Familias en pobreza y de clase media: El sueldo y su mínimo alcance

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La canasta básica está por encima del sueldo mínimo. Un mercado, por pequeño que sea: dos o tres bolsas, con productos de primera necesidad, puede representar hasta una cuarta parte del salario. El resto de dinero, con grandes dificultades, debe ser distribuido en los demás gastos de la casa.

Es un sufrir a diario, tratar de rendir los bolívares, sin embargo, José Vicente Carrasquero, sociólogo y profesor de las universidades Simón Bolívar y Andrés Bello, en Caracas, analiza unas condiciones peores: las adversidades que atraviesan los pobres.

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Aquellas familias que, por ejemplo, acuden a las sucursales de alimentación financiadas por el Estado, pero “sin la garantía de llevar consigo todos los productos que requiere”.

De la búsqueda constante de, justamente, los precios regulados se derivan gastos en pasajes, de un supermercado a otro, de operativo en operativo, de Mercal o Pdval, tras los alimentos necesarios para el sustento de los integrantes del grupo familiar.

No obstante, a la escasez de productos y falta de liquidez, el experto propone una solución inmediata: crear políticas públicas eficientes.

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Si es de clase media, es con usted

Aunque la persona tenga ingresos económicos, si le faltan los servicios públicos, es pobre. Es la reflexión que hace José Vicente Carrasquero, sociólogo, a propósito de la situación de pobreza que afecta a Venezuela.

Manifiesta que contrario a lo expuesto por el Instituto Nacional de Estadística, con relación a la reducción de la pobreza en el país, la población continúa atravesando serias precariedades como consencuencia de la falta de políticas públicas.

“Si en el Gobierno continúan ignorando y desconociendo cuáles son las políticas públicas que deben poner en práctica al momento de llevar las riendas del país, seguiremos en las mismas circunstancias de carencias y marginalidad”, manifestó.

Los servicios públicos determinan calidad de vida

Las alcaldías de los diferentes municipios que integran los estados, son las responsables de garantizar el agua, vialidad, electricidad, a las familias de escasos recursos económicos.

Por esa razón, la partida económica que se destina a la inversión social, “debe ser el presupuesto mejor distribuido y puesto al alcance de los beneficiarios”.

La Constitución en el artículo 178 establece: “son de competencia del Municipio el gobierno y administración de sus intereses y la gestión de las materias que le asignen esta Constitución y las leyes nacionales, en cuanto concierne a la vida local, en especial la ordenación y promoción del desarrollo económico y social. La dotación y prestación de servicios públicos domiciliarios… y el mejoramiento, en general, de las condiciones de vida de la comunidad”.

El parágrafo seis plantea entre las funciones del gobierno municipal, “servicio de agua potable, electricidad y gas doméstico; alcantarillado, canalización y disposición de agua servidas…”.

Las personas siguen llevando el agua a la casa con tobos, dijo Carrasquero, exponiendo apenas un parte de las numerosas adversidades que afectan a los venezolanos y, de manera especial, al larense.

Personas que hacen uso de pozos sépticos, en lugar, de sanitarios ante la ausencia de cloacas en la comunidad. Sin duda, un panorama desalentador que, en el caso del estado Lara, afecta a los nueve municipios.

Por otro lado, la falta de calidad de vida, justamente a causa de los servicios que todavía no favorecen a los sectores populares del país, es lo más delicado del asunto.

A falta de empleo…

Otra de las duras realidades del país, a la cual se refiere el especialista Carrasquero, es al alto nivel de desempleo. Están por una parte, aquellos que no tuvieron la oportunidad de estudiar por varias razones:

No tenían escuelas cercanas, falta de motivación en la familia, así0 como la necesidad de trabajar frente a las carencias del hogar. De allí que se vean a niños y adolescentes trabajar en plazas como limpia botas o de parabrisas, por sólo mencionar un caso.

De los “charleros”, que se encargan de vender golosinas en la sunidades del transporte público, provenientes igualmente de zonas marginadas.

Del colector de busetas que, pese a no alcanzar ni siquiera la mayoría de edad, necesita salir a la calle en busca del sustento familiar.

En segundo término habló del destino “truncado” de muchos profesionales. “De aquella maestra que no ejerce por la desmotivación del sistema educativo público, en el cual son mal pagados los docentes”.

También de los ingenieros que son taxistas o los comunicadores sociales que deben dedicarse a la venta de ropa entre sus amistades por la falta de campo laboral.

Se trata de una economía inestable que hace tambalear a las familias en pobreza crítica y de clase media de nuestra sociedad venezolana.

 

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