Entrevista Dominical | Radames Graterol: La transición podría ser lenta y los partidos tienen que ayudar al nuevo presidente #9Jun

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Es probable que si el doctor Edmundo González Urrutia gane las elecciones presidenciales, tal como indican los números de intención de votos según las encuestas, se lleven a cabo las conversaciones con el gobierno para la transición del Poder Ejecutivo, pero las negociaciones serán lentas, avizora al ser entrevistado por El Impulso Radamés Graterol, politólogo y consultor político, quien considera que María Corina Machado, como líder de la oposición, pueda hacer entender que los cambios requeridos por el país se harán paulatinamente y no de una sola vez.

De igual forma estima que los partidos políticos no pueden esperar prebendas, dádivas y cargos burocráticos porque se formaría un caos en la administración pública. Lamenta que la fuerza armada nacional se haya declarado revolucionaria, antimperialista y bolivariana, dispuesta a impedir que la oposición acceda al poder, por boca del ministro de Defensa, ya que tiene que ser imparcial y estar ceñida a la Constitución.

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Transición paso a paso

¿Cómo ve usted la transición, que debe comenzar después del 28 de julio?

Yo la veo altamente probable. Espero que sea así, en el sentido de que, según los números expresados en todas las encuestas, aunque indican que la intención de votos es bastante firme hacia el candidato presidencial de la Unidad, doctor Edmundo González Urrutia, el resto de los poderes quedarán en manos del presente gobierno. Por supuesto, el 28 de julio, independientemente de que haya ese triunfo, todavía no hay la asunción de parte del doctor González Urrutia como primer mandatario nacional. ¿Qué implica eso? Que es un presidente de facto y tiene que convivir, aún sin ejercer el poder, con los otros poderes del Estado, que pueden ser cuestionados o no, pero que de alguna forma están vigentes y constitucionalmente, independientemente de lo que podamos cuestionarlos, existen también fácticamente y de hecho, aunque cuestionemos su legalidad, su legitimidad de origen, su desempeño, tendrán que mantenerse por cierto tiempo.

Acuerdos y excepciones

En el ambiente hay expectativa, porque Nicolás Maduro, en un acto público, anunció que si la oposición vuelve a ganar, se va. Y agregó: “Yo no me quedaré más aquí.” Pero, de hacerlo, todavía no se sabe cuándo se instalará el nuevo gobierno.

Debería instalarse en enero, tal como lo dice la normativa. Pero las transiciones, por lo general, son unos acuerdos, que no van contra la Constitución sino que son como normas muy especiales, las cuales se ajustan a los momentos de consensos y acuerdos políticos también. Si nos vamos a lo que conocemos, tomando el ejemplo más cercano que tenemos, es el de la justicia transicional de Colombia. A la gente le parecería extraño que en la última negociación de paz, que incluyó a los grupos violentos tanto de la guerrilla como el de los paramilitares, éstos de alguna forma recibieron prebendas como tener representaciones en el Poder Legislativo nacional y gozar de ciertas prebendas económicas, unas que se conocen y otras que no. Algunos dicen que inclusive allí hubo participación de Hugo Chávez y del mismo Maduro para aceptar que los guerrilleros y algunos otros grupos irregulares hicieran en Venezuela, todo eso bajo un acuerdo para poder lograr la paz, aunque no haya sido total. En ese aspecto, las justicias transicionales, aún cuando su intención no es violar el ordenamiento jurídico vigente, si tienen excepciones, muchas excepciones, para ponerse de acuerdo, como por ejemplo cuándo se asumiría el poder de quien gana. Esa es una buena pregunta. Por un acuerdo político podría ser antes de enero, pero para eso tendrían que ponerse de acuerdo los actores políticos que deben estar en plena negociación, independientemente de lo que nosotros pensemos. A veces nosotros, los ciudadanos, vemos las transiciones como algo totalmente apegado al ordenamiento que existe; pero, no es así, porque precisamente las justicias transicionales son una especie de excepciones normativas que se hacen a los fines de ajustarse a los acuerdos políticos.

