Los peligros para la economía venezolana en 2020

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Mientras no se resuelva la crisis institucional y política venezolana el país seguirá impactado por la política económica de la administración de Maduro, preocupado más por permanecer en el poder que por resolver los desequilibrios macroeconómicos


Los graves problemas de la economía venezolana parecen no tener solución en 2020. Para este año se espera que el país muestre nuevamente la tasa de inflación más alta del mundo, se profundice el uso del dólar como moneda para hacer pagos de bienes y servicios, se mantenga en baja la entrega de créditos bancarios y continúe el cierre de empresas.

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Pero lo más preocupante y avasallador que se prevé ocurra en Venezuela es que 2020 será el séptimo año de la gran depresión de la economía, que refleja una caída acumulada entre 2013 y 2020 mayor a 70%; una cifra jamás vista en la historia del país.

¿Pero cuáles peligros acechan a la economía venezolana en 2020? Todo dependerá de cómo transcurra la situación política y si no hay cambios en materia económica que contribuyan a resolver los desequilibrios macroeconómicos.

Estos son las principales preocupaciones que se esperan en este 2020:

1.- El tercer año de hiperinflación. Venezuela cumplió en noviembre pasado dos años de hiperinflación, un fenómeno que la población venezolana no había conocido. Aunque en los últimos meses hubo una desaceleración de la tasa mensual al colocarse por debajo del 50%, para algunos economistas es pronto para confiar en que la administración de Nicolás Maduro estabilice finalmente los precios de los bienes y servicios.

«Es probable que Venezuela abandone la hiperinflación, aunque seguiremos siendo la economía con la inflación más alta del mundo», acotó Asdrúbal Oliveros, director de la consultora Ecoanalítica.

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Contrariamente, el economista Carlos Miguel Alvarez «2020 es un año electoral y se aumentará significativamente el gasto público, lo que generará mayor inflación y aumento del precio del dólar paralelo».

Para el economista y profesor del Instituto de Estudios Superiores de Administración (IESA) Urbi Garay, la muy acelerada depreciación del bolívar de los últimos días (y semanas) hace prever que pudiera haber un aumento en la tasa de inflación (tanto en diciembre como en enero), con respecto a las tasas más bajas de septiembre y octubre pasados. «Al estar los precios expresados en dólares o calculados en base a esa moneda (a lo largo y ancho del país), los saltos de los precios en bolívares son cada vez más rápidos al producirse pérdidas en el valor de nuestra moneda».

2.- Se profundiza la dolarización transaccional. El uso de las divisas ya sea dólares, euros o pesos colombianos seguirá su marcha este año, ante la poca disponibilidad de bolívares en efectivo, lo cual colapsa las plataformas bancarias y puntos de venta.

«El grado de dolarización de las transacciones será superior al 60% en promedio en las zonas urbanas», sostiene Asdrúbal Oliveros.

La moneda del «imperio», como suele calificar el chavismo-madurismo a Estados Unidos, ya es común verla pasar de mano en mano entre los venezolanos. En el país, no solo se paga en divisas sino que también ya los locales comerciales muestran los precios en dólares en sus vitrinas y anaqueles, así como en máquinas lectoras.

Economistas consideran que esa «válvula de escape» que ha significado el uso de la divisa en la economía transaccional, continuará en 2020 debido a la falta de políticas macroeconómicas para combatir la desatada inflación y para recuperar la confianza del venezolano en su moneda local: el bolívar.

«No lo veo mal, ese proceso que llaman de dolarización, puede servir para la recuperación y despliegue de las fuerzas productivas del país y el funcionamiento de la economía, gracias a Dios existe», llegó a afirmar Maduro en una entrevista con José Vicente Rangel. Sin embargo, esa recuperación de la que habló solo se observa en el aumento de la oferta de bienes, pero que simplemente la mayoría de los venezolanos no puede comprar. Al tiempo, que relaja a las autoridades monetarias y financieras la necesidad de aplicar un plan para sacar al país de la crisis económica.

3.- El costo de la vida en dólares subirá. Para Asdrúbal Oliveros el incremento del costo en divisas será en forma moderada este año y a un ritmo menor que lo experimentado en 2018 y 2019.

La hiperinflación hace que cada vez se requieran más divisas para pagar un producto y, aunque quizás esta situación no impacte en gran medida al que reciba ingresos en moneda extranjera, con seguridad sí afecta de manera significativa a la población que devenga ingresos en bolívares. Haciéndolos además también más dependientes de bonos del Estado.

