#EntrevistaDominical Yoel Acosta Chirinos: La oposición fue desarticulada y ahora falta desarticular la resistencia del pueblo #5Feb

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Yoel Acosta Chirinos, quien fue uno de los comandantes que participó en la intentona del golpe del 4 de febrero de 1992, y no ha abandonado la idea del proyecto bolivariano, dice que la oposición ha sido desarticulada y ahora falta por desarticular la resistencia del pueblo.

Claro está, esta es obra de la asesoría cubana.

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Al ser entrevistado por El Impulso, este falconiano nacido en Coro y quien reside en Mérida, hace señalamientos de incumplimientos a mandatos de la Constitución, como la conformación de consejos de políticas públicas en las comunidades, municipios y estados, así como el consejo federal de gobierno, para que los recursos bajen al pueblo.

Aspectos de su vida y sus opiniones están muy vinculados con Hugo Chávez, con quien compartió estudios en su formación militar.

¿En que año ingresa usted a la Academia Militar?

En 1971 y formó parte de la segunda promoción Simón Bolivar en 1975.

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¿Quiénes de sus compañeros fueron integrantes de esa promoción y formaron parte del movimiento 4 de febrero de 1992?

Hugo Chávez y Urdaneta Hernández.

¿Cómo era Hugo Chávez?

Era un muchacho del campo, de la zona rural y compartíamos mucho en la academia.

¿Cómo llega usted a incorporarse en ese movimiento que se pronunció en el golpe contra Carlos Andrés Pérez?

Estábamos en el curso de Estado Mayor en la Escuela Superior de Guerra y en una oportunidad se me acercan unos compañeros para decirme que hay un movimiento para resolver el problema del país, ya que existían tantas situaciones que no concordaban con la vida democrática. Así fuimos hablando con Chávez y otros que formaban el equipo y que luego fueron comandantes. No todos los que hacen el curso llegan a ser comandantes, sino a los que terminan el curso le asignan un batallón.

Al terminar el curso, ¿a dónde lo enviaron a usted?

Al batallón de paracaidistas José Leonardo Chirinos.

Entonces, ¿se incorpora al movimiento?

Si y cuando ya estaba muy avanzada la parte teórica del proyecto, pero el líder no era Chávez sino Arias Cárdenas, porque tenía un año más de antigüedad. Recuerde que cuando se encuentran los militares tienen que pararse firmes,  porque uno es más antiguo que el otro, así sean compañeros.

¿Dónde estaba usted el 4 de febrero?

En Maracay estábamos Urdaneta Hernández y yo, en el fuerte de los paracaidistas. En varias oportunidades se fijaron fechas para llevar a cabo la insurgencia, sin embargo no se ejecutaban las acciones hasta que por fin decidimos hacerlo cuando el presidente Pérez se iba para Davos, Suiza, y de una vez planificamos detenerlo cuando él regresara en el avión  por la rampa 4 del aeropuerto de Maiquetía.

¿Por qué fracasó el intento de la detención?

Porque eran 25 las unidades tácticas que estaban comprometidas y solamente acudieron cinco. Se desarticuló por completo el dispositivo y, por supuesto, tenía que fracasar. Sin embargo, la repercusión que tuvo la acción fue tremenda debido a la situación que vivía el país porque el gobierno de Pérez se había acostumbrado a dar dádivas al pueblo y de pronto ya no había dinero para seguir haciéndolo. Acudió al Fondo Monetario Internacional que lo obligó a implantar una política económica, la cual creo las condiciones que nos llevaron a nosotros a insurgir.

¿Qué impresión tuvo usted cuando Rafael Caldera, en el Congreso Nacional, justificó el golpe al afirmar que no puede haber democracia con hambre?

Nos alentó porque Caldera, que era prominente figura de la cuarta república, se identificaba en ese momento con el pueblo y el pueblo es el que decide  en momentos cruciales. Y lo llevó a la presidencia de la República por segunda vez.

¿Qué hace usted una vez que Chávez llega al poder?

Yo estaba acompañando a Chávez desde el partido Quinta República, que había sido antes el MBR 200. Eso fue en los primeros meses, porque yo tuve muchos roces con los civiles, particularmente Luis Miquilena y José Vicente Rangel, porque su intención era muy clara de apartar a los comandantes del entorno de Chávez. A Chávez se lo advertimos porque era una realidad y Miquilena terminó comprometido en el golpe que le dieron el 11 de abril.

¿Usted nunca rompió relaciones con Chávez?

Yo no rompí con Chávez, sino que me alejé del gobierno. Hablé con él para decirle que no podía continuar porque tenía problemas familiares, que había perdido contacto durante los años que tuve preso y que me iba a Mérida, donde tenia mi residencia.

Pero, realmente, ¿cuál fue el motivo por el cual se distanció del gobierno de Chávez, más allá de la incomodidad que le causaban Miquilena, José Vicente Rangel y otros civiles?

