El 11 de octubre de 1851, El Correo de Caracas, en su página I, publicó una nota curiosa que entre otros detalles revela la ausencia de profesionales de la medicina en Barquisimeto.
La devoción a la Divina Pastora en Barquisimeto es una herencia de la orden capuchina. Los misioneros trajeron de Sevilla, España la imagen a comienzos del siglo XVIII, para evangelizar a los indígenas de las llanuras de Caracas y particularmente, a los indios gayones alzados en las sabanas y montañas de Barquisimeto, El Tocuyo, Quíbor y Carora.
La historia cuenta que en 1822 una epidemia de cólera azotó a Angostura (hoy Ciudad Bolívar), por lo que Siegert se dedicó con afán a la investigación de las propiedades de las plantas sudamericanas, creando un medicamento amargo y de sabor particular al cual llamó “Amargo aromático”.
Luego de finalizar las campañas sureñas, Simón Bolívar manifestaba a viva voz su deseo de regresar a la patria ante la llegada de noticias del descontento que reinaba en Venezuela a causa de la inestabilidad política «generada por las ideas antipatrióticas del general Páez», según escribe el historiador Lino Iribarren Celis
Con un fuerte resoplido la locomotora del Ferrocarril Bolívar anunciaba a los pasajeros de la Estación Barquisimeto que ya era hora de abordar. En el segundo vagón, ya estaban debidamente sentados los miembros de la Orquesta Mavare, todos ansiosos y llenos de expectativas, pues emprendían una gira que abarcará varios estados del país como Falcón, Zulia y Táchira.