En la calle 38 entre carreras 31 y 32 funcionan dos instituciones en un mismo plantel. En la mañana se abren las puertas a la Unidad Educativa Juan Bautista Rodríguez, y en la tarde al Liceo Bolivariano Creación VII.
En este lugar donde la educación debe florecer, también lo hace un problema que a diario los acecha, como es la infraestructura.
El primer problema es la cancha deportiva, la cual no cuenta con techo, pero además una de las paredes está a punto de derrumbarse.
Y según inspección de los Bomberos del municipio Iribarren, la consecuencia de alto riesgo de desplome que presenta la pared es inminente y por ello “esta institución, cumpliendo con lo estipulado en la Ley de los Cuerpos de Bomberos y Bomberas y Administración de Emergencias de Carácter Civil, que ordena la demolición de la misma, tomándose en cuenta todas las medidas de seguridad, garantizándose de esta manera la integridad física y material del personal que allí hace vida así como también a los transeúntes que circulan por la calle 39”, así se señala en el informe.
Sin embargo, aunque este oficio escrito por los Bomberos fue entregado el 29 de mayo de 2012, aún no se ha hecho la demolición y por parte de las autoridades de ambas instituciones, lo único que han podido realizar es evitar que niños y jóvenes se acerquen a esta pared tomando la prevención como bandera.
La profesora de Educación Física Lorena Maza, de la Unidad Educativa Juan Bautista Rodríguez, comentó que es un peligro y un problema la situación con la pared, pero también el hecho de que la cancha no esté techada representa una complicación.
“Tenemos muchos árboles, caen las hojas, en oportunidades con el viento y en otras con la lluvia, lo que hace que los niños se resbalen cuando las pisan y hay quienes han sufrido accidentes”, indicó Lorena Maza.
“También tenemos problemas con el suelo y con el sistema de drenaje. Cuando llueve es imposible dar clases en la institución, simplemente las suspendemos y eso representa una pérdida para los estudiantes. Se desborda el agua, se llenan los salones, es realmente una situación terrible”, dijo.
También hay complicaciones con el comedor, el cual es muy pequeño e insuficiente sobre todo para procesar los alimentos.
Los techos de varios salones tienen agujeros y huecos, lo que también se traduce en una situación desagradable cuando llueve. Se necesita una impermeabilización con urgencia.
Los tomacorrientes destrozados al igual que los baños, tampoco escapan en este plantel, que necesita algo más que una mano amiga.
Fotos: Ángel Zambrano