Cuando eran las 8:55 de la mañana del 4 de febrero de 1931, un estrepitoso accidente terminó de despertar la apacible Barquisimeto pese a que el campo de aviación de aquella ciudad estaba retirado.
En sus inicios, el proceso electoral no era democrático siquiera en la apariencia y tampoco faltaban episodios de fraude o violencia que desvirtúan la expresión de la voluntad ciudadana.
El coronel Eloy el indio Tarazona, fue apresado el 15 de diciembre de 1935, por el propio jefe del Estado Mayor, Eleazar López Contreras, por recomendación de Eustoquio Gómez, acusándolo de conspiración al organizar y participar en un supuesto complot para tomar el poder inmediatamente después del fallecimiento del presidente Juan Vicente Gómez.
El 15 de julio de 1810, llegaba a La Guaira el Dr. Narciso Coll y Prat, «que por sus méritos, virtudes y sabiduría», fue preconizado para el arzobispado de Caracas. Se había embarcado en Cádiz, España con destino a su nueva diócesis. Al desembarcar desconocía por completo los cambios en el gobierno que se habían producido en la Capitanía General de Venezuela a partir del 19 de abril, pero ese escenario no le impidió cumplir sus deberes de pastor, dispuesto a defender a su Iglesia y a su rey.