Un mes sin servicio de aseo urbano, dos semanas sin agua potable y con un deteriorado sistema de colectores, viven los ciudadanos de los sectores San Juan y Cuesta Santa Bárbara al sur de la parroquia Concepción.
Por tales motivos, hastiados de vivir en esta situación, acordaron trancar los accesos de la avenida Ribereña, específicamente en las calles 37 y 38.
Desde las 8 de la mañana, se apostaron en el mencionado lugar, donde sacaron bolsas de basura del atiborrado botadero de la zona y las colocaron a lo largo del tramo vial; además se apoyaron con algunos escombros, árboles y desperdicios que consiguieron en el camino.
Pancartas en mano y apoyados con el resonar de sus vacíos baldes de agua, manifestaron su descontento con el propósito de llamar la atención a las autoridades competentes.
A pesar de que algunos órganos de seguridad acudieron para mediar con los ciudadanos, estos, convencidos de sus acciones, mantuvieron pacíficamente la protesta.
En primer lugar, explicaron que la mayor incomodidad generada en sus hogares es producto del agua potable, cuyo servicio tiene más de dos semanas sin aparecer con regularidad. Comentan que en diversas oportunidades se han dirigido a Hidrolara para exigir la restitución del suministro, sin embargo, la empresa no ha respondido a sus solicitudes.
Este problema lo sufren directamente los alumnos de la Unidad Educativa San Antonio, quienes reciben media jornada de actividades escolares por no contar con el vital líquido para sus principales necesidades. A su vez, tienen paralizado el beneficio del comedor que alimenta a una matrícula de 160 niños de educación preescolar y básica.
“Le estamos garantizando la educación a nuestros alumnos, pero las condiciones no son las adecuadas, ni siquiera hemos podido darle la comida porque no tenemos agua”, declaró la profesora Ana Brito, subdirectora de esta institución.
“Por motivos de seguridad a la integridad de nuestros niños, acordamos impartir clases hasta las 10 de la mañana”, prosiguió.
Basura por doquier
En segundo lugar, reclamaron la ingente cantidad de desechos acumulados en los botaderos de la zona, que particularmente se encuentran en algunas esquinas del sector. Tras un mes sin servicio del aseo, la basura apilada emana pestilentes olores que ingresan indeseablemente en los hogares.
Dicho inconveniente genera malestar en los ciudadanos de estos sectores adyacentes a la avenida Ribereña, pues afirman que cancelan el servicio del aseo mensualmente.
Este llamado es dirigido al Instituto Municipal de Aseo Urbano de Barquisimeto (Imaubar), debido a que el incumplimiento de su labor puede acarrear enfermedades infecciosas a las personas más vulnerables.
Otras peticiones
Por último, informaron al equipo reporteril que les aquejan otras situaciones. Tal es el caso del sistema de cloacas, pues el alcantarillado público está colapsado desde el voraz ciclo de precipitaciones que cayó sobre la ciudad en el pasado mes de noviembre. Esto ha generado la aparición de una gran cantidad de mosquitos portadores de enfermedades infecciosas.
Del mismo modo, relataron el deterioro del alumbrado público, que mantiene la comunidad en penumbras en horas de la noche. Los habitantes denunciaron que deben resguardarse temprano por la inseguridad que los mantiene en zozobra.
