Digitalización del rostro de Bolívar

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Lo mas importante de este fausto aniversario del nacimiento del Libertador, fue la insólita presentación de su nuevo rostro desvelizado, un poco modificado de la imagen tradicional, por el influjo todo poderoso, de la Antropología Forense, a la cual pueden asociarse con relativo éxito, la aplicación de las técnicas cráneométricas, para hacer otro rostro de Bolívar, concebido a través de proyecciones digitalizadas de su arcilla sagrada. Con su amplio saber científico, el antropólogo Mario Sanoja, nos explica: ameritaron la digitalización del cráneo del Libertador, para luego mediante un programa informático, reconstruir las facciones añadiendo los tejidos blandos perdidos por la descomposición natural del cadáver. Agrega, con propiedad, el doctor Sanoja: “Es una técnica utilizada frecuentemente por las Ciencias Forenses en Inglaterra y Los Estados Unidos”. Con ese procedimiento se obtuvo un nuevo rostro de Bolívar, concebido a través de proyecciones digitalizadas y modificadas por retoques quirúrgicos.
Nos hemos acostumbrado siempre a mirar un Bolívar, únicamente revestido por la creación del plástico, que lo crearon a su imagen y semejanza y lo trasmitieron al mundo, como legado de historia y de cultura. Este es el Bolívar internalizado en nuestra memoria y tradición. Bien sabemos que la historia y la cultura, nunca serán suplantadas decisivamente. Si vivimos y actuamos al rescoldo de una sociedad pluralista, por tal razón, no podemos tener una sola forma de entender la realidad.
Abona este concepto, el critico de arte Alfredo Boulton, explicito autor del libro de Bolívar, donde con exquisito gusto selecciona más de un centenar de retratos de Bolívar, concebido en diversos géneros y técnicas, algunos diferentes otros similares, de artistas plásticos de diferentes estilos y nacionalidades. Figuran conocidos artistas plásticos entre quienes destacan José Gil Castro, José María Espinoza y Pedro Figueroa, por la circunstancia admirable de plasmar en el lienzo al Libertador, han aportado dedicación inicial, la vocación emprendedora de legarnos la Iconografía recurrente bolivariana que nos ha legado el jubilo del Bolívar trasmitido en su vera efigie, que mantenemos asido en la conciencia.
De una manera mas afirmativa, juzgamos con mayor veracidad el admirable retrato al óleo del notable pintor limeño José Gil Castro, que goza de antecedentes singulares, que lo embleman de gloria y perennidad: el Libertador posó en persona, para que el artista apreciara sus propios y virtuales rasgos, lo que le comunica a la creación plástica, un don de originalidad singular. La segunda y no menos importante característica: Bolívar conoció este cuadro que era expresión real de su efigie y el propio labio de muestro máximo héroe, juzgó sus méritos estéticos y la calificó: “con la más grande exactitud y semejanza” ¿Quién puede decir con más acierto y veracidad semejantes y elocuentes palabras?: luego, tomaría, una placentera decisión: donar este retrato al óleo a su hermana mayor, María Antonia Bolívar, domiciliada en Caracas.
Como existe pleno conocimiento de ese extraordinario retrato fiel del Libertador obra del selecto retratista José Gil Castro, una obra de categoría en la plástica americana, exornada con las características indicadas, era innecesario hacer tantas y costosas diligencias, hasta colocarnos a nivel del desmedido derrochador saudita, exponiendo a gravamen irreparable nuestra proveeduría. Por satisfacer la ostentosa apetencia, este Bolívar digitalizado, bajo ninguna forma, supera la imagen plástica captada de la relampagueante imagen de Bolívar virtual que desde hace más de doscientos años, palpita con fulgor inaudito recreando la mente de los hombres libres del Continente. Quizá ese desvelado exhibicionismo, no va más allá del leve brillo de menguado oropel o el desvalido abalorio, que siembran para satisfacer glorias transitorias.
En forma recurrente pintores de otras generaciones han dejado connotadas representaciones iconográfícas de Bolívar y poetas, pensadores y escritores, lo han exaltado con idealidad de gloria y de eternidad. Andrés Eloy Blanco, en su imagen zigzagueante de Bolívar hecho de hoy para mañana. Neruda canta un Bolívar, heredero de ríos, llanuras, campanarios. Tu herencia es el pan nuestro de cada día, padre. El humanista Cecilio Acosta, lo llama: Cabeza de los milagros y lengua de las maravillas. Mientras José Martí nos da la visión del Bolívar solar: de frente montuosa, de mirada que le ha comido el rostro y de capa que aletea sobre el potro volador. Don Miguel de Unamuno, pensador de castizo estilo, da esta visión que nos llena de orgullo y de gloria: Su alma creó patrias y enriqueció el alma española, el alma eterna de la España inmortal y de la humanidad con ella.

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