios es una realidad palpable. En marzo de 2015 un kilogramo de cebolla costaba Bs. 84 y once meses después se puede adquirir entre Bs. 1.000 y 1.500, dependiendo del lugar donde se compre. Sin embargo, podría afirmarse que esta variación obedece a la realidad inflacionaria del país.

En Maturín, estado Monagas, la segunda ciudad más costosa,  también según el BCV, el  mismo kilogramo de cebolla se paga en Bs.1.000 en promedio,  mientras que en  ciudad Guayana, que ocupó el tercer lugar del conteo, podría costar los mismos Bs. 1.000.

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Pero,  si el precio de este rubro se coteja  también con Caracas y Maracaibo, el valor oscila entre Bs. 1.300 y Bs. 1.200 respectivamente, costos superiores que permite cuestionar que Barquisimeto sea la ciudad más onerosa del país.

Vale destacar que la cebolla, al igual que la papa, el tomate y la zanahoria, son las únicas hortalizas tomadas en cuenta para el cálculo inflacionario del país.

Sobre este tema fueron consultados los economistas y docentes de la Universidad Centroccidental Lisandro Alvarado (UCLA),   Anibal Peña Javitt y  Juan José Pérez, este último director del departamento de economía de la casa de estudios.

¿Y qué pasó con el estado productor?

Sobre por qué Barquisimeto sería entonces la ciudad más costosa, si ha destacado en el país como la capital de uno de los estados más productivos en materia agrícola, agroindustrial, metalúrgica y metalmecánica,  Pérez señaló que tal pensamiento  “pertenece al pasado”, puesto que el potencial del cual se ha hecho referencia ha decaído considerablemente.

“Lara ya no goza del esplendor productivo del cual se habló hace mucho tiempo.  Si se hace un recorrido por  las zonas industriales se apreciará que la dinámica ya no es la misma y que sólo se hay galpones vacíos, además de vías destruidas”.

Recordó que muchos de los productos que antiguamente eran producidos en Lara, en la actualidad forman parte de las listas de importación o escasez.

Asimismo, subrayó que Lara destacaba en rubros como el café y la cebolla,  pero contradictoriamente son  dos de los productos que han presentado mayor incremento de precios.

En la actualidad el  precio del café supera los Bs. 1.000, producto de suma importancia para los hogares criollos.

El mito de ser encrucijada

Pérez destacó que la región centroccidental mantiene su epicentro comercial en Barquisimeto, por lo cual se registra un gran movimiento de mercancía, sumado a la actividad del Mercado Mayorista, lo que  su vez promueve las grandes transacciones  y por tanto,  la posibilidad de que coexistan en un mismo producto o servicio, múltiple intermediarios, lo que incrementa el valor de estos.

Esta característica viste la urbe de un importante atractivo comercial, por la  movilización de importantes cifras de dinero. Al haber múltiples intermediarios y costosos fletes,  dichos valores se trasladan a los precios.

Costosos traslados

Sobre por qué, con una misma inflación, unas ciudades se verían más afectadas que otras, Juan José Pérez indicó que esto podría deberse a los múltiples intermediarios y distancias recorridas para el traslado de las mercancías, lo cual también genera gastos.  “Aquí los costos de transportes y fletes son superiores a otras localidades del país”, quizás  motivado por  la escasez de repuestos y autopartes, lo que se traduce o traslada hacia los bienes y servicios comercializados.

Señaló como un factor de retraso y   mayores gastos también son los  daños que causan las múltiples manifestaciones en la ciudad, ya que esto demora  los traslados  y genera un incremento en los precios.

A pesar de que Javitt reconoció que el campo larense podría estar atravesando problemas de semilla y agroquímicos para el cultivo,  coincidió en señalar que los costos de transporte podrían ser una fuerte razón para que los productos vendidos en la ciudad capital fuesen aún más costoso que en  otras urbes.

Razones políticas

A esto sumó el carácter político de Barquisimeto, cuyo alcalde y gobernador son opositores. Señaló que la elevada variación de precios al consumidor, podría tener entonces razones políticas.