A mi una de las cosas que me impulsó a participar en la insurgencia fue precisamente llevar a cabo la lucha  contra la corrupción del gobierno  de la cuarta república. Y ese peligro lo veíamos en el nuevo gobierno Urdaneta y yo. Urdaneta, quien era jefe de la Disip, le hacia seguimiento al dinero que se manejaba en la administración pública y le informaba a Chávez del dinero que era llevado a los llamados paraísos fiscales con pruebas, pero Chávez no lo quería creer. Pedía más pruebas y más pruebas, y más pruebas y más pruebas le entregaba Urdaneta, pero él no tomaba ninguna decisión hasta que Urdaneta  terminó renunciando a la Disip y la cosa se puso más agria. Y no se tomó en cuenta la corrupción. Al final Urdaneta no quiso saber más del proyecto. Sin embargo, yo seguía apoyando  desde la distancia apoyando el proyecto, porque me parece que tiene unos fines muy nobles, ya que apunta a un nuevo Estado, a una nueva forma de gobernar, una nueva democracia.

Pero, ¿ese proyecto incluye a las comunas?

-Esa es precisamente la esencia del proyecto, ya que se plantea sustituir la democracia representativa por la democracia participativa y protagónica. En la representativa gobierna una élite al Estado, en cambio en la del proyecto es la gente con su participación y protagonismo. La gente no ha entendido qué es lo que significa una democracia participativa y protagónica en las cuestiones políticas.

¿Por qué Chávez no aplicó ese proyecto?

El único comprometido era Chávez, pero los demás, no.  Sus ministros no estaban comprometidos, ya que sólo dos o tres si creían en el proyecto. Jorge Giordani y Elías Jaua, si, sin embargo la mayoría de los ministros lo saboteaban. Y por eso no se desarrolló la democracia participativa y protagónica.

Como usted nunca se distanció de Chávez, ¿es verdad que Chávez murió a finales del 2.012 y no el 5 de marzo del 2013 cuando hizo el anuncio Nicolás Maduro?

Eso es lo que se comenta, pero no ha habido pruebas de ello. Yo ví su cuerpo en la urna en el museo donde reposa.

Cuando estuvo Chávez enfermo, ¿usted lo visitó en Cuba?

Sí, yo fui a Cuba a verlo, pero lo encontré entubado. No pude realmente conversar con él. Me pasé una semana esperando hacerlo, pero no fue posible.

¿Cuándo se enteró de la muerte de Chávez?

En marzo del 2013.

¿Cuál es la mayor observación que tiene sobre la conducción del gobierno?

Que no hay voluntad para aplicar el artículo quinto de la Constitución, el cual establece que la soberanía reside intransferiblemente en el pueblo y éste no ha entendido que se le dio el poder, pero cree que debe seguir bajo el poder del Estado.

¿Qué opina de las expropiaciones de fincas y empresas, ya que los economistas dicen que esa medida ha sido la culpable de la crisis económica nacional?

Fue una acción equivocada. No fue bien estudiada la decisión de quitarle a la oligarquía bienes para dárselos al pueblo, sin haber sido preparado. No se le podía dar tierras si antes no se le había enseñado a producir. Cómo se le puede dar maquinarias y equipos, si no tiene el entrenamiento necesario. Y si no se le da financiamiento, no puede terminar el ciclo de producción. Igual pasó con las cooperativas porque no fue preparada la gente. Eso ha ocurrido porque el fundamento del proyecto bolivariano es el poder popular. Está contemplado un consejo de planificación de políticas públicas en el municipio, un consejo estadal de políticas públicas en la gobernación y un consejo federal de gobierno encabezado por el presidente de la República, pero sólo este se reúne una vez. Un ejemplo de lo que estoy diciendo sería un vocero de la salud de un consejo comunal, el cual tendría que estar comunicado con lo que representa la salud en el municipio, éste con el del estado y terminaría con el ministro de la salud. Eso no ocurre y, en consecuencia, los recursos no bajan a la gente. El pueblo, entonces, anda como perdido porque no ha habido liderazgo comprometido.

¿Qué nos puede decir del arco minero?

Este es un ámbito del desarrollo de la economía, pero que fracasó porque se dijo que los recursos serían para el pueblo, sin embargo nadie da respuesta sobre la venta del oro y otros metales. Algún día se sabrá cuánta cantidad de minerales fue extraída en esa zona y a dónde fue a parar el dinero.

¿Qué piensa de lo que ha pasado con la oposición?

Ha habido un asesoramiento muy amplio con Cuba, donde se logró eliminar la resistencia de una oposición y cómo ahora teme que el pueblo se pueda alzar, el gobierno está muy alerta. En  Venezuela ya fue desarticulada la oposición y ahora falta desarticular la resistencia del pueblo. Eso de que el pueblo es soberano y de que el pueblo manda es un cuento que nadie lo cree. No hay voluntad para llevar adelante los postulados de la Constitución.

¿Cómo ha visto la diáspora tomando en cuenta que hay más de siete millones de venezolanos fuera de nuestro territorio?

Esa es consecuencia de la mala conducción de la economía. Es impresionante la magnitud de la pobreza en un país rico en recursos naturales. Y es lamentable que esta situación se agrave por la hiperinflación. El problema que existe es que no se pueden ocultar las fallas que tiene el gobierno. Uno que creyó en el proyecto bolivariano tiene que seguir pensando en que se debe hacer realidad. Al salir de la casa veo mucha pobreza y abandono, lo que repercute en el ánimo de cualquier ser humano.

¿Cuáles son los errores que tiene Maduro?

Muchos, pero si me pongo a contarlos no vamos a terminar hoy.

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