La comunidad de La Valeria, en el municipio Fernández Feo del estado Táchira, enfrenta una situación crítica tras más de 96 horas de un deslizamiento de tierra activo, que amenaza con represar el cauce del río Uribante.
El fenómeno geológico, que avanza sin detenerse, podría generar una acumulación masiva de agua con potencial de causar una inundación catastrófica aguas abajo si el tapón natural llegara a colapsar.
Según denuncias de vecinos y líderes comunitarios, la ladera inestable continúa fracturándose, arrastrando árboles, estructuras y todo a su paso. Al menos 30 familias han perdido por completo sus viviendas, mientras decenas más permanecen en riesgo. Videos y testimonios difundidos por redes sociales muestran el momento en que la tierra se desplaza violentamente, llevándose consigo casas y pertenencias.
“La montaña sigue bajando. Lo hemos dicho una y otra vez: si esta tierra tapona el río Uribante, se va a formar una represa natural que puede romperse de golpe. Eso sería una tragedia peor para todo el sur de Táchira”, alertó un residente en un video publicado por Instagram.
Peligro inminente
Vecinos de La Valeria emitieron un comunicado urgente, advirtiendo sobre el potencial desastre que se avecina si el curso del río llega a obstruirse completamente. En ese escenario, comunidades ribereñas situadas aguas abajo quedarían expuestas a una inundación súbita y sin tiempo de evacuación. Las consecuencias podrían incluir la pérdida de cultivos, ganado, carreteras y vidas humanas.
Lo más preocupante, según autoridades locales, es que el deslizamiento no fue causado por lluvias recientes, lo que indica la necesidad de una evaluación técnica inmediata para determinar las causas geológicas del fenómeno y activar medidas preventivas de forma urgente.
Familias damnificadas esperan respuesta institucional
Hasta el momento, no se han reportado víctimas fatales, pero los daños materiales son cuantiosos. Las familias damnificadas han improvisado refugios temporales o han sido acogidas por vecinos. La comunidad hace un llamado al Gobierno nacional y a los organismos especializados en gestión de riesgos para que envíen equipos de geólogos e ingenieros que evalúen el terreno y determinen el comportamiento futuro del deslizamiento.
“No es una grieta, es toda una montaña que se vino abajo. Necesitamos ayuda urgente, no queremos lamentar más pérdidas”, insistieron los habitantes en varios mensajes compartidos desde el lugar del desastre.
La zona permanece en estado de alerta, y se exhorta a las comunidades cercanas al río Uribante a mantenerse informadas y seguir las recomendaciones de Protección Civil. Mientras tanto, el avance del deslave continúa, y el tiempo corre en contra de una respuesta efectiva que evite otra tragedia en el país.