No es lo mismo un gobierno que una revolución. Un gobierno intenta, con variable éxito, solucionar problemas o evitar queestos se produzcan. Una revolución, en cambio, pretende resolver la causa de todos los problemas.
Habrá quien celebre los problemas en la Unidad. No es mi caso. El único actor con verdaderas razones para alegrarse por algo así es su beneficiario: el gobierno. Sería inútil ponerse a ensayar una distribución de responsabilidades en la situación actual de la
oposición venezolana, así que no lo haré
Al desaliento y el desconcierto del venezolano empobrecido no puede responder la oposición con la dispersión o con un interminable deshojar de margaritas.
Hace cien años, en 1918, el jurista zuliano Néstor Luis Pérez, preso desde 1913 en La Rotunda, recibió una oferta para ser salir de su ya largo cautiverio.