Sin tregua – Tambalea el madurocabellismo

Las amenazas del Madurocabellismo contra Lorenzo Mendoza y Chúo Torrealba son, sin duda, acciones desesperadas dictadas por la enorme presión de una segura derrota electoral, con la que se iniciaría el camino de perder privilegios, prebendas, guisos y el poder abusivo que ostenta. Quizás sea que se creyeron su propio discurso arrogante del “gobernaremos hasta el 2.000 y más”, tal como el stalinismo juraba que la URSS estaba destinada por la historia a estar “para siempre”. Y Hitler proclamaba “el Reich por mil años”. Pero resulta que todas las encuestas indican una brecha de entre 25 y 35 % en la intención de votos para las parlamentarias del 6D a favor de la MUD. Como se sabe, medio país tiene rato adversándolos y buscando el cambio. Y, más o menos, la mitad de la otra mitad, la que votaba por ellos, está harta del Madurocabellismo. Harta de la ruina económica y de la escasez. Del fracaso y la incapacidad para tomar medidas y corregir el rumbo. Harta de la mega corrupción roja que contrasta con el discurso “revolucionario”.
Acciones desesperadas pues, que, sin embargo, no los sacan del hueco, sino que los hunde más. No rescatan votantes y, por el contrario, causan repulsión dentro del país además de deteriorar severamente sus relaciones y amistades internacionales. Todo el mundo, en América Latina, en Europa, Norteamérica, en la ONU, en la izquierda, en el centro, en la derecha, en los gobiernos, las oposiciones, los parlamentos, los organismos multilaterales de DD HH. Todos están preocupados e incluso escandalizados por las acciones que emprende el Madurocabellismo en Venezuela. Antiguos aliados ya no callan. Como tampoco callan los que otrora “dejaban pasar”. El Madurocabellismo está tambaleando y moliendo el legado…
Dentro de Venezuela lo sufrimos, per afuera están horrorizados por el deterioro económico y social que sufre un país petrolero justo al concluir un larguísimo periodo de bonanza de ingresos. Nadie entiende esta ruina. Horrorizados ahora por las brutalidades cometidas en la frontera, expulsando a cerca de 10.000 colombianos pobres. Y todos se dan cuenta de que lo hacen por un inescrupuloso intento de crear un conflicto para evadir responsabilidades e incluso para afectar el proceso electoral mismo, quizás buscando una excusa para suspenderla. Países, partidos, instituciones ya estaban alertados por la desmedida represión, por la criminalización de todo opositor, todo disidente, contra las organizaciones de DD HH, y el exabrupto de calificar de “injerencia a la soberanía nacional” que se reclame por los derechos humanos. Justo lo que antes hacían sátrapas como Pinochet y los Somoza. Y el remate: La brutal sentencia contra Leopoldo López, barbarie que en todo país que haya sufrido dictaduras sabe lo que significa. Incluso muchos que no comparten la posición de Leopoldo López, entienden que dictarle cárcel fue un atropello incalificable
Impresiona la lista de los que se han pronunciado reclamándole al Madurocabellismo sus acciones. La ONU, la secretaria de la OEA en manos del izquierdista uruguayo Luis Almagro, la Unión Europea, los gobiernos de Perú, Costa Rica, Uruguay, Paraguay. La Eurocamara, ¡hasta Pablo Iglesias del Podemos español”, quien apuntó: “no me gusta nadie encarcelado por sus ideas políticas”. El congreso de Brazil, la votación de la OEA con 17 votos en contra del gobierno venezolano. Solo 5 votos a favor… lo salvan las abstenciones de los países que aun reciben petróleo casi regalado. A cada uno el Madurocabellismo respondió con el argumento predilecto de Pinochet: “Injerencismo”. Para todos hubo un insulto, un agravio, una descalificación. La intolerancia roja es así. Volveremos sobre el tema.