China culpa a autoridades locales de protesta por mezquita #30Ago

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La imprudencia de funcionarios locales causó una inusual protesta pública de miles de musulmanes hui este mes, dijeron el jueves las autoridades chinas, que no se pronunciaron sobre el posible derribo de una gran mezquita en una región del noroeste.

Las tensiones en la ciudad de Weizhou, donde miles de personas protestaron a principios de agosto para evitar que las autoridades derribasen la imponente Gran Mezquita, se disiparon, según la gobernadora de Ningxia y un funcionario regional del Partido Comunista. Las protestas fueron una inusual muestra de resistencia contra los esfuerzos del partido único para dictar cómo debe practicarse la religión.

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«Las acciones imprudentes del gobierno local provocaron el incidente», dijo Bai Shangcheng, director general del comité regional del Partido Comunista que supervisa a los grupos religiosos, en una conferencia de prensa en Beijing. Las autoridades locales recibieron la orden de revisar lo ocurrido y «gestionarlo de forma apropiada y de acuerdo a la ley», agregó.

«En general, la situación está bajo control», apuntó Bai.

La protesta de Weizhou coincide con la pérdida de libertades entre los grupos religiosos ante la iniciativa del gobierno para «sinificar» las religiones, haciendo que los fieles prioricen su compromiso con el ateo Partido Comunista. Las mezquitas y las iglesias han sido despojadas de la imaginería religiosa y los niños tibetanos fueron trasladados de los templos budistas a escuelas.

La gobernadora de Ningxia estaba fuera de la provincia cuando comenzaron las protestas, dijo Bai, lo que retrasó la respuesta oficial. A su regreso, las autoridades celebraron una reunión de emergencia y se ordenó al gobierno local que revisara sus acciones y dialogara con la comunidad de Weizhou.

«Los residentes están satisfechos con nuestra explicación, a diferencia de lo que reportaron muchos medios», señaló la gobernadora, Xian Hui, en la conferencia de prensa. «Ahora están contentos y viven una vida normal y en paz».

Las autoridades no ofrecieron detalles claros sobre el destino de la mezquita, un imponente edificio blanco que eclipsa el laberinto de pequeñas viviendas de ladrillo y concreto que la rodea. Su diseño con cuatro minaretes y nueve cúpulas coronadas con medias lunas es el habitual en templos levantados en el mundo islámico, salvo por la enorme bandera china roja y amarilla que ondea desde la muralla y la escalera central.

En su momento, las autoridades de la ciudad se mostraron claramente nerviosas por los disturbios. Detuvieron a reporteros de AP y les impidieron realizar entrevistas en la mezquita, llegando a expulsarlos de Weizhou.

Pese a las afirmaciones de calma, Bai, el funcionario del partido, dijo que la Gran Mezquita en sí seguía siendo un problema. No ofreció más detalles, pero la comisión de inspección disciplinaria del condado dijo en mayo que la autoridades de Weizhou no habían inspeccionado adecuadamente una ampliación ilegal en la construcción del templo.

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