A pesar del horror nacional que causó un tiroteo mortífero en una escuela en Florida hace unos meses, el presidente de Estados Unidos acudió a la convención anual de la Asociación Nacional del Rifle, donde se comprometió a proteger el derecho a la posesión de armas y exhortó a los miembros de esa organización a elegir más republicanos al Congreso para defender este derecho consagrado en la Constitución norteamericana.
Donald Trump afirmó que los demócratas quieren «prohibir las armas» y que si la nación toma ese paso drástico, también podría prohibir todas las camionetas y camiones porque son las nuevas armas que ocupan los «maniáticos terroristas».
Trump se había apartado temporalmente del enérgico mensaje contra el control de armas después de la matanza del 14 de febrero en Parkland, Florida, que causó 17 muertes. Algunos estudiantes que sobrevivieron a la masacre en la secundaria Marjory Stoneman Douglas encabezan ahora un movimiento nacional a favor del control de armas.
Sin embargo, Trump defendió claramente el viernes la Segunda Enmienda de la Constitución, que garantiza el derecho a poseer y portar armas. La Segunda Enmienda «jamás estará bajo asedio mientras yo sea su presidente», aseguró el mandatario en su cuarta presentación consecutiva en la convención anual de la asociación, conocida por sus siglas NRA.
«Nunca renunciaremos a nuestra libertad. Viviremos libres y moriremos libres», dijo Trump el viernes mientras al mismo tiempo exhortaba a los ciudadanos que defienden el derecho a la portación de armas que voten por los republicanos en las elecciones legislativas de este año. «Tenemos que ganar en 2018», añadió.
Trump ha gozado desde hace mucho tiempo de un fuerte respaldo de la NRA, que gastó cerca de 30 millones de dólares en apoyo a su campaña presidencial.
Los activistas que buscan más control de las armas en Estados Unidos, enfurecidos por los tiroteos en escuelas, iglesias y otros lugares, también se están concentrando en estas elecciones a medio mandato de Trump.
Uno de los estudiantes sobrevivientes de Parkland, David Hogg, criticó a Trump por acudir a la convención de la NRA.
«Es un poco hipócrita de su parte ir allí después de decir que muchos políticos se inclinan ante la NRA y son de su propiedad», dijo Hogg. «Eso prueba que su corazón y su billetera están en el mismo lugar».
Gabrielle Giffords, una excongresista de Arizona que fue herida a balazos durante un encuentro con sus representados en 2011, dijo que Trump había «permitido que su presidencia fuera secuestrada por los cabilderos de armas y los dólares de campaña». Agregó que Trump había «ignorado las súplicas de los jóvenes que exigieron leyes de armas más seguras».