Resistencia antimicrobiana problema de todos, no solo de hospitales y centros de salud #5May

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Por Violeta Villar / www.lawebdelasalud.com

Durante el Café Científico, organizado por la Dirección de Investigación y Desarrollo (I+D) de la Secretaría Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (Senacyt), se abordó el tema Bacterias nosocomiales multidrogorresistentes en estancias hospitalarias y los desafíos que representa la resistencia antimicrobiana

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Antibióticos que ya no son capaces de controlar a los agentes que producen infección y pueden conducir a la muerte del paciente, es una realidad que se conoce como resistencia antimicrobiana y se ha convertido en un desafío para la salud pública y la ciencia.

Estamos retrocediendo a la era sin antibióticos”, afirma el Dr. Silvio Vega, MD, MSc. y coordinador de Laboratorio en la Caja de Seguro Social (CSS), frase que resume el desafío de conseguir salidas a un problema que debe ser asumido en colectivo.

El Dr. Vega intervino junto con la Dra. María Eugenia Gutiérrez, MD, de Medicina interna y enfermedades infecciosas del Hospital José Domingo De Obaldía y becaria de investigación de la Sociedad Europea de Microbiología Clínica y Enfermedades Infecciosa (ESCMID Fellow) y los doctores Fermín Acosta, PhD. y Amador Goodridge PhD., ambos del Instituto de Investigaciones Científicas y Servicios de Alta Tecnología (Indicasat–AIP), a propósito del Café Científico, organizado por la Dirección de Investigación y Desarrollo (I+D) de la Secretaría Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (Senacyt), denominado Bacterias nosocomiales multidrogorresistentes en estancias hospitalarias.

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Los doctores Silvio Vega, Fermín Acosta y Amador Goodridge son miembros del Sistema Nacional de Investigación (SNI) de la Senacyt.

Dr. Silvio Vega, Dra. Luz Cruz, Dra. María Eugenia Gutiérrez, Ing. Milagro Mainieri,
Dr. Amador Goodridge y Dr. Fermín Acosta

La era sin antibióticos

El Dr. Silvio Vega abrió el Café Científico con una reflexión sobre la preocupación del mundo entero, comenzando con la Organización Mundial de la Salud (OMS), por el impacto de la resistencia bacteriana.

“Ahora los agentes son resistentes a los antibióticos, es decir, ya el paciente no se cura fácilmente, y tampoco tenemos algún tratamiento de elección: Estamos retrocediendo a la era sin antibióticos”.

Esta particular agilidad e “inteligencia” de las bacterias hace que incluso puedan burlar a la tecnología y maten más que la malaria y el sida.

En el año 2019 hubo un registro de cinco millones de personas, quienes fallecieron por una causa relacionada con la resistencia a los antimicrobianos y, de esa cantidad, 1.27 millones fallecieron por causas directas, “producidas por infecciones con bacterias resistentes”.

“Las bacterias vinieron a la tierra millones de años antes que nosotros, por tanto, tienen más experiencia en sobrevivir y capacidad de transferir genes de resistencia”, así como de adaptarse a múltiples ambientes.

Un antibiótico se define de manera científica como “un metabolito producido por una bacteria o un hongo que a baja concentración puede inhibir el crecimiento de bacteria”.

De esta forma, la mayoría de los antibióticos derivan de bacterias y hongos del suelo cuya flora microbiana “desarrolló mecanismos para defenderse de la actividad de los antibióticos, es decir, son mecanismos naturales, anteriores al uso clínico de los antibióticos”.

El especialista explicó que no se trata de una situación nueva, pero sí es preciso abordarla de manera diferente: las personas creían que era un problema de los hospitales, centros o de la ciencia de la salud cuando en realidad es de todos y cada uno de nosotros debe contribuir a su solución.

Cuando una persona consume un antibiótico sin prescripción médica, comienza a ser parte del problema.

Si el residente de una comunidad entra en contacto con animales, crea una bacteria resistente y, al resultar hospitalizado, la disemina al resto de los pacientes.

El uso masivo de antibióticos en veterinaria también es causa de la resistencia antimicrobiana porque se emplean en animales que luego serán consumidos por la población o sus heces pueden pasar a las aguas y también contaminar.

En Panamá, de las bacterias más resistentes, tres “lideran” la lista:

  • Klebsiella pneumoniae
  • Acinetobacter baumannii
  • Pseudomonas aeruginosa

El estudio Características fenotípicas y genotípicas de aislamientos clínicos de Klebsiella pneumoniae ozaenae productora de carbapenemasas y β-lactamasas de espectro extendido en un hospital de la ciudad de Panamá (https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/34733509/), con datos de pacientes del año 2020, generó recomendaciones orientadas a fortalecer “el programa de administración de antimicrobianos y la política de control de antibióticos, así como intensificar las medidas de control y prevención de infecciones, como el saneamiento de las salas y una mayor frecuencia de lavado de manos”.

Panamá cuenta con las denominadas Normas de medidas básicas para la prevención y control de infecciones asociadas a la atención en salud.

El Hospital Santo Tomás ya incorporó los Programas para Optimizar el Uso de Antimicrobianos (PROA), bajo la coordinación de la Dra. Ana Belén Araúz, subdirectora, y cuenta con su Guía de Antimicrobianos en la intranet para consulta de la comunidad médica, de enfermería y técnica.

