Dios está dentro de cada humano, no lo busquemos fuera

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Corren tiempos de crisis en todos los sentidos, el hombre como ser espiritual siempre ha buscado respuestas  a sus inquietudes y se ha aferrado a la religión para encontrar una relación íntima con el Creador., pero en ese camino se ha perdido. Así han surgido diferentes religiones que tienen todas como centro  un ser supremo externo. En la mayoría,  hay un Dios dador y castigador.
Los cristianos evangélicos actuales, son grupos independientes. Es decir, no guardan lineamientos de una líder central. Ellos señalan que Cristo no es religión, sino relación. Los pastores aclaran que no pregonan una religión. Pero hay una iglesia o recinto donde se congregan, hay  un pastor o pastora quien dirige, lidera a su rebaño y a éste le  cobran diezmos y ofrendas para permanecer en ellas. No es religión, pero si una relación especialmente con el Pastor.
Deseo referirme a aspectos primordiales: la importancia de la congregación, los diezmos y ofrendas y los mensajes.
Se ha observado cómo las iglesias o congregaciones de cristianos han proliferado. Intrigada por este auge he tratado de analizar las causas de tal incremento y observo que han crecido porque en primer lugar, la gente necesita sentir  que pertenece a una organización. El deseo de pertenencia es una necesidad humana. En estos tiempos donde hay pocas familias cohesionadas, surge la iglesia como una forma de dar unidad a lo que está desunido. Necesitan pertenecer a un grupo y estar dentro de uno cristiano, los llena porque los toman en cuenta, saben que existen, les ayudan si lo necesitan. Generalmente,  estas agrupaciones están pendientes de quien llega, le toman los datos, lo llaman por teléfono para saber por qué no ha acudido, ya que un congregante representa un número, y es necesario para ellos mantener, una audiencia cautiva.
Asimismo, una persona que deje de ir es dinero que se pierde, puesto que es uno menos para ofrendar o diezmar. Afirmo que las ofrendas y los diezmos corresponden al Antiguo Testamento y que luego de la llegada de Jesús y su muerte,  todo cambió puesto que él representó la última ofrenda, él se sacrificó por toda la humanidad, fue el cordero,  para el perdón de los pecados.
Ahora bien, para ser perdonado basta arrepentirse, llevar una vida nueva, dar un giro de 180 grados, recordemos el caso de María Magdalena. Entonces, los diezmos y ofrendas no son necesarios. Deseo aclarar que no es que no se pueda, pero no es obligatorio. Todas las personas, crean en Dios o no crean, deben compartir sus bienes, deben ayudar al prójimo porque es una Ley  universal: dar para recibir, pero sin poner números, ni momentos, sino dar de corazón cuando alguien en verdad incapacitado para trabajar, lo requiera. Lo que se da, se olvida. No se debe recordar  lo que se entrega en ofrenda a Dios, porque no es correcto. Si das para recibir algo a cambio, tampoco está bien. Aportar tus bienes al pastor de una iglesia, no te da esa posibilidad de ayudar al prójimo necesitado. Si no hubiera dinero de por medio ¿cuántas iglesias cristianas existirían?
Otra consideración para reflexión es cómo en algunas  congregaciones se usa la psicología para atraer al público y mantenerlo cautivo. Utilizan las necesidades de la gente: salud, prosperidad y otros temas que son importantes para el crecimiento personal. Es decir,  se mezcla la teología con la psicología, dicha fusión sabe bien y se asimila mejor. Cabe destacar que no todos los pastores han realizado estudios filosóficos, teológicos, ni nada por el estilo, esto es una falla que deben corregir.
Además, para guiar espiritualmente deben tener no sólo la formación, sino la autoridad moral para estar al frente de un grupo. Por otro lado, si una persona miente, roba, se hace eco de chismes, murmura, es vanidoso, lujurioso, tiene un vocabulario soez, agrede, no debe diezmar, porque igual que Caín, sus ofrendas no serán agradables a DIOS, están manchadas. Ahora, sino puede diezmar ni ofrendar, menos puede guiar al rebaño.
Por lo tanto, un pastor debe tener un perfil para ejercer ese cargo. Debe rebajar a la mínima expresión su ego, tener honestidad a toda prueba, un corazón limpio, puro como un niño y además una preparación filosófica, teológica porque tomar ese camino, que es un estilo de vida, y debe ser congruente, la actuación con la palabra. Cómo puedo exigir o ser modelo de santidad, si tengo defectos que no reparo. Pastor de una iglesia, es algo muy grande como para que sea ejercido por personas que van tras el poder para enriquecerse y  esconder sus bajezas personales. Reflexionemos, tanto los que desean ejercer ese cargo, como los que desean ser rebaño. Dios es amor puro, está en el corazón de cada uno y no en un recinto. Nos hizo a su imagen y semejanza, por lo tanto somos dioses en la tierra,  maestros, sabios internamente. Él está dentro, no lo busquemos fuera, la religión no es el camino.
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