Trabajo de www.talcualdigital.com
El gobierno de Argentina calificó de «ridícula» la denuncia que hiciera el gobernante Nicolás Maduro de un supuesto plan para atentar contra la vicepresidenta Delcy Rodríguez, y en el cual habría participado el gendarme argentino Nahuel Gallo quien se encuentra detenido desde diciembre en una cárcel venezolana.
«Escúchame bien, Maduro: tus mentiras no te van a salvar. Acusar sin pruebas a Nahuel Gallo de un complot ridículo solo expone la desesperación de tu régimen asesino, que está llegando a su fin. Al delirio de un asesino de su propio pueblo no hay palabras con que responderle. La Argentina no va a tolerar más este atropello. ¡LIBERÁ A NAHUEL YA!», publicó este martes 7 de enero la ministra de Seguridad de Argentina, Patricia Bullrich en su cuenta de X.
En un acto con autoridades civiles, policiales y militares, Maduro afirmó en la tarde del lunes 6 que fueron detenidos 125 supuestos mercenarios extranjeros, que «desde el sur de América con planes específicos para intentar atentar contra la vida de la Vicepresidenta» y aseguró que el gobierno de Javier Milei está directamente involucrado.
«Se trata de una agresión fascista internacional contra Venezuela que encabeza, financia y promueve el imperialismo norteamericano», dijo Maduro.
Declaraciones de la investigación en Venezuela
Por su parte, el ministro de Interior y Justicia, Diosdado Cabello, indicó que los 125 detenidos son de 25 nacionalidades, incluyendo venezolanos, que pretenderían atentar contra Rodríguez, también titular del Ministerio de Hidrocarburos.
«Fue la primera información que nos llegó a nosotros y, a partir de allí, comenzó la investigación, y han sido detenidos, están siendo procesados, llevados ante la Justicia, como corresponde. Tenían tareas específicas de atacar servicios públicos, actos terroristas y atentar contra dirigentes de la revolución bolivariana», dijo Cabello en un acto transmitido por el canal estatal VTV.
Por el caso de Nahuel gallo, la Fiscalía venezolana abrió una investigación contra el canciller argentino Gerardo Werthein, y la ministra Patricia Bullrich.
