Vecinos de La Cañada: “Hidrolara debe arreglar daños en el asfalto”

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En la comunidad La Cañada, parroquia El Cují, los vecinos amanecieron resteados y estaban decididos a cerrar la intercomunal Barquisimeto-Duaca, sólo que el rumor de que impedirían el paso de los vehículos alertó a la Guardia Nacional y, al cabo de unos minutos, llegaron funcionarios adscritos a ese cuerpo de seguridad.

Este martes en la mañana, los habitantes del popular sector reclamaron a la hidrológica los daños que ocasionó al asfalto después de instalar tuberías para aguas blancas en una de las calles principales del barrio. Desde hace ocho meses, dijo la vecina Ypsi Vásquez, esperan por el bacheo.

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En este sentido, exhortó a la presidenta de Hidrolara, ingeniero Adriana Díaz, con el propósito de que reparen el pavimento visiblemente arruinado. El polvo constante a causa del desperfecto vial preocupa a las familias de la zona por las complicaciones que se suscitan a la salud.

Nancy Ramos, acudió a la reunión de vecinos que se llevó a cabo ayer en la casa comunal del vecindario: “Mi esposo y yo sufrimos problemas respiratorios como consecuencia de las calles en mal estado; la tierra se mete hasta la casa y nos cuesta respirar bien”, expuso.
También del caso de una habitante a quien no pudieron llevársela en ambulancia ”por los huecos que están formados en la calle frente a su residencia; la ambulancia no pudo pasar”, sostuvo la señora de la tercera edad.

Asimismo, el vecino Israel Pérez, manifestó su preocupación por la red colectora. Informó que la hidrológica ya tiene conocimiento de los pequeños y medianos colapsos de las aguas negras en algunas casas de la comunidad, razón por la cual es necesario ocuparse del asunto.

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Quieren evitar que los líquidos putrefactos se desborden por doquier y exista insalubridad en La Cañada, sin embargo, hasta los momentos no ocurre ninguna inspección por parte de Hidrolara para solventar la situación que ya empieza a afectar a varios hogares.

Ambulatorio y escuela

Por otro lado, habló de la necesidad de contar con un ambulatorio que labore las 24 horas del día a fin de asistir las emergencias de las numerosas familias que hacen vida en el sector. Desde atenciones pediátricas hasta cualquier otro incidente bien pudiera resolverse en el lugar si contaran con los insumos y personal necesario.

Por lo pronto, las instalaciones funcionan cuando va el médico asignado y, en materia de insumos, son pocos los medicamentos y demás equipos, indispensables para recuperar la salud de los humildes residentes.

El dirigente vecinal Israel Pérez, explicó que tampoco la Unidad Educativa Gabriela Mistral, está en buenas condiciones para recibir a la matrícula estudiantil superior a los 300 niños. Lo más delicado es el hacinamiento que presentan.

Estudian hasta 40 alumnos por aula, dijo, exhortando a las autoridades del Ministerio (pp) de Educación para que construyan nuevos espacios y además sean restauradas las actuales instalaciones. Se trata de una institución que cuenta con más de 30 años de historia.

La cerca perimetral está igualmente deteriorada y ofrece una apariencia negativa del plantel. La comunidad de padres y representantes, pone su esfuerzo para recaudar fondos y cubrir algunas necesidades, sólo que los fondos no son suficientes.

Hace falta la colaboración de la Fundación de Edificaciones y Dotaciones (Fedes) a objeto de recuperar una de las escuelas de primarias emblemáticas de la zona norte de la ciudad. De no contar con el apoyo gubernamental, el colapso de la planta física será inevitable; ocurrirá en cualquier momento.

Seguridad

En el tema de seguridad, vecinos que reservaron sus nombres para resguardarse, explican que no existe patrullaje policial durante el día ni la noche. La delincuencia está presente y no distingue entre edades, sexo ni horario.

Es una verdadera angustia la que padecen las familias de La Cañada, colindante con la intercomunal Barquisimeto-Duaca y la avenida Circunvalación Norte.

Aunado a la inseguridad está el daño que presentan las luminarias a lo largo del vecindario. Corpoelec no mejora el alumbrado público y, entre las consecuencias más notables, está sin duda alguna, el hampa desbordada.

Las comunidades vecinas sufren la misma necesidad y no hay el mínimo aporte por parte de la Corpoaración Eléctrica Nacional. “Nos cobran puntualmente el recibo de la luz pero no tienen recursos para el alumbrado de los barrios”, expuso uno de los residentes.

La sustitución de lámparas se requiere tanto en las vías principales como en las transversales. “Que iluminen hasta el último rincón del sector”.

Critican a la GNB

Si bien por un lado, los habitantes de La Cañada solicitan mayor seguridad, por ser uno de los sectores de la parroquia El Cují con repetidas acciones del hampa, este martes no recibieron con agrado al convoy de la Guardia Nacional que se instaló en la entrada de la comunidad “para amedrentarnos y evitar que saliéramos a protestar”, dijo una vecina quien pidió no ser identificada.

Lo cierto del caso es que los funcionarios permanecieron en el lugar hasta muy tarde y , al parecer, seguirán en ese punto de control hasta estar seguros de que no cerrarán la intercomunal Barquisimeto-Duaca.

Desde hace varios meses, la comunidad no organiza una acción de este tipo y, de acuerdo con las opiniones de los vecinos, podrían decidirse a ejecutar la medida de protesta hasta conseguir que la hidrológica se haga responsable por los daños ocasionados en el asfalto.

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