Los optimistas calculan la inflación de este 2017 en 600 por ciento mientras que el FMI la coloca en 2.200.La cuenta es sencilla , acudamos a uno de los ejemplos más socorridos, el cartón de huevos, alimento indispensable, tradicionalmente barato e imposible de almacenar por ser altamente perecedero. Hoy el cartón cuesta seis mil bolívares, si la inflación es de 600 habrá que pagar por él 36 mil y si es de 2000 por ciento pasará a costar 120 mil bolívares.
Puede el Presidente Maduro hablar en cadenas el tiempo que quiera, puede bailar a sus anchas en su programa de salsa pero la cruda realidad es que tendrá que afrontar este año una tragedia social de inconmensurables dimensiones. También puede hacer lo mismo Diosdado Cabello, agarrar su mazo y amenazar con él a Capriles, al Papa, a Donald Trump, al vidente de Brasil y a quien se le antoje. Lo absolutamente cierto es que con estas actitudes no podrán detener el bestial deslizamiento del país a los sótanos planetarios de la pobreza y ello, doloroso para nosotros, será el contexto pavoroso dentro del cual tendrán que tomar decisiones políticas; o ir a elecciones y perderlas por mas trampas y locuras que tramen en el CNE,o dar un giro definitivo e irreversible hacia la ilegalidad y gobernar de cara al mundo como una Dictadura sin caretas, con lo cual tampoco solucionan el caos económico que vivimos.
En caso de optar por la opción tiránica tienen que planificar muy bien como neutralizar los estallidos de protesta que brotaran espontáneos a lo largo y ancho del país. Como la fuerza militar no sería suficiente tendrán que encargar a oficiales de las FANB el manejo operacional de los colectivos armados y habría que ver si estos delincuentes armados responden a una cadena de mando. Todo esto bajo la censura y el cuestionamiento de todos los países democráticos del mundo, incluyendo Rusia quien ya dijo que la solución venezolana era por vía de elecciones.
Por su parte dentro de la oposición, luego de la onda depresiva post dialogo, se han elevado voces que propenden a reanimar la calle. La iglesia católica, sin tener bandería partidista, ha sido lapidaria en diagnosticar la situación que vive Venezuela. La Conferencia Episcopal fue clara, directa y explicita en denunciar los graves padecimientos del pueblo venezolano y con ello se reposiciona como líder moral de nuestra sociedad, luego de sufrir ataques infundados y alevosos de sectores radicales de la propia oposición, quiénes son más eficientes en destruir la esperanza y la unidad que los laboratorios de guerra sucia del gobierno nacional.
Y dentro de este escenario en el cual rebrotan los ánimos las voces del Arzobispo de Barquisimeto con su homilía el 14 de Enero y el doctor Macario González, coordinador de la MUD en Lara, con el pronunciamiento unitario pleno de sindéresis y visión de futuro, ubican a nuestra región como una barricada en defensa del voto como único camino parar superar el tormentoso laberinto de angustias que por casi veinte años sufrimos los venezolanos.
El reloj marca implacable el tiempo hacia un desenlace de nuestro destino definitivo. Se acerca de forma inevitable el momento en el cual Venezuela tomara el camino hacia la superación nacional por vía democrática o por el contrario proseguiremos sin posibilidad de regreso hacia la barbarie y la muerte por asfixia de todos nuestros sueñ[email protected]
