#OPINIÓN La vida parasitaria del Coronel psicópata #2Mar

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«Cada cual mira los acontecimientos desde su esquina, con el rostro vuelto hacia la pared para no ver lo que no quiere».
Matilde Asensi

Los psicópatas saben mezclarse, saben mimetizarse o camuflarse para esconderse entre gente normal y pasar desapercibidos como depredadores sociales hasta que sus alarmantes actos delictivos e inmorales los ponen al descubierto.

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Harto sabido es que una de las características de los psicópatas es su vida parasitaria, que no les gusta laborar en lo que un trabajo realmente implica , que buscan vivir de otras personas , sean naturales o jurídicas, que todo el tiempo están alertas para apropiarse de lo que no les pertenece, que más bien buscan ser figuras de mando para dar órdenes, para exigir , para controlar y manipular y no producir sino que sean delitos y corrupción. Así he expuesto a lo largo de mis artículos como los psicópatas prefieren tomar con trampas o ardides lo que es propiedad de otros aunque en ello cometan crímenes y destruyan por ejemplo las instituciones, e injustamente desmoronando la confianza que tenemos en ellas.

La institución está parasitada por el Coronel psicópata, narcisista, licántropo y voyerista. En el proceso de parasitismo, el Coronel que lo lleva a cabo se denomina parásito y la institución parasitada, (quién recibe al parásito), se llama hospedador, hospedante, o anfitrión.

Pues bien, por la discapacidad moral y ética de sus monos voladores, el psicópata los mantiene sojuzgados , juega incluso con sus almas al punto de que cristianos hacen apostasía de Dios y desconocen sus mandamientos con tal de complacer al psicópata, sirviéndoles de lame suelas, correveidiles, sirvientes, esclavos , encubridores, coautores ; y en este caldo propicio para robar, extorsionar, traficar , falsificar, adulterar, cobrar peajes internos a los usuarios, violar los derechos humanos, depredar sexualmente , atacar la autoestima de sus presas o víctimas, cometer y forjar toda clases de delitos en su actividad criminal el felón militar que nunca llegará a General , hasta ahora se ha encontrado con luz verde e impunemente se jacta de no ser un santo. La actitud burlona y de desprecio hacia la sociedad, hacia las leyes y en contra de la ética y de la moral es un desparpajo.

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Este Coronel que nunca llegará a ser General, porque hubo gente decente que se lo impidió en el momento preciso por su deshonroso prontuario criminal; como todo psicópata posee una vida parasitaria, cuya presencia en la institución es un mensaje del consentimiento que tiene para depredar ilícitamente del giro legal de la empresa. ¿Qué sabe el Coronel de su General, que este le llama mi Coronel? ¿Por qué el General se comporta como inferior al Coronel? Por eso el refrán, «no sirvas a quien sirvió, ni pidas a quien pidió», es perversamente utilizado para beneficio propio por el psicópata. ¿Acaso el Coronel le sirve al General o el General le sirve al Coronel o es una simbiosis de corrupción?

La presencia parasitaria del Coronel psicópata, licántropo y voyerista en la institución, constituye un indicador bastante sensible de la corrupción promovida y alcahueteada desde las altas esferas. Toda vez que no implementan ninguna purga, al menos que sea la exclusión de la gente honesta, institucionalista, decente y con opinión. Un mundo al revés.

Una dominancia de corrupción y de parasitosis psicopática en las instituciones seleccionadas al efecto, refleja carencias en la ética, irrespeto a la sociedad, una endémica prevalencia de personas con una doble moral, la promoción conductas permisivas y del quemeimportismo, de una cultura que alaba lo que está mal hecho e idolatra a los criminales como si fueran héroes. Asimismo, están directamente relacionadas con la forma en que se realiza el proceso de selección del personal en estos ambientes “corruptibles”, de los cuales dependen en gran parte del estado de salud mental, de la pobreza espiritual y del conformismo con liderazgos corruptos del capital humano en estas corporaciones, embaucadas por anti líderes.

En esta presencia parasitaria en la institución del Coronel psicópata, narcisista, licántropo y voyerista, influyen tres factores estrechamente relacionados entre sí: el parásito que es mantenido en el cargo por sus cómplices, el huésped sodomizado que en términos médicos sufre de himen complaciente y el medio ambiente en el que pululan los monos voladores y la indolencia generalizada. Para que se haya establecido la endemicidad ha sido necesario el concurso de ciertas condiciones de deformación conductual y psicológicas que alcahuetean al psicópata parásito y victimizan al huésped institución.

Un parásito corrupto como el Coronel psicópata, narcisista, licántropo y voyerista, debe su permanencia en la institución , por poseer una naturaleza y engañosa y camuflada , con aptitud depredadora y de mimetismo o adaptación aparente al huésped y que el medio ambiente que no le sea hostil en actividades delincuenciales ; producir un número suficiente de monos voladores , necesarios para asegurar su control del ambiente; sobrevivir a las contingencias haciéndose el desentendido o el tonto en gala del caradurísmo y la desfachatez , la falta de vergüenza ; en tanto la superioridad le hace coro para atornillarlo convenientemente en el cargo. En la interrelación psicópata/talento humano también cobran importancia otras circunstancias propias de su condición social y de la salud mental, incluso de la relación que el capital humano tiene con Dios y cuál es su idea honesta y no acomodaticia del destino de sus almas.

La actitud , vida parasitaria y depredadora del psicópata en las instituciones , también está subordinada con ciertos factores favorables para él y desfavorables para la entidad ; porque al encontrarse el psicópata con personal que carece de valores culturales, educativos, sin formación ética ni de principios adquiridos desde el hogar, entonces se halla con ambientes desprovistos de protección que están a la intemperie de los macabros y pérfidos caprichos de este criminal , como en este caso se ha encontrado el Coronel psicópata, narcisista, licántropo y voyerista, con mucha gente – no todos- que están carentes de amor propio, que quieren protagonizar acciones al lado de quien creen una figura egregia, de muchas personas que se sienten frustradas sino son saludadas o tomadas en cuenta por este Coronel delincuente que nunca llegará a General , incluso de gente solitaria que quiere sentir afecto y ante la ausencia de caricias al alma terminan adulando y haciéndole hurras al corrupto psicópata, a este maldito Coronel, narcisista, licántropo y voyerista, que está feliz de manejar y controlar a la gente que quiere ser manejada y controlada , a gente que entrega su alma y se arrastra clamando sodomización. Que repito no son todos, pues la mayoría lo que tiene es un corazón protector ante la perversión mental de este depredador social.

«El oportunista que no sirve para nada siempre hechiza a la chusma».
Eurípides de Salamina

Crisanto Gregorio León

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