Dos muertes prematuras, si, prematuras, por cuanto a pesar de la edad, todavía tenían mucho que dar por el Evangelio. Dos personajes que presentaron con sus vidas el mensaje cristiano en esta ciudad. Valiosos, quienes desde sus respectivas trincheras, pelearon «la buena batalla». Y Dios les compensará con sus «coronas de justicia aquel día». ¿Cuál día?. Cuando venga por segunda vez, en la resurrección de los justos. Pablo, al final de su vida dijo. «He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe. Por lo demás, me está guardada la corona de justicia, que me dará el Señor, Juez justo, en aquel día»2Tim.4:7,8.
El apóstol se refería a su trabajo evangelístico, su muerte y al día cuando Jesús viniera por segunda vez a establecer su Reino. Así también lo pidió el ladrón bueno en la cruz del calvario. «Acuérdate de mí cuando vengas en tu reino».Luc.23:42 Se refirió a la resurrección, en su Segunda Venida. «Entonces Jesús le contestó: «Te aseguro hoy, estarás conmigo en el paraíso».Vers.43. Nunca le dijo que lo llevaría de una vez al cielo. En ese momento, en el presente, le habló del futuro, «te aseguro hoy,» «estarás». Por cuanto ni el mismo Jesús subió de inmediato al cielo. Cuando resucita y se le aparece a María Magdalena, esta se postra para adorarle. «Entonces Jesús le dijo: «No me toques, porque aún no he subido a mi Padre» Juan.20:17. ¿Qué les parece?
Como no hablar de Monseñor Ramos en mi columna. Lo conocí muy bien. Nutrí mi incipiente vida espiritual en La Escuela Hogar Corazón de Jesús. Aquellos pasos que nacieron inducidos por mi madre, en el cuarto de la abuela Eulogia, que luego, cuando bajó al sepulcro, se convirtió en el cuarto de los santos, allí rezábamos el rosario y mamá nos inculcaba amor y obediencia a «Papá Dios». En el barrio El Suspire, donde funcionaba la escuela, tuve el privilegio de conocer desde sus propias entrañas aquel proyecto. Vivimos en profundidad, una obra que quiso lo mejor para los niños de la calle. Aún, con nuestra numerosa familia, con mi papá al frente, fue una bendición para nosotros.
Como olvidar aquella mañana de 1962, cuando el padre Ramos, nos montó en su camionera amarilla, tempranito, para ir a Radio Cronos, en el Palacio Radial. Por lo cual me comisionó para decir unas palabras a través de aquellos antiquísimos micrófonos. «Las primeras oraciones, se aprenden en las rodillas de la madre». !Imposible!. Definitivamente, estos inicios en la vida espiritual sirvieron para que el Espíritu Santo abriera mi mente para estudiar y conocer más a mi Señor, y volcar mi vida hoy, en obediencia a su palabra.
A Ylidio Da Silva no lo conocí personalmente. Lo escuché en ocasiones en su programa radial y me pereció un cristiano centrado, honesto y convencido de una realidad inminente: La Segunda Venida de Jesús. Personas amigas que lo conocieron de cerca, testifican de ello. Y Jesús promete, que su ministerio será compensado cuando regrese a la tierra. «El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna. Y yo lo resucitaré en el día postrero».Juan:6:54
Es posible que hoy haya tristeza, expectativas espirituales, entre amigos y familiares. Pero Dios tiene todo bajo control. Según La Santa Biblia, están guardados en el sepulcro. Como David, quien espera la gloriosa venida de nuestro Dios también. Dice La Palabra. «Hermanos, se puede decir confiadamente que el patriarca David murió y fue sepultado, y su sepulcro está con nosotros hasta hoy… Porque David no subió al cielo.»Hech.2:29,34. ¿Por qué? Por cuanto «Los vivos saben que han de morir, pero los muertos nada saben, ni tienen más paga; hasta su memoria queda en el olvido.Ecl.9:5. Para Dios la muerte es un sueño. Cuando resucita a la hija de Jairo dice. «Retiraos, que la muchacha no está muerta, sino duerme»Mat.9:24. Con Lázaro responde igual. «Nuestro amigo Lázaro se ha dormido, pero voy a despertarlo del sueño».Juan11:11.
Mis apreciados, Dios no quiere que nos compliquemos la mente con creencias que no tienen sustento bíblico sólido. Dios desea que vayamos a La Biblia y estudiemos los textos en su debido contexto, para que alcancemos sabiduría y paz verdadera. Para nuestros amados que han dormido en El Señor, está la promesa. «Porque el mismo Señor descenderá del cielo con aclamación, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, y los muertos en Cristo resucitarán primero».1Tes.4:16. Para los que quedamos, prepararnos, en obediencia a su palabra, por cuanto, sin obediencia, no hay salvación. !Hasta el martes, Dios mediante! Próximo título: !Amo trotar! «La existencia de la Biblia como un libro para el pueblo, es el beneficio más grande que la raza humana ha experimentado» Conde León Tolstoy. Eminente escritor ruso.