Recompensas y participación extranjera

Algunos de los que detentan el poder, por una parte, tienen en su contra recompensas millonarias en dólares por el gobierno estadounidense para su captura, y si se quedan en Venezuela es posible que la justicia de los Estados Unidos solicite su extradición por ser personas comunes ; y por la otra, los países que podrían recibirlos, pudieran abstenerse de hacerlo por la misma circunstancia de que están solicitados. ¿O no es así?

Por eso es que la justicia transicional debe involucrar tanto actores nacionales como internacionales, que ya juegan como es el caso de la Unión Europea y los mismos Estados Unidos, que viene participando activamente en la negociación. Jurídicamente, para los Estados Unidos, Maduro, parte de su Poder Ejecutivo y algunos otros actores políticos tienen recompensas sobre sus cabezas. Yo creo que para poder hacer una justicia transicional tiene que extenderse el mismo acuerdo de Barbados. Porque no es que se va a negociar de manera parcial sin que los actores internacionales, que han venido actuando de manera visible y no visible, se involucren. Porque, hay que decirlo, en los acuerdos y las negociaciones hay elementos muy discretos, que se muestran, pero no todas las conversaciones son de micrófonos abiertos, ni de expresión de tocar rendición de cuentas. Hay muchas negociaciones que se hacen tras bastidores, que se asumen. Por ejemplo, las de carácter económico vienen avanzando mucho entre los gobiernos de Estados Unidos y Venezuela, porque los acuerdos en materia petrolera responde a que hay acuerdos bilaterales. Y en algunos otros intervienen otros estados tan importantes como Rusia y China. Más aún, hablando a favor del oficialismo, están Turquía, Irán, Irak, que para algunos en lenguaje cristiano llaman el eje del mal, y por otro lado, en lo que respecta a las fuerzas de Occidente, se incluyen también a la Comunidad Económica Europea y a otros países que intervienen como polo de intereses, porque ahora la política es mucho más global que antes. Se dice que si alguien estornuda en un país la repercusión puede estar en el Medio Oriente o en Lejano Oriente porque hoy la multipolaridad del poder permite de una u otra forma que haya influencia de uno sobre otro, que haya bloques, los cuales no son los mismos de antes cuando la primera y la segunda guerra mundial, y la guerra fría. Es de destacar que una justicia transicional en Venezuela, tal como han sido otras transiciones, pasa por encender que hay llegar a acuerdos, independientemente de las grandes diferencias que puedan existir. Cualquiera no va a dejar el poder así nomás. Lamentablemente, no estamos en una democracia porque hay que decirlo asì, si no que estamos en un autoritarismo electoral, que si no logra con sus normas y sus reglas propias obtener el triunfo presidencial el 28 de julio, se va a imaginar de cómo mantener poder, no obstante perder el Poder Ejecutivo.

Crímenes de lesa humanidad

Insisto en la situación de los funcionarios de alto nivel porque sobre ellos pesan señalamientos que han obligado a la Corte Penal Internacional a investigar como presuntos delitos de lesa humanidad la muerte de 9.465 personas en diez años. ¿En esa justicia transicional hay que incluir a ese organismo?

Sí. Aún cuando uno creía que los poderes eran completamente separados, por ejemplo en el caso de los Estados Unidos, sorprende que se le permita a Alex Saab estar libre, y ha sucedido porque de alguna forma hay acuerdo entre los estados para que la liberación de esa persona se produzca aunque tenga graves señalamientos delictivos. Y se ha dado porque los presidentes en algunos países tienen la facultad de indultar, pero eso no surgió por una idea de Joe Biden o porque a él se le ocurrió, o lo conversó con Nicolás Maduro y haya dicho: vamos a hacerlo para que se permitan hacer las elecciones presidenciales. Ahí de alguna forma el concierto internacional está actuando. y yo creo que la Corte Penal Internacional también. Y si no, fíjese que muchas veces cuando el gobierno ha tomado decisiones muy fuertes contra la oposición, generalmente, al otro día se pronuncia la Corte Penal Internacional. Esto no es nada aislado, sino que es algo como lo digo, es un concierto internacional. Yo pienso que antes de las presiones de lado y lado se hace de esta forma: Cuando el gobierno quiere presionar toma unas acciones duras contra la oposición y critica duramente a cualquier país que apoye a la oposición, y cuando se quiere responder por el lado de la oposición, que no todo el tiempo tiene la fuerza sino la de la opinión pública, salen declaraciones del Departamento de Estado de los Estados Unidos o de la Corte Penal Internacional, mostrando los dientes, como diciendo: tú presionas, amenazas, coaccionar y usas las fuerzas; pero, te advierto que nosotros tenemos la posibilidad de actuar. Claro, es un poder más abstracto, son decisiones más tardías, más lentas, pero estar en un juicio de la Corte Penal Internacional no es fácil para ningún actor político.