4.- Reaparecen lo operativos de fiscalización. Ante el alza continua de los precios y el incremento de la dolarización transaccional, los comercios pueden verse afectados por una nueva oleada de operativos de fiscalización por parte del gobierno.

Ya en el pasado, las autoridades han culpado a los empresarios de los desequilibrios de la economía, entre ellos el aumento del dólar paralelo, la escasez y el alza de los precios de los bienes y servicios. Pero también cerró empresas y comercios, expropió y aplicó millonarias multas, además de detener a empresarios y llevarlos a juicio por supuestas violaciones a la Ley de Costos y Precios Justos.

Los operativos de fiscalización comenzaron temprano en el año y en los primeros 10 días de enero ya se contaba con 1.000 comercios fiscalizados.

5.- Obligar a los comercios a recibir el petro. Dada la escasez de billetes en efectivo y los problemas en los puntos de venta, la administración de Maduro podría obligar a todos los comercios del país a recibir esta moneda digital creada en 2017. Sin embargo, dado los resultados de las primeras jornadas en la que fueron utilizados los petros para comprar bienes, la viabilidad de esta estrategia se encuentra en entredicho.

Por otra parte, aún existen varios puntos que resolver, ya que el petro no permite operar a los comercios y hasta ahora solo les sirve para pagar impuestos, aunque la plataforma del Seniat aún no está lista para ello. Tampoco puede pagar a sus proveedores en petros, pues muchos no los querrán recibir, ni tampoco se puede importar.

«Volvamos a aclarar. El petro no es un criptoactivo. No hay ´mineria´ tras él. Es simplemente una moneda digital no convertible en divisas, cuya aceptación interna está condicionada a su intercambio por cualquier otro activo convertible que entregue el gobierno a sus tenedores», apuntó el economista y profesor de la Universidad Central de Venezuela, Leonardo Vera.

6.- Créditos bancarios seguirán en caída. «El negocio bancario sufrirá una transformación, se enfocará en los servicios, especialmente en el manejo del efectivo en divisas», esta es la previsión para el sector de Asdrúbal Oliveros.

Esta afirmación se basa en que el sector bancario venezolano ha disminuido considerablemente su tamaño, al punto de que el patrimonio de toda la banca medido en dólares es similar a la de un solo banco en otro país de la región. La recesión económica de Venezuela y la caída de la cartera de créditos han afectado significativamente a este sector que en el pasado llegó a ser de los pocos que mostraron altas tasas de crecimiento.

Una de las razones de la contracción crediticia es el decreto del Banco Central de Venezuela que llevó el encaje legal a 100%, por lo que si no hay modificaciones en este tema, la banca continuará en picada.

7.- Cierre de empresas. La depresión económica que sufre Venezuela, la hiperinflación y la caída de las ventas, son los principales responsables de un número importante de empresas. De acuerdo a cifras de  la Confederación Venezolana de Industriales (Conindustria), Venezuela perdió en los últimos 20 años casi 60% de sus empresas, es decir, unas 370.000.

El reto es que unas 250.000 empresas que permanecen abiertas, continúen operando. No obstante, la contracción económica continuará impactando al sector.

Aunque para Asdrúbal Oliveros el sector comercial experimentará una leve mejora, impulsado por nuevos nichos de consumo y las importaciones.

8.- Producción agrícola sin reactivarse. Escasez. Maduro dijo recientemente que el país necesita avanzar hacia una economía 100% productiva, es decir, una economía que produzca todos los alimentos del país. «Vamos a abrazarnos en una alianza productiva del campo venezolano. A nosotros nos corresponde resolver el financiamiento, llevar los insumos necesarios, la maquinaria y la técnica para ampliar la base productiva del país».

Sin embargo, esta aspiración podría verse trastocado dada las dificultades del gobierno para obtener ingresos en divisas y ante la depresión económica que sufre el país, por lo que impulsar el sector agrícola demanda un gran reto. Analistas señalan que si el campo venezolano se hubiera atendido de manera satisfactoria durante la bonanza petrolera de Venezuela (gestión de Hugo Chávez) y no se hubiera privilegiado la importación, la producción no petrolera estaría hoy en día mostrando resultados menos adversos.

9.- Producción petrolera. La producción de crudo que en los últimos meses ha tenido un a cierta recuperación, podría nuevamente caer debido a los problemas de la industria petrolera para aumentar su capacidad y ante las dificultades creadas por las sanciones de EEUU. Obligado por estos inconvenientes, el gobierno aumentaría su propensión a entregar campos petroleros a empresas privadas.

