En 1825 se encargó el mariscal Antonio José de Sucre de la suprema dirección de los destinos de la nueva república fundada por el Libertador Simón Bolívar que en su honor fue nombrada Bolivia.
Pocas historias son tan apasionantes e inspiradoras como la proeza del piloto zuliano Carlos Meyer Baldó, considerado un As de la aviación alemana integrante del escuadrón de caza del legendario Barón Rojo, quien dirigió 58 misiones en las que derribó 80 aviones, un hito nunca alcanzado por nadie.
Cuando el general presidente Juan Vicente Gómez agonizaba en Maracay, en diciembre de 1935, Eleazar López Contreras, que fungía como ministro de Guerra y Marina, utilizó toda su habilidad para armar la sucesión.
Los fuertes golpes en la puerta interrumpieron su lectura y, sobresaltado caminó rápidamente para examinar quién era. Al abrir, pudo observar a varios uniformados que con violencia lo redujeron e inmovilizaron.
En la campaña destinada a la liberación de la Provincia de Guayana, en 1817, procedente de Barcelona, llegó a esa ciudad el general en jefe Simón Bolívar, a ponerse al frente de las operaciones para la reducción de Angostura.