¡GANÉ en la gran CARRERA del CHIVO!
“El ejercicio al aire libre es el mejor; pero debe hacerse gustosamente y de modo que fortalezca los órganos débiles, sin que nunca degenere en penosa faena”, Libro Ministerio de Curación. Pág.183. Elena de White.
Como muchos de mis amables lectores saben que soy un “fiebroso corredor de calle”. Y que cuando hay una carrera, en lo posible trato de participar, si el costo me lo permite (algunas se han vuelto muy onerosas) me han preguntado que cómo me fue en la que se llamó “La Gran Carrera Del Chivo”. Evento que durante 15 años un grupo de hombres y mujeres encabezados por mi amigo y colega Profesor Héctor Pérez y su esposa Yajaira con un equipo de trabajo envidiable se encargan de organizar, se ha vuelto la representación genuina del gentilicio larense en estos eventos deportivos, quizás único en su tipo en toda Venezuela. Es un ícono indiscutible del sentir larense y es por ello que nos gozamos
Se le llama “Carrera del chivo” por la peculiaridad de su recorrido que solamente aquellos quienes adoptamos una de la característica de este animalito estaremos capacitados para correrla. Y todo se debe a la sinuosidad topográfica que debemos enfrentar al hacerlo. Son tres cerros de dimensiones variadas que solo un CHIVO lo transita sin ningún problema por cuanto es parte de su naturaleza. Pero para nosotros, los seres humanos, “adictos” a esta actividad es diferente. Toca, toca enfrentar los riesgos correspondientes, que con sacrificio, preparación y determinación. Y principalmente con la confianza de tener la compañía de nuestro Dios Todopoderoso “Vamos para esa”. Y fuimos. Y gané.
Y es que cuando tomé la determinación de correrla, cuando reuní los verdecitos para inscribirme, cuando durante un mes me levanté bien temprano a entrenar y por la noche me ponía hielo en una vieja lesión en el tobillo, definitivamente gané. Al ver las sonrisas de alegría y los gritos de apoyo de mi esposa, mi hija y mi yerno aupar en plena carrera. Las preguntas de mis vecinos acerca de la posibilidad de correrla y los gestos de admiración que con casi 72 años me atreva a hacer ese recorrido, entonces gané. Tan solo cruzar la meta sin tomar en cuenta los cientos de corredores que llegaron delante de mí y luego observar los cientos de jóvenes, mujeres y contemporáneos llegar después que yo. Recibir la medalla de participación de unos niños con sus lindas caras de admiración y recibir el kit de refrigerio que contenía mi arepa rellena con chivo es más que suficiente para concluir que GANÉ en la Carrera del Chivo.
Pero aparte de todo eso. El hacer el hábito de vivir preparándose para cualquier carrera que sea planificada en la ciudad, adquirir la disciplina de hacerlo por lo menos 3 veces a la semana, vencer la pereza y las ganas de quedarse durmiendo hasta tarde y estar consciente que el ejercicio es necesario para equilibrar la presión arterial, reducir el colesterol en la sangre, controlar y reducir el peso corporal, aumentar la capacidad respiratoria, la eficiencia cardíaca, tonificación de la musculatura y oxigenación de los tejidos. Todo eso me hace concluir que efectivamente gane. Pero es demasiado importante meditar en lo que dice la escritora norteamericana Helen White por cuanto sus opinión va de la mano de lo que DIOS enseña a sus criaturas “El ejercicio al aire libre es el mejor; pero debe hacerse gustosamente y de modo que fortalezca los órganos débiles, sin que nunca degenere en penosa faena” Libro Ministerio de Curación. Pág.183. Elena de White. ¿Cómo les parece?
¡Hasta la próxima carrera Dios mediante! Perdón, el próximo artículo. “Llegó la hora del Juicio” Parte II.
William Amaro Gutiérrez