«El sector petrolero venezolano será un negocio manejado por privados, el papel de Pdvsa cada vez será menos relevante», considera Asdrúbal Oliveros.

10.- Escasez de gasolina y fallas de los servicios. Declive de la producción no petrolera, de la economía en general y la falta de inversión en mantenimiento y/o recuperación de la infraestructura del país son las principales causas del desabastecimiento de combustible y de las fallas de los servicios públicos.

La escasez de la gasolina y la falta del servicio de electricidad, agua y transporte público se prevé continúen siendo los principales motivos de las protestas de los venezolanos en 2020. De acuerdo a el Observatorio Venezolano de Servicios Públicos (OVSP) un 23% de los habitantes de siete de las principales ciudades del país como lo son Caracas, Valencia, San Cristóbal, Maracaibo, Ciudad Bolívar, Barcelona y Barquisimeto, tiene disposición de migrar de sus lugares de residencia hacia otros países, motivado a las constantes fallas de los servicios públicos. Mientras que 16% de los consultados señaló que estudia migrar internamente hacia otras ciudades venezolanas, lo que podría colapsar los ya deteriorados servicios públicos de esas ciudades.

No hay gasolina

No hay gasolina. Foto: albertonews.com

11.- Menos ingresos en divisas, más sanciones. La caída de los ingresos por concepto de petróleo seguirá siendo una constante en 2020, año en el que tampoco se esperar una fuerte recuperación de la producción de Pdvsa. Esta situación mantendrá a la economía en recesión.

Sin embargo, un dato a destacar es que otros recursos en divisas se encuentran inundando a la economía venezolana. El director de la consultora Datanálisis, Luis Vicente León sostuvo que una buen parte proviene de las remesas de venezolanos en el exterior, de aquellos (personas naturales y empresarios) que cuentan con ahorros en divisas y que ante la crisis han tenido que venderlos para financiar sus gastos en el país; pero también provenientes de actividades ilícitas como el contrabando de gasolina, oro y narcotráfico.

Ante un posible incremento de recursos de dudosa procedencia, el Departamento del Tesoro de EEUU podría ampliar su política de sanciones hacia Venezuela.

12.- Venta de activos públicos. Traspaso de activos desde el sector público a actores privados, pero en condiciones poco transparentes, es una previsión de Asdrúbal Oliveros para este año. Destacó que el Estado también sufre un reacomodo en sus gastos, por lo que empieza a verse una privatización de lo público. De hecho el sector privado debe proveerse su propio sistema de agua, electricidad, entre otros, por ausencia del Estado. «La crisis de los servicios llegó para quedarse».

Otros analistas coinciden con Oliveros en que en 2020 se observará muy posiblemente ventas parciales de algunas empresas y especialmente relacionadas al sector petrolero, petroquímico, eléctrico y siderúrgico, pero que debido a las sanciones financieras de EEUU se podrían concretar solo con empresarios locales por lo que se teme que sean cercanos al chavismo.

13.- Ajustes en los servicios públicos. Se prevé ajustes significativos en los servicios, especialmente en el sector de telecomunicaciones; además se espera la aparición de nuevos actores.

14.- Inexistencia de un plan económico. «Hasta tanto no se instrumente un programa económico integral (frentes cambiario, fiscal y monetario), se abra la economía y se recupere la confianza continuaremos en una situación de depresión económica y de muy alta inflación/hiperinflación», dice Urbi Garay.

Sostuvo que después de los eventos con la instalación de la Asamblea Nacional y la actual crisis parlamentaria y legal, se abre una etapa más difícil para el país. «Se pudiera esperar que haya una caída de la economía aun más aguda en 2020».

Hay que recordar que las actuaciones de la AN presidida por Juan Guaidó (ente reconocido por 60 países, entre ellos EEUU) son bloqueadas por el Tribunal Supremo de Justicia el cual la ha calificado en desacato; mientras que las reformas o creación de leyes, así como la firma de contratos de interés nacional que sean aprobados por la Asamblea en manos de los partidarios del diputado Luis Parra y por la Asamblea Constituyente, son considerados ilegales por inversionistas foráneos y la comunidad internacional.

Analistas resaltan que la alta inestabilidad política y las sanciones individuales hechas por el gobierno norteamericano a representantes gubernamentales, mantendrá ocupado a la administración de Maduro en ejecutar acciones para atornillarse en el poder y menos inclinado a resolver los problemas económicos.

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