#Opinión: Misterios y secretos de Chávez Autor: Orlando Peñaloza

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La muerte del presidente Hugo Rafael Chávez Frías, que ya dejó de ser secreto de Estado, además del dolor más allá de nuestras fronteras, abre el escenario para escribir varios libros por la intensidad como gobernó, y por un cúmulo de misterios dejados en sus 14 años de gobierno y en la intimidad.
De sus secretos ya comenzó a conocer el país, el pueblo que creyó cuando dijo que el cáncer había desaparecido, y muchas cosas que delatarán quienes fueron parte de su devoción. Unos dirán cosas buenas, otros malas, entre ambas saldrán ciertas peores. Se develarán fragmentos personales, familiares, fusionados y de Estado.
Cuando se termine la pasión se conocerán novias y amantes, traiciones, pactos y fortunas, acechos y terror. Se escribirá de sus recelos y angustias, pero también de las zozobras y abrumas de otros de quienes se fructificó.
Develaremos algunas cosas de las cuales el tiempo nunca se tragará, como su afición por la santería, los análisis hechos por pastores cristianos del mundo cuando lanzó una maldición sobre Israel, tierra de Dios, para enaltecer a los palestinos, el lanzamiento por parte de babalawos sobre Caracas de un extraño polvo para encantar a sus habitantes, y sobre la maldición de Simón Bolívar entre muchas otras.
La intención de embalsamar su cuerpo riñe con el criterio del difunto quien consideraba este hecho como un acto “inmoral”, dicho en su programa Aló, Presidente. En varias ocasiones señaló su deseo de ser enterrado en su Estado natal Barinas. Sin embargo, para el mundo tampoco es una novedad el acto de embalsamiento, ya que se uniría a la lista de otros líderes mundiales que han pasado por este procedimiento, apartando la sentencia bíblica de que “polvo eres y al polvo volverás”.
El apego de Chávez al hechizo o sortilegio, quizás heredado de su “padre” Fidel Castro, quien se hizo innumerables brujerías en Nigeria, han sido una de las primeras cosas hechas públicas. En un espacio televisivo del exterior, denominado Punto final, del realizador cubano Tony Cortés, he visto con asombro las revelaciones que hace el babalawo cubano Carlos Valdez sobre un trabajo sacerdotal que se hizo el primer mandatario en la isla. Conocí que en una de sus alocuciones, en la imagen televisiva se ve una rara sombra que cruza por su espalda, la cual, nunca nadie pudo descifrar.
Señala el embajador de la religión del más allá, que fue la revelación de la muerte por su más impactante declaración en los últimos tiempos en Latinoamérica y el mundo, al maldecir la tierra Santa de Israel donde fue altamente aplaudido por la concurrencia durante un acto político: “Desde el fondo de mi alma y de mis vísceras, maldito seas Estado de Israel”.
Sobre esa expresión maligna, un pastor cristiano relató que las vísceras son la parte mucosa entre el pene y el ano, donde curiosamente se encapsuló el cáncer del Presidente. La “maldición del panteón de Bolívar”, una réplica venezolana de la famosa “condenación de Tutankamon” se ha comentado insistentemente luego de la exhumación de los restos del Libertador.
Dijo el cubano Valdez que no fueron científicos quienes examinaron los restos de Bolívar, sino babalawos antillanos vestidos de blanco para un acto de santería.
Muchos venezolanos estiman que la orden de Hugo Cháves de abrir el sarcófago ha sido la causa de su muerte y una secuela de decesos en su entorno: Guillermo García Ponce, murió en septiembre del 2010; ese mismo mes falleció William Lara; Luis Tascón se fue en agosto del 2010; el general Alberto Muller Rojas falleció poco después de la exhumación; en marzo del 2011 murió Lina Ron; José Ignacio Meléndez Anderson, asesinado a tiros durante un atraco, era hermano del fiscal Danilo Anderson; en junio del 2011 murió Clodosbaldo Russian de un cáncer cuando era tratado en La Habana.
Sobre el sarcófago de Bolívar rondaba una historia llamada “maldición del panteón”: “Todo aquel que profane mi tumba, tendrá duros sufrimientos, y sus seguidores morirán en lotes”.
La gravedad del gobernante había elevado el temor de que todo lo malo que sucedía en Venezuela era su culpa por abrir la tumba del héroe y que terminaría cuando éste dejara de existir. Dicen que era el último del grupo, pero el entrevistado por Cortés afirma que falta una señora de nombre Tibisay.
Aunque Chávez se llevó algunos secretos al otro mundo, en éste empiezan a saberse otros. Continuarán hablando políticos, familiares y enemigos, reaparecerán antiguos aliados que ahora quieran sacar provecho o reconocimiento. Se escuchará de muchos quienes necesiten vender información a canje de una indulgencia.

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