Cuando te mueras ¿que encontrarás al otro lado?, te esperan los premios por las hazañas que hiciste en vida. El camino será de rosas o de flores de carroña. ¿Morirás con una sonrisa en el rostro por la alegría de ver al Nazareno o se estampará en tu cara la mueca del miedo al recibirte Belial por el sufrimiento que infligiste a otros?
La salud democrática de una nación depende de la calidad ética de sus ciudadanos y, en especial, de sus representantes políticos. El mecanismo de formación política siempre ha estado a cargo de los partidos, por lo que sus dirigentes deben convertirse en “guardianes del Estado” como los denominó Platón, teniendo como norte velar por el bien común.
La inercia se ha apoderado de la cotidianidad del venezolano. Un ritmo lento y monótono parece ir tomando las calles cada vez más vacías, el silencio de las tardes de siesta va también ganando terreno a lo largo del resto del día y de la noche. La ciudad va menguando, y con ella sus habitantes flotan como fantasmas sin percatarse de la vida que se les va de entre las manos. El mundo se ha reducido a un torbellino de noticias que no dicen nada, cambios que nunca llegan, y una larga espera hacia la incertidumbre.