Turquía “nunca permitirá un encubrimiento” del asesinato del periodista saudí Jamal Khashoggi en el consulado de Arabia Saudí en Estambul, aseveró un funcionario turco de alto rango el sábado.
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La declaración se produjo horas después del anuncio de Arabia Saudí sobre que el periodista había muerto durante una “riña” en el consulado.
La reacción crítica de Numan Kurtulmus, subdirector el gobernante Partido de la Justicia y el Desarrollo, insinuó que Turquía _que abrió su propia investigación en medio de reportes de prensa sobre que un escuadrón saudí mató a Khashoggi_ no aceptará la versión saudí de lo que le ocurrió al periodista.
“No es posible que el gobierno saudí se aparte de este crimen cuando está confirmado”, dijo Kurtulmus. Agregó que Turquía compartiría su evidencia del asesinato de Khashoggi con el mundo y que están cerca de llegar a un “resultado concluyente” de la investigación.
Otra funcionaria del partido gobernante también criticó a Arabia Saudí y manifestó que el reino debió haber dado una explicación “antes de que la situación llegara a este punto”.
Leyla Sahin Usta, funcionaria de derechos humanos del partido gobernante, dijo que habría sido “más valioso” si las autoridades saudíes hubieran admitido antes que Khashoggi fue asesinado en su consulado.
Al principio, Arabia Saudí negó tener cualquier conocimiento de la desaparición del periodista, de quien se perdió el rastro luego de que ingresó al consulado de su país el 2 de octubre. Sin embargo, horas antes el mismo sábado admitió que fue asesinado en ese lugar, señaló que 18 sospechosos saudíes estaban detenidos y que funcionarios de inteligencia habían sido despedidos.
Los anuncios realizados en medios estatales saudíes surgieron más de dos semanas después de que Khashoggi, de 59 años, ingresó al consulado de Arabia Saudí en Estambul para recoger unos documentos que necesitaba para contraer matrimonio con su prometida turca y nunca salió del inmueble.
También contradijeron las afirmaciones dadas a conocer en filtraciones de los medios de Turquía sobre que Khashoggi había sido torturado, asesinado y desmembrado dentro del consulado, las cuales el reino había calificado como “infundadas”.
Sin embargo, la creciente presión internacional sobre Arabia Saudí y los comentarios de funcionarios estadounidenses y del propio presidente Donald Trump obligaron al reino a reconocer la muerte de Khashoggi.
Khashoggi, un destacado periodista e informador de la corte real durante décadas en Arabia Saudí, había escrito unas columnas para el diario The Washington Post en las que fue crítico del príncipe heredero Mohammed bin Salman y de la dirección que estaba tomando el reino mientras vivía en un exilio autoimpuesto en Estados Unidos.