Gracias al llamado que a través de EL IMPULSO realizaron los agricultores afectados, este miércoles pudo ser abierto, aunque parcialmente, el paso de vehículos por el sector conocido como Barro Negro, parroquia Yacambú, municipio Andrés Eloy Blanco.
Como se informó, los campesinos de caseríos como Guapa, Los Palmares, San Antonio, Bellorín, Sabana Redonda, Cerro Pando y Chamiza, entre otros, quedaron aislados el domingo por la noche cuando la quebrada Las Tunas se llevó parte de la carretera que les comunica con Sanare.
El martes se pudo rellenar con troncos parte de la vía hundida pero debido a otra crecida de la quebrada nuevamente el paso tuvo que ser suspendido ante el peligro que representaba tratar de cruzarla.
Este miércoles se presentaron en el lugar técnicos del Ministerio de Transporte y Tránsito con instrucciones precisas para adelantar los trabajos necesarios que garanticen la utilización de la carretera.
Antes, los mismos campesinos habían colocado unos troncos que permitieron el paso de algunos vehículos que permanecían detenidos al otro lado de la quebrada desde el mismo domingo.
Para evitar nuevos hundimientos, pues continúa lloviendo sobre la zona, se impide el paso de vehículos pesados de cualquier tipo y sólo lo hacen aquellas unidades a doble tracción, pero pequeños.
El prefecto del municipio Andrés Eloy Blanco, Isidro Piña, quien ha estado pendiente de la situación, acudió nuevamente este miércoles al lugar donde dialogó con la ingeniera del MTT encargada de la obra.
La funcionaria le informó que en las próximas horas llegarían unos cinco tubos de 62 pulgadas para ser colocados en el paso de la quebrada y luego, con el relleno a llevarse a cabo, permitir el normal desplazamiento de automotores de todo tipo.
Campesinos de esa zona esperan que en esta oportunidad sí hagan un trabajo completo y no «pañitos calientes» que no dan resultado positivo alguno a largo plazo pues con un aguacero el sector vuelve a quedar intransitable por el hundimiento de la calzada.
Algunos de ellos manifestaron estar dispuestos a vigilar lo que se haga para que, al fin, puedan disponer de una vía en buenas condiciones que les permita sacar sin problemas sus cosechas agrícolas a los centros de distribución, algo que hasta ahora les resultaba dificultoso y hasta imposible en temporadas de invierno como la actual.
«Aquí vamos a estar vigilando que los trabajos se hagan bien y no a medias como ya ha ocurrido anteriormente».
Fotos: Luis Salazar