Buena gerencia pública

Si no hay investidura del nuevo presidente hasta enero, le quedan al gobierno cinco meses, durante los cuales tiene en sus manos el presupuesto de la nación. ¿Podría o no el nuevo gobernante participar en la administración presupuestaria?

El presidente tiene el poder del Ejecutivo porque fue electo hasta el 10 de enero del 2025, salvo que se hable algo distinto para la transición. Pero, esto es legal y constitucional porque está en plenas facultades y competencias como primer mandatario nacional. Lo ideal sería en un momento de sensatez que hubiesen unas comisiones de enlace, por la experiencia que tengo como alcalde que fui y lo que conocemos ese tipo de transferencia, para que esas comisiones pudieran actuar las dos partes buscando que el presupuesto resuelva más los intereses de los ciudadanos que algún interés que pueda tener una de las partes como tal. En un ejercicio democrático debe ser siempre la participación ciudadana, presupuestos participativos, gobiernos abiertos, colaboración de la empresa privada, las onegés, los ciudadanos de a pie, los partidos políticos, es decir, todos los actores de la sociedad o lo que es lo mismo, una gerencia pública para crear valor público. Una buena gerencia pública tiene que ser para crear valor público debería ser el ejemplo de lo que debe ser la construcción de un presupuesto que responda a las necesidades, a las problemáticas y a las prioridades que tenemos los ciudadanos

Militares revolucionarios y enemigos de la oposición

¿Qué nos puede decir en el paso de la transición el papel de los militares, que forman parte del gobierno en posiciones muy importantes, ya que el propio ministro de la defensa, Vladimir Padrino López, aliado del presidente, en su arenga del 5 de julio del 2020, advirtió que jamás la oposición tendrá poder político mientras existan estas fuerzas armadas antiimperialistas, revolucionarias y bolivarianas, y otros altos oficiales han repetido lo mismo?

Yo pienso que eso es algo lamentable, porque ellos debieran ser unos actores imparciales y sus funciones son precisadas por la propia Constitución. Lamentablemente, no ha sido así. Sin embargo, los que tienen más experiencia que nosotros y lo que es la historia política venezolana contemporánea y antes de esta, indican que siempre ha prevalecido el viejo adagio: Rey muerto, rey puesto. ¡Viva el rey! Y cuando digo esto es porque los militares o las fuerzas armadas han respondido siempre a quien ejerce la primera magistratura nacional. Puede ser lo que hablamos anteriormente. Cuando se va a una negociación no se muestra la cara más fuerte, la posición más dura, a los fines de sacarle provecho a esa conversación. En la mesa se colocan las cartas; pero, de que no pueda cambiar la posición es otra cosa. Hay que ver que pasaría una vez que gane un nuevo presidente distinto al del oficialismo si la fuerza armada nacional, toda monolítica, se va a mantener con esa posición. Ahora es posible que lo sea porque responde a un presidente que queramos o no, es Nicolàs Maduro Moros. Pero, estando un nuevo presidente puede que haya en la misma fuerza armada nacional algunas fracciones que piensen totalmente distinta y quieran congraciarse con el nuevo mandatario

El papel de la gran electora


¿Cuál será el papel de María Corina Machado si, efectivamente, se impone en las elecciones el doctor Edmundo González Urrieta, tomando en cuenta que ella es la que ha tenido la mayor aceptación en la Primaria y ha venido impulsando la candidatura unitaria con la Plataforma Democrática?