También la CSS tiene su PROA como parte de los esfuerzos locales, y desde los centros de salud, para atender esta epidemia de gérmenes resistentes.

Sin embargo, todavía es preciso hacer más y, al respecto, el Dr. Vega exhorta a la intervención gubernamental para establecer guías y activar el Plan Nacional contra la Resistencia.

Resaltó que el problema es grave: “La mayoría de las personas lo desconocen hasta que le toca a usted o a su familia”.

Resistencias que enferman

La Dra. María Eugenia Gutiérrez expuso con relación a las enfermedades infecciosas más frecuentes producidas por bacterias multidrogoresistentes.

En este caso hizo énfasis en la infección adquirida por un paciente en un hospital o centro de salud, tanto en los servicios preventivos, como diagnósticos, en la fase de tratamiento o incluso al egresar.

“Los días de vida ajustados por discapacidad, en el caso de las infecciones nosocomiales, doblan el efecto negativo de infecciones que no son nosocomiales como el VIH o la tuberculosis”, y, a más resistencia al antibiótico, su riesgo de morir es mayor.

En general, los pacientes con Infecciones Asociadas a la Atención de la Salud (IAAS), “tienen estancia hospitalaria prolongada, mayor mortalidad, complicaciones y discapacidad a largo plazo”.

Son los microorganismos multirresistentes los responsables de la mayoría de las infecciones nosocomiales al hacer complicado tratar al paciente con antibióticos que pierden su función.

Las principales IAAS son neumonías asociadas a la ventilación mecánica (la persona se expone por estar conectada a diferentes aparatos), de las vías urinarias y del torrente sanguíneo, asociadas al uso del catéter.

Al abordar las medidas de prevención en el ámbito hospitalario, es el lavado de manos la medida más eficaz y barata: antes de tocar al paciente y después del proceso de exposición.

La aplicación de los PROA, el conocimiento de la epidemiología local, la retroalimentación a proveedores, desarrollo de guías de tratamiento y restricción de ciertos antibióticos, también son estrategias de valor.

Técnicas moleculares y genómicas como medidas de control

El Dr. Fermín Acosta expuso el tema Abordaje molecular de la diseminación de la resistencia antimicrobiana: genes, transposones, plásmidos y clones.

Al respecto, expuso varios estudios que demuestran la importancia de conocer las características genéticas, moleculares y genómicas de las bacterias para lograr un mejor manejo, control y tratamiento eficaz.

Compartió resultados de investigaciones que abordaron las bacterias nosocomiales Klebsiella pneumoniae o Pseudomona aeruginosa, cuya capacidad de adaptación hace difícil su control con los antibióticos disponibles.

Propone aplicar técnicas moleculares y genómicas que permitan definir nuevas rutas de transmisión, tomar medidas preventivas y de control para evitar el incremento de casos.

Enfoque One Health

“Debido a la complejidad que representa la resistencia antimicrobiana (RAM) es necesario un abordaje desde diferentes disciplinas dentro del enfoque Una Salud (One Health)”, planteó el Dr. Amador Goodridge, quien conversó sobre La importancia del control de infecciones en Salud: enfoque One Health para educación e investigación.

El término One Health se originó en el siglo XIX y abarca la relación entre la salud humana, animal y ambiente.

Para Panamá, el enfoque One Health es viable, evidenciado por recientes análisis sobre las publicaciones científicas en temas relacionados con One Health y enfermedades infecciosas de nuestro país entre 1990 y 2019. Sin embargo, todavía es necesario fortalecer investigaciones multidisciplinarias, interinstitucionales e intersectoriales para abordar temas como el RAM.

“Puede lograrse a través de colaboración oficial y la inversión estratégica para desarrollar más competencias en el manejo de antibióticos. Especialmente es importante el abordaje One Health sobre el uso indiscriminado de antibióticos (tanto en entornos clínicos como agrícolas). Estas prácticas se consideran precursoras de RAM y, por lo tanto, es un problema importante de salud pública, en particular a medida que los brotes se vuelven más frecuentes y graves”, expresó el Dr. Goodridge.

Los microorganismos resistentes existen en los seres humanos, los animales, los alimentos y el medio ambiente.

La principal causa de RAM es el uso de antimicrobianos, lo cual se agrava cuando el manejo de los fármacos se hace de forma empírica o no guiada.

Por lo tanto, es esencial una recopilación y un análisis exhaustivos, colaborativos y coordinados de datos de múltiples dominios, es decir, un sistema de vigilancia de la RAM de One Health, para comprender la magnitud del problema, identificar tendencias, determinar cómo se vinculan el uso de antimicrobianos, evaluar políticas públicas y establecer prioridades.

Aunque en Panamá existe conocimiento de manejo de RAM, programas y actividades de vigilancia en diferentes sectores de salud humana; siguen existiendo lagunas de conocimientos sobre el uso adecuado de antimicrobianos en la población en general, en producción agropecuaria y transmisión en el ambiente, y también sobre la prevalencia y circulación de cepas bacterianas problemas de mayor riesgo de adquirir resistencia.

El enfoque One Health busca utilizar los conocimientos para integrar los distintos sectores de la salud humana, animal y ambiental y así obtener una imagen completa de la situación epidemiológica de la RAM.

De esta forma se logra identificar mejor los puntos críticos de control de transmisión e infección de estos microorganismos, destacó el investigador, quien subrayó que este enfoque colaborativo es una salida viable a este problema de salud pública.

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