#OPINIÓN Cronicario: Robaron el monumento del panteón de Simón Wohnsiedler en el cementerio Bellavista #17Dic

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Como viene ocurriendo por falta de seriedad y autoridad, cosa natural impune en el cementerio Bellavista al igual que en otros camposantos de la ciudad, la región en incluso el país, por sectas practicantes de rituales macabros con osamentas sustraídas de las tumbas y violación a panteones, fue saqueado el del médico y músico barquisimetano Simón Wohnsiedler

La delicada obra en mármol de Carrara fue robada quizás para adornar la casa de algún fanático de estas prácticas, definidos en Venezuela por el Código Penal como delitos contra la libertad de cultos como advierte el ex gobernador Jorge Ramos Guerra, a quien fuera saqueado el mausoleo de su familia.

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Carlos Guerra Brand, quien lleva un registro fotográfico de los panteones del cementerio Bellavista contó que “ubicado prácticamente en la entrada principal del viejo camposanto estuvo desde 1935, fecha de su erección al cumplirse una década del fallecimiento del reconocido médico y músico, hermoso monumento que al solo verlo se admiraba no sólo por su perfecta obra de arte sino del significado de esta hermosa dama para la posteridad, con la simbología de la musicalidad dejada por este magnífico compositor”.

En 1925 cuando su deceso causó conmoción en la aún bucólica Barquisimeto, la población se organizó para dejar claro homenaje a este ciudadano ejemplar con una recolección pública de dinero para después mandar hacer el monumento que desde esa fecha acompañó y daba la bienvenida a quien con respeto se acercara a visitar su tumba, contó Guerra Brandt, quien precisó del saqueo y robo en 2017 con seguridad con complicidad interna del camposanto barquisimetano por las dimensiones y peso de la obra.

Descendiente de alemán y sobrino del prócer de la independencia de Venezuela, el general tocuyano José Trinidad Morán, hermano de uno de los más resaltantes clérigos que ha tenido la ciudad como fuera el presbítero Juan Pablo Wohnsiedler, fundador del antiguo Colegio San Agustín ubicado en pleno centro de la ciudad, dejaron honda huella en su momento de reconocimiento al demostrado esfuerzo, trabajo, dedicación y gran espíritu para el crecimiento científico, educativo y cultural.

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Cuenta Guerra Brandt que a Simón Wohnsiedler se le recuerda por sus exquisitas composiciones con el más bello estilo vienés dedicadas y finamente ejecutadas por la orquesta Mavare y por ser autor en 1906 de la letra del Himno de la Divina Pastora,con motivo de la cincuentenaria visita de la venerada imagen que cada 14 de enero es interpretado en cada visita tradicional de la excelsa patrona de los larenses a Barquisimeto.

Para que el alcalde, el director de cementerios y en general para las autoridades a quienes compete y a los larenses en general lo sepan, Simón Wohnsiedler fue un eminente médico y destacado músico barquisimetano, compositor de numerosas piezas, parte del repertorio musical de la región. Era hijo del comerciante alemán Jacobo Wohnsiedler, llegado a estas tierras en 1939 quien después se casó con la joven tocuyana Clemencia Morán, sobrina del prócer general José Trinidad Morán, con quien procreó además a Juan Pablo, Juan Manuel, Rosa, Rosa, Ramón, Jacobo y Francisco.

Simón estudió piano, flauta y clarinete con José Eligio Torrealba en Barquisimeto,donde nació en 1864 y finalizada su escolaridad se fue a la capital donde obtuvo el 10 de septiembre de 1886 el título de Médico Cirujano en la Universidad Central de Venezuela, por lo cual era llamado el médico armónico.

De regreso alternaba el ejercicio de la medicina con las clases de inglés, francés, alemán y música en el Colegio Primera Categoría de Barquisimeto y en el Colegio San Agustín, fundado en 1878 por su hermano,también músico y respetado sacerdote en el estado, Juan Pablo Wohnsiedler.

Algunas de sus obras se conocen hoy, como los valses Geranio, Arreboles, Hojas de trébol, Gardenias, Excélsior, Noche campestre, Amaranto, Ensueño, No me olvides y las marchas religiosas Adiós, San Agustín y el Himno a la Divina Pastora, Era amante de las tradicionales serenatas en los ventanales de las casas de las muchachas y tocaba para sus amigos en las peñas barquisimetanas de entonces.

Incorporadas al repertorio de la Mavare, parte importante de estas obras quedaron en poder del maestro tocuyano Juancho Lucena, quien siendo un niño su hermano Napoleón lo incorporó a la orquesta y tenía que subirse a un cajón para nivelarse al instrumento y tocar el contrabajo. “A duras penas alcanzaba el empinado cordaje del instrumento”, contaba Raúl Azparren y el maestro Simón Wohnsiedler compuso en su honor el vals El muchachito  donde el contrabajista debía tocar un solo, escrito para que lo tocara Juanchito como lo llamaban.

Simón escribió en los periódicos El Agnus y La Caridad, fundados por su hermano y colaboró en El Boletín Eclesiástico, Rayo de Luz y El Eco Industrial.Falleció el 27 de enero de 1925.

De corta vida, Juan Pablo Wohnsiedler nació en Barquisimeto el 22 de marzo de 1846 y murió el 28 de junio de 1897, de 51 años. Estudió primeras letras en su ciudad natal y en 1861 fue enviado al Seminario Tridentino de Caracas a completar su formación. Obtuvo el doctorado en ciencias eclesiásticas en la Universidad Central de Venezuela en 1869 y ordenado sacerdote en Barquisimeto el dos de abril de 1870, fue designado en 1871 provisor y vicario general de la diócesis. Fue rector del seminario San Agustín de la capital larense, desde 1870 hasta su clausura en 1872. En 1877, fue nombrado canónigo de la catedral y ese mismo año fundó allí la escuela San Agustín, elevada a la categoría de colegio en 1878, que dirigió hasta su temprana muerte, convirtiendo dicho instituto de educación secundaria en uno de los más célebres que tuvo el estado Lara.

Además de la docencia, Juan Pablo Wohnsiedler tradujo textos y los adaptó para la enseñanza, entre ellos, un Curso de Filosofía elemental publicado en 1881. Escribió también un tratado de prosodia griega y latina, además de un compendio de álgebra que permaneció inédito. Paralelo a su labor docente,fundó y dirigió dos periódicos de promoción católica, La Caridad en 1885 y El Agnus en 1889. Presidió la Sociedad de Beneficencia Pública y El Vaticano lo nombró Caballero Pontificio y Canónico Honorable de Loreto.

Diagonal a la sede del Colegio San Agustín que fundara, en la carrera 16 con calle 29, un busto de este sacerdote recuerda sus aportes a la educación, la música y los valores de la ciudad y es una pena que en la valla colocada, como muestra de la ignorancia de los gobernantes, su apellido esté mal escrito.

Cortesía Carlos Guerra Brandt.

Juan José Peralta

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