A veces tomo la decisión de regresar sobre mis pasos y recordar tiempos idos, abro el cofre que guardo en la memoria de mis sueños que quedaron a la espera y como sigo esperándolos, sigo adelante mezclando mis viejos sueños como el otoño que va mezclando su tiempo con el fuego y con el frío.
A veces me concentro en los golpes que da el destino, en los jirones que guarda la historia, en el lenguaje de cada libro, en el de las espigas del camino, del frío, de las flores y de sus espinas, otras veces me concentro en la triste noche de aquel último adiós 7 de abril, oloroso aún a flores del pasado…
A veces miro hacia arriba y me sorprendo al ver la gloria de Dios tendiendo sus enormes alas sobre este cielo en que me encuentro. De vez en cuando se muestra Dios en lo más grande, como en lo más simple y sencillo, conjuntos de armonías de esplendores y de encantos donde puede hallar el alma seguro refugio y alegrías…
A veces en medio de mis nostalgias persistentes, me gusta escuchar la oración que reza la brisa por entre los rayos del sol, me gusta la que reza silenciosa la flor del camino, la que rezan las campanas al doblar, la que reza el campesino al acariciar su siembra y rezan los pliegues de la bandera cuando ondean felices anunciando libertad…
A veces me ocupo en devanar el tiempo, sigo aquí en medio de mi tarde de crepúsculos compartiendo dentro del silencio y la soledad cosas viejas y queridas, aprovecho el tiempo con el que aún cuento, antes que los vientos del otoño me empujen al invierno y terminen con todos mis sueños diluidos…
A veces pienso en ese amor que tanto buscamos a lo largo de la vida, el que al final termina siendo nada más que polvo. Uno aprende que la vida es apenas esclavitud de eso que llamamos inmortal esencia, esa que al final es lo que nos define como humanos del mundo, escenario donde la carne, el hueso y la sangre del bueno sucumben como sucumben igual los de los malos.
A veces sin que nadie lo sepa conmemoro las cosas y seres queridos que merecen lágrimas, sé que en el fondo del sueño quedaron los sueños a la espera del alivio de oír tras el silencio, el esperado acorde de una melodía preciosa ya olvidada, es ese instante en el que el sueño nos disgrega…
A veces quiero recordar palabras de los sabios o leer la composición de un loco poeta o de un fiero patriota que diga:
“En la memoria de los tiempos venideros el ruin será generoso y el flojo será valiente Por qué? Porque no hay cosa como la muerte para mejorar la gente”
Borges
“Hoy no me arrepiento más de nada. Hay una iglesia para cada error, una plegaria para cada pérdida y una palabra de paz para cada batalla”
Holandés Michel Krott
Amanda Niño P.
