Primer curso de violín y viola dictado por el afamado maestro, José Francisco del Castillo, quien impartió su magistral cátedra en el liceo Héctor Rojas Meza de la ciudad metropolitana de Cabudare.
Solamente su extravagante y atolondrada existencia es la materia prima ideal para cualquiera de sus excepcionales relatos que forman parte de la historia de la literatura norteamericana y universal. Esa conducta también lo convirtió en uno de los llamados escritores “extraños”.