Obviamente, ganó abiertamente la Primaria. Estoy totalmente de acuerdo en que es la gran electora nacional, es la mayor Influencer política que tenemos ahora en el país, es innegable su aceptación tanto en Lara como en todos los recorridos que ha hecho a nivel nacional; pero, hay que entender que mientras pese sobre ella una inhabilitación para ejercer cargos públicos, su papel será el de un liderazgo fáctico. Una persona de orientación, que une a la ciudadanía y partiendo de la idea de que gane el doctor González Urrutia, formaría ella parte de esos actores políticos que podría canalizar muchas de las demandas y de las exigencias que hacen los venezolanos. Y creo que es muy importante su papel porque su liderazgo, como vocera influyente, puede hacer entender a los venezolanos que muchos de los cambios que se van a producir en Venezuela no serán de una vez. sino que se harán de forma paulatina, que irán paso a paso, en vista de que no se tienen los recursos para cubrir todas las demandas que hace la sociedad en general frente al Estado. Creo que uno de los grandes problemas que tiene la democracia ahora y muchos de sus cuestionamientos obedece a que cuando estamos en campañas electorales, los candidatos podemos generar expectativas muy altas y tenemos muy poca capacidad para responder. en vista que la situación de las arcas públicas en Venezuela no son color de rosa. Aquí no hay tesoro, no hay morocotas guardadas, aquí lo que hay es un país muy rico en recursos, pero el fisco nacional tiene muchísimos problemas para atender a todas las exigencias que está haciendo el país como, por ejemplo, un aumento de salario que sea justo y suficiente como lo plantea la Constitución. El papel de María Corina Machado, para mi, sería el papel estelar en vista de que ella debe ser una persona que debe generar conciencia en la población y entender al nuevo presidente de que aun cuando se tienen que generar respuestas es necesario hablarle claro al país. Se necesita mucho respaldo internacional, inclusive; pero también mucha educación, mucha formación y mucha cultura para entender que en seis años no podrán ser solucionados completamente todos los problemas porque éstos se han agravado en un cuarto de siglo y se requieren de inmensos recursos económicos para irlos resolviendo.

Reconversión de los partidos

¿Y cuál debe ser el papel de los partidos políticos democráticos que ahora están respaldando a González Urrutia?

Pienso que el papel de los partidos, y es mi deseo como consultor político, debe ser su reconversión. Una acción a los nuevos tiempos y cumplir plenamente con eso mismo que le estoy señalando a María Corina Machado. Si bien es cierto que los partidos tienen vocación de poder, una de sus características fundamentales tiene que ser canalizar las demandas de los ciudadanos, sean partidarios o no de ellos, frente al Estado, y ayudar también a construir puentes de comunicación permanente entre sus militantes y ciudadanos en general con el gobierno como tal. Aquí tiene que venir de verdad —y yo creo que es una gran contribución de los partidos y organizaciones no gubernamentales — a facilitar el diálogo permanente, la sociedad de la escucha. Tienen que ser puentes claves para hacer escuchar la voz de los ciudadanos; pero, ellos también tienen que comprender que muchas de las propuestas que puedan hacer y muchas de las exigencias burocráticas no podrán ser resueltas en un tiempo tan corto. Tiene que haber un gran consenso nacional, como lo llamaron en el pasado La Ancha Base, una especie de Pacto de Punto Fijo muy amplio, que involucre a todos los que tenemos interés en el país. Los partidos políticos tienen que ayudar a desarrollar ese gran papel. Porque una presión de los partidos exigiendo prebendas, dádivas, puestos de carácter burocrático, más que ayudarlo lo que puede generar es un caos peor al que estamos viviendo. En definitiva, los partidos políticos tienen que hacer un correaje muy especial entre los ciudadanos y quien va a asumir la presidencia de la República que tendrá una gran carga de problemas y el compromiso de cambiar la forma del Estado. Porque si el Poder Legislativo, el Tribunal Supremo de Justicia, la Contraloría, la Fiscalía, el Poder Electoral, van a tener un presidente diferente y no lo reconocen va a ser más difícil darle respuesta a los planteamientos de la sociedad en relación a la inflación, problemas económicos y sociales y la situación crítica y forzosa que ha llevado a nuestros hijos a que estén fuera de nuestro territorio. Y aquí volvemos a los pasos que se deben dar para que haya una transición efectiva y con buenos resultados.

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