Sabremos que la lucha emprendida por el pueblo venezolano está envestida de un claro y marcado propósito progresista, cuando ésta generen el seno de su conciencia, una sacudida tal que en el terreno de lo concreto, se manifiestea través de su acción transformadora. Todo lo demás que se diga al respecto, es mera especulación y manipulación.
Para ello es irremediablemente necesario, la organización política de la población, perosin el vanguardismo como concepción de lucha y sin la burocratización funcional, ambas expresiones, preponderantes en el diseño clientelar de las plataformas operacionales de los partidos electorales en nuestro país. Esto implica, consiguientemente, una formulación teórico-práctica basada en nuestra propia realidad nacional que conlleve a la constitución de una estructura organizacional de base, flexible, ágil eincluyente, que acoja en su seno al pensamiento plural y a las diversas tendencias que interpretan la incorporación de las grandes mayorías en la tarea suprema de la transformación social; una tribunaesencialmente crítica y participativapara la conducción política de nuestra sociedad.
Para construir una propuesta de esta naturaleza, es necesario soñar, y para ello, se deben abrigar ilusiones y esperanzas por un futuro mejor en el marco de las legítimas aspiraciones que en este sentido tengan los hombres y las mujeres de nuestra tierra, considerando por supuesto, las nuevas orientaciones que en el campo de lo económico y de lo social están emergiendo en el actual mundo de la sociedad-red; se debe cimentar entonces, una acción organizada y expedita que permitabatallaren contra de la enajenación que se pretende cultivar en nuestro pueblo a través del engaño, la manipulación y la alienación.Por lo tanto, es menester confrontar la práctica maléfica de jugarcon las expectativas de nuestros pobladores y deabonarsu atraso yla deformación de sus sistemas de valores o moralescomo herramientasparasu dominación.
Este estrado para la gestiónpolíticay el desempeñotransformador de la sociedad venezolana,en parte ya edificado a través de la constitución del «Frente Progresista por el Cambio», deberá considerar igualmente, el reflote, el impulso y la organización de los diversos frentes sectoriales de la sociedad civil en la defensa de sus derechos al igual queel decidido apoyo alosmovimientos reivindicativosque se manifiestan enel ámbito comunitario, de forma talque esta nueva instanciapara el accionar político-electoralse vea retratada e imbuida en los múltiples matices de la realidad compleja de nuestra sociedad.
En esta dirección debe apuntar la estrategia a seguir por las fuerzas de avanzada; en este orden de ideas se debe centrar el ejercicio político en el actual contexto político-socialde nuestro país,determinado por la pretensión del régimen gubernamental nacional de imponer un modelo ideológico-político militarista, de corte fascistoide, sustentado en la alianza de la nueva oligarquía, nacida bajoel manto de su amparo,conlos capitales transnacionales chinos y rusos que atentany usurpanlos intereses nacionalesy los derechos sociales conquistados por nuestra población.
En el claroscuro de esta realidad, las posiciones políticas deben serdiáfanas y precisas, sin «guabineos» acomodaticios: o se está del lado del progreso económico y social que implica defenderel interés nacional y los derechos de nuestro pueblo, o por el contrario, se es cómplice y/o colaborador del saqueo y de la destrucción del andamiaje económico yde lasuperestructurade nuestro país, que con todas sus fallas y defectos, son perfectibles a través del concurso de todos los que habitamos esta hermosa nación.
