En una decisión con amplias implicaciones geopolíticas y económicas, el gobierno de los Estados Unidos permitió que expirara la licencia que habilitaba a Chevron para realizar operaciones petroleras en Venezuela, cerrando un capítulo de flexibilización temporal en las sanciones que había marcado el tono de la relación bilateral en los últimos años.
La licencia, que expiró a las 11:59 p. m. del 27 de mayo, no fue renovada por decisión del Ejecutivo estadounidense.
El fin de una licencia clave
Esta medida pone fin a las operaciones comerciales regulares que la petrolera estadounidense Chevron venía desarrollando en territorio venezolano desde que se le otorgara autorización limitada bajo el marco de sanciones impuestas al gobierno de Nicolás Maduro.
Aunque se ha emitido una licencia restringida únicamente para labores de mantenimiento, esta tiene el propósito específico de preservar el estado del equipo y la infraestructura en caso de un cambio de gobierno que permita la eventual reactivación de la producción petrolera. Esta licencia, de carácter técnico y transitorio, no permite exportaciones ni beneficios para el gobierno de Maduro.
Marco Rubio: La licencia expirará como está previsto
El senador republicano Marco Rubio, conocido por su postura crítica hacia el chavismo, se adelantó a los anuncios oficiales y advirtió el pasado 22 de mayo que la llamada ‘licencia petrolera pro-Maduro’ expiraría sin renovación, rechazando la posibilidad de nuevas flexibilizaciones.
A través de su cuenta oficial en X (antes Twitter), Rubio celebró la decisión como un revés para el gobierno venezolano y sus aliados, subrayando que toda autorización previa concedida bajo la administración Biden debía ser suspendida para impedir el enriquecimiento de “los cómplices del régimen”.
Impacto estratégico y presión internacional
La expiración de la licencia a Chevron no solo afecta la operatividad energética en Venezuela, sino que representa un cambio de tono en la política exterior de Estados Unidos hacia América Latina, especialmente tras los intentos diplomáticos del último año que buscaron condicionar el alivio de sanciones al cumplimiento de garantías electorales y liberación de presos políticos.
El gobierno estadounidense también reiteró que está consciente de la situación de ciudadanos detenidos injustamente en Venezuela y que continuará utilizando herramientas diplomáticas y sanciones para aumentar la presión sobre la administración de Maduro.