“El hecho de que acá hayan gobiernos de oposición, hace que las supervisiones de los organismos del Estado sean más  inquisidoras y perseguidoras de los comerciantes, lo que afecta la oferta y por tanto los precios”.

Recordó que el hostigamiento al sector privado se refleja en costos, que se  deben trasladar a los  precios, como parte de la dinámica comercial.

El  control como problema

Al consultarle a Pérez si existe algún medio o herramienta para que Barquisimeto deje de ser la ciudad más costosa, indicó que la manera de controlar los precios en Barquisimeto y en todas partes del país es el levantamiento de controles. Para explicar su punto,  presentó un ejemplo: “Si en la calle del hambre, se permite que ocurra el fenómeno de la competencia, pasaría que quien quiera vender a un precio elevado, vendería muy poco, porque los compradores se  mudarían al establecimiento que presenta un precio más atractivo. Lo mismo ocurriría en Venezuela si hubiese libre mercado”.

Acotó, por tanto, que es el fenómeno de la competencia, el que regula los precios hacia la baja. Sin embargo, en Venezuela ocurre lo contrario, porque los precios están determinados y congelados por una autoridad gubernamental, “que evidentemente no entiende la relación de los costos y la competencia”.

Se ha acabado el interés en ser competitivo y sólo se cumple con el dictamen oficial, a fin de evitar una sanción. Advirtió que, mientras exista inherencia en la parte jurídica y política en el tema económico,  los precios se mantendrán en alza.

Peña Javitt, por su parte, explicó que  indicadores de este tipo, se deben a la escasez  de productos, sumado a la liquidez monetaria, que cada vez persigue menos productos en el mercado, generando fuertes efectos en el precio.

Al consultarle, si entonces en  Barquisimeto pudo haberse presentado una mayor escasez, en comparación al resto de ciudades en el  país, apuntó que existen probabilidades para considerarlo así.

“En Venezuela, a pesar de las leyes y el control, continúa el aumento de los precios y cada vez se consigue menos. La calidad de vida del venezolano ha desmejorado en una importante proporción”.

Por tanto, si se lleva este pensamiento a la realidad barquisimetana, en igual porcentaje de variación pudo haber disminuido la calidad de vida de quienes aquí hacen vida.

Acotó que cuando existe escasez y desabastecimiento los precios de los productos presentan un comportamiento hacia el alza.

Vale destacar que el mismo informe del BCV expresa : “Los resultados reseñados se producen en un contexto general caracterizado por una reducción de la oferta de bienes de consumo final, debido a la baja en las importaciones y a la merma en la producción nacional, circunstancias a su vez influenciadas por la caída de los precios internacionales del petróleo”.

La informalidad del mercado

Javitt  calificó el factor especulativo como una de las razones por las cuales Barquisimeto sea la ciudad más costosa del país.  Esto causado por los múltiples intermediaros que podrían actuar en las cadenas de comercialización en Barquisimeto.

Para ilustrar su idea  preció que el productor del campo vende su producto a una persona que coloca este en Mercabar, donde acude un minorista a comprar ese mismo artículo, a fin de venderlo luego en su bodega o establecimiento, hasta llegar al consumidor final. En esta cadena intervendrían  al menos cuatro personas, para calcular el precio final de venta al público.

Señaló “el bachaqueo” como una causa de esta problemática.

Por su parte, Pérez subrayó que en Venezuela más que mayoristas, existen revendedores que amplían la cadena de comercialización  y por tanto, se intensifica el fenómeno de inflación.

Precisó que con el alza del desempleo, la actividad comercial ha caído en un proceso de “informalización”, lo que se aprecia en el vendedor independiente, el bachaqueo  y  algunas expresiones del comercio digital, que no gozan de supervisión  por parte de entes gubernamentales.

“En la medida en que no se respeten las disposiciones  gubernamentales, los precios seguirán en alza”, comentó.

Infografia

 

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