Trabajo de www.radiofeyalegrianoticias.com
Gabriel Wald, director del Observatorio de Empleabilidad y Procesos Formativos de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), reveló que entre el 50% y el 60% de los bachilleres que egresan de colegios privados en la Gran Caracas y el Oriente Sur del país aspiran a cursar una carrera universitaria larga.
Durante una entrevista en el programa Háblame Bajito de Radio Fe y Alegría Noticias, Wald citó datos del estudio Preferencias y tendencias sobre la Educación Superior 2024 del Monitor de Bachillerato, basado en encuestas a 2 719 estudiantes.
Según explicó, un 13% se inclina por carreras cortas, mientras que cerca del 20 % prefiere opciones como cursos, certificaciones o diplomados.
Aunque el interés por las carreras largas venía en descenso sostenido hasta 2019, mostró una leve recuperación en los últimos años, aunque sin alcanzar el 80 % registrado en 2014.
Mientras en Caracas alrededor del 78 % de los jóvenes aspira a desarrollar su proyecto de vida en su región de origen, en el Oriente Sur esa proporción baja al 49 %.
En esta última zona, más de un tercio de los jóvenes planea trasladarse a otra parte del país, siendo la Región Capital el principal destino.
Percepción frente a la educación superior
Entre sus principales actitudes frente a la educación superior destacan la percepción de escasa oferta de carreras, tanto largas como cortas; la idea de que es posible construir una trayectoria profesional sin pasar por la universidad; y la intención de emigrar que alcanzó su pico en 2018 con 23 %, pero actualmente se sitúa entre 13% y 15%.
Por último, los estudiantes expresan preferencia por las carreras largas, así como por el comercio y el emprendimiento.
“Entre el 20% y el 22% de los jóvenes que se gradúan de la universidad están convencidos de que trabajarán por cuenta propia (…) Entre el 76% y el 78% está dispuesto a trabajar bajo dependencia”, apuntó Wald, desmontando el mito de que la juventud actual solo está interesada en hacer dinero. “Sigue prevaleciendo el valor de la educación en las familias”, agregó.
La investigación también evidenció diferencias según el nivel socioeconómico. En los estratos más altos, los jóvenes tienden a preferir la formación autorregulada; en cambio, quienes cuentan con menos recursos priorizan obtener una titulación universitaria y combinarla con actividades comerciales.
En contextos más vulnerables, algunos oficios o profesiones del sector público comienzan a ser vistos como formas más accesibles y rápidas de lograr ingresos, más allá de la vocación.
Carreras más demandadas
Creció el interés por Psicología y Arquitectura. Medicina, Administración y Comunicación Social se mantienen entre las opciones más elegidas.
También destacó el área de diseño en sus distintas variantes. Derecho, que había sufrido una caída, mostró una recuperación con un 4 % de preferencia.
En el área de ingeniería, Informática encabeza las preferencias: un 3 % la elige como primera opción y un 6 % la incluye entre sus tres primeras.
Por el contrario, Ingeniería Civil perdió atractivo debido a la percepción de que hay pocas oportunidades laborales en el país, una visión que Wald calificó como limitada.
“Construir” una vocación
El también psicólogo advirtió que solo entre el 30% y 40% de los consultados se siente completamente seguro sobre la carrera que desea estudiar, por lo que planteó que la orientación vocacional debe ir más allá de elegir entre las carreras tradicionales.
“La invitación al joven ya no es a descubrir una vocación, sino a construirla”, afirmó. “Más que pensar en qué carrera vas a estudiar, es pensar en qué quieres y puedes trabajar”.
Insistió en que los estudiantes deben informarse sobre las transformaciones que atraviesan los sectores productivos, cuáles empleos están siendo sustituidos por tecnologías digitales y en cuáles se pueden aprovechar esas tecnologías para ser más competitivos.
Conocer el entorno laboral desde temprana edad
Según Wald, lo ideal sería que los jóvenes tuvieran contacto con distintos entornos laborales desde los 12 o 13 años, para reconocer en qué espacios se sienten cómodos y luego vincular eso con una carrera.
“Si solo te enfocas en las carreras que se ofrecen actualmente en el país, te estás quedando con un pedazo muy pequeño del mundo productivo”, alertó.
Propuso combinar una carrera de largo aliento con cursos, diplomados y certificaciones que brinden herramientas útiles en el corto plazo y ayuden a aterrizar esa formación.
Asimismo, recomendó no temer al cambio de carrera si, al avanzar en los estudios, el estudiante siente que no encaja con su elección.
A su juicio, las universidades deberían contar con profesionales de orientación para quienes se quieran cambiar de carrera o estén por graduarse y no encuentren opciones laborales claras, pero reconoce que la situación del país dificulta ese tipo de espacios.
Revalorizar la formación técnica
Urgió revalorizar la formación técnica en el país y dejar de pensar que todos tienen que ser licenciados, ingenieros o médicos, no porque no sean importantes, sino porque lo que más se necesita para producir son oficios y carreras técnicas y eso no debe verse como algo menor.
En vista de que muchos bachilleres egresados de colegios públicos o subsidiados se insertan de inmediato en el mercado laboral, la UCAB Guayana impulsa un curso de certificación laboral de 10 meses, que incluye pasantías supervisadas.
El objetivo es que aprendan herramientas básicas para enfrentar una entrevista, manejar códigos de vestimenta o saber cómo actuar en un entorno de oficina.
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