Trabajo de www.radiofeyalegrianoticias.com
Fernando Pereira, fundador de la ONG Centros Comunitarios de Aprendizaje (Cecodap), señaló que cualquier plan que busque reincorporar a los niños y adolescentes fuera del sistema escolar debe ser bienvenido, pero advirtió que el desafío más grande no es solo que regresen a las aulas, sino que permanezcan en ellas.
El Ministerio de Educación anunció que entre el 11 y 16 de agosto se conformarían los equipos encargados del “diagnóstico comunitario” para identificar a los jóvenes que están fuera del sistema escolar y garantizar su retorno al próximo año escolar, que iniciará el 15 de septiembre.
En entrevista con el programa Punto y Seguimos de Radio Fe y Alegría Noticias, Pereira explicó que la deserción escolar en Venezuela responde a múltiples factores, entre ellos la emergencia humanitaria compleja y la difícil situación social y económica de muchas familias.
“Los niveles de pobreza indudablemente contribuyen a que haya niños y adolescentes que no vean en la escuela una posibilidad de salir adelante o de continuar por ese camino”, indicó.
Romper el vínculo educativo expone a riesgos
El educador resaltó que tras la pandemia por COVID-19, hubo estudiantes que no regresaron a sus centros de estudio o que lo hicieron con una asistencia muy irregular que afecta directamente el rendimiento académico.
Además, apuntó que factores propios de las escuelas, como la calidad de la educación, el deterioro de la infraestructura, la poca asistencia y motivación de los docentes, y los servicios públicos deficientes, han contribuido a que exista una población rezagada.
Enfatizó que la escuela, especialmente en momentos de crisis, debe ser un espacio seguro y protector donde los jóvenes reciban conocimientos pedagógicos u socialicen.
Según Pereira, romper el vínculo con la educación supone una tragedia para los muchachos, ya que aumenta su exposición a distintos riesgos, explotación y limita sus oportunidades de desarrollo.
Infraestructuras óptimas y docentes motivados
Consideró que, para recibir a los estudiantes en septiembre y octubre, las instituciones deben contar con espacios dignos y con docentes motivados, lo que pasa por revisar y mejorar sus condiciones sociolaborales.
Destacó que la reincorporación de los estudiantes debe incluir un currículo flexible y una propuesta pedagógica adaptable para nivelar a los alumnos y hacer evaluaciones acordes a sus necesidades, evitando que “entren por una puerta y salgan por la otra”.
Asimismo, pidió contar con apoyo especializado en desarrollo humano, psicología y protección estudiantil porque probablemente esos chicos estén enfrentando heridas emocionales relacionadas con abusos, violencia intrafamiliar o comunitaria, problemas de autoestima, déficit de atención o dificultades de aprendizaje.
Formación para producir y aprender
Finalmente, Pereira instó a crear políticas públicas complementarias al Programa de Alimentación Escolar (PAE), que incluyan programas socioeducativos, becas y apoyo a las familias, así como formación socioproductiva que permita a los jóvenes vincular la educación con oportunidades reales de desarrollo y supervivencia.
“Tenemos que hacer énfasis en esa formación para producir y trabajar que de alguna manera le dé respuesta a ese grupo importante de la población que se ve a veces en el dilema entre ir a la escuela o sobrevivir”, concluyó.
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