El Secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, emitió este domingo un comunicado en el que reafirmó el compromiso inquebrantable de Estados Unidos con la restauración del orden democrático y la justicia en Venezuela, un año después de las controvertidas elecciones presidenciales del 28 de julio, en las que, según el funcionario, Nicolás Maduro se declaró ganador sin fundamento.
Rubio fue enfático al declarar que «Maduro no es el presidente de Venezuela y su régimen no es el gobierno legítimo». La declaración subraya la postura constante de Estados Unidos de desconocer la legitimidad del actual liderazgo venezolano.
El Secretario de Estado no dudó en señalar a Maduro como el líder de una «organización narcoterrorista designada como el Cartel de Los Soles«, a quien responsabilizó directamente del tráfico de drogas hacia Estados Unidos y Europa.
«Maduro, actualmente imputado por nuestra nación, ha corrompido las instituciones venezolanas para ayudar en el esquema criminal de narcotráfico del cartel hacia los Estados Unidos», afirmó Rubio, destacando las graves implicaciones de estas acusaciones para la seguridad regional e internacional.
El comunicado también abordó la manipulación electoral, un tema recurrente en la crítica estadounidense al gobierno venezolano.
«Durante años, Maduro y sus cómplices han manipulado el sistema electoral venezolano para mantener su control ilegítimo del poder», señaló Rubio. Además, criticó la decisión de su administración de programar elecciones municipales en la víspera del aniversario de las elecciones presidenciales de 2024, describiéndolo como un intento de «desplegar a las fuerzas militares y policiales para suprimir la voluntad del pueblo venezolano«.
Para finalizar, el Secretario de Estado reiteró que «Los Estados Unidos continuará trabajando con nuestros socios para responsabilizar al régimen corrupto, criminal e ilegítimo de Maduro«. Advirtió que «Aquellos que roban elecciones y utilizan la fuerza para aferrarse al poder socavan los intereses de seguridad nacional de los Estados Unidos», subrayando la importancia estratégica de la situación venezolana para